De José Echegaray a Mario Vargas Llosa: estos son los ganadores del premio Nobel en lengua española

Los premios Nobel de 2023 se están entregando durante esta misma semana, y mientras que ya se han anunciado los ganadores para el de Medicina, Física y Química, los de literatura son anunciados este mismo jueves 4 de octubre. Aunque hay muchos escritores y escritoras que suenan como favoritos, lo cierto es que no existe una gran presencia de escritores españoles entre los posibles contendientes, pero sí de hispanohablantes.

El chileno Raúl Zurita, la mexicana Elena Poniatowska o el argentino César Aira son algunos de los que se postulan como candidatos al Nobel de Literatura de 2023. Si bien no parte ninguno como claro favorito, sí sería una gran oportunidad para recuperar este premio en lengua castellana, ya que hace más de diez años que no lo gana nadie. El último fue el peruano Mario Vargas Llosa, quien en 2010 se hizo con el prestigioso galardón, uniéndose a la selecta lista de escritores que han sido merecedores del premio. Repasamos por ello todos los ganadores en lengua española que han tenido los Premios Nobel.

Te puede interesar: Premio Nobel de Literatura: ¿por qué hubo cierto rechazo al galardón de 2022 entregado a Annie Ernaux?

Nacido en 1832 en Madrid, José Echegaray fue nada menos que el primer premio Nobel español y también el primero hispanohablante. Todo ello sin ni siquiera ser escritor como tal, pues Echegaray desempeñó muchas funciones: matemático, dramaturgo, ingeniero... llegó incluso a ser un reputado político, y ejerció primero de director general de Obras Públicas nombrado tras la Revolución de 1868, y posteriormente como Ministro de Hacienda, cargo que ocupó hasta en tres ocasiones, la última con el reinado de Alfonso XIII a pesar del pasado republicano de Echegaray. Fue precisamente su etapa tras dejar la política la que le permitió desarrollarse como escritor, y sus obras más notables fueron La hija natural, El hijo de Don Juan o Mancha que limpia.

“Por la feliz manera en que ha continuado las tradiciones ilustres del drama español”: ése es el motivo que adujeron desde la comisión del Premio Nobel para acreditar que Jacinto Benavente era merecedor del premio. El madrileño fue obsequiado en 1922 con el galardón convirtiéndose así en el segundo español e hispanohablante en lograrlo. Benavente fue un prolífico autor teatral, y entre sus obras destacan Losi intereses creados, La noche del sábado o La mal querida.

Mistral fue una mujer excepcional, no solo por ser la primera mujer iberoamericana en conseguir el premio en 1945, sino también por ser la primera en llevarse el premio procediendo de Latinoamérica, y abriendo la veda para futuros escritores y escritoras que seguirían su camino. En su discurso de agradecimiento la chilena señalaba esto mismo: “Por una venturanza que me sobrepasa, soy en este momento la voz directa de los poetas de mi raza y la indirecta de las muy nobles lenguas española y portuguesa. Ambas se alegran de haber sido invitadas al convivio de la vida nórdica, toda ella asistida por su folklore y su poesía milenarias”. Sus obras más notables Sonetos de la muerte, Desolación o Lagar, publicada ya posterioremente al premio.

El siguiente Nobel de Literatura volvió a caer en tierras españolas, y no fue para otro que para el gran Juan Ramón Jiménez, uno de los grandes poetas de la historia de España y que sin embargo nunca se terminó de enmarcar ni en la Generación del 98 ni posteriormente en la del 27, de la que fue padre en gran medida pero nunca se le reconoció como tal. Como poeta a Jiménez se le reconocen obras tan importantes como Poemas, Arias tristes o Diario de un poeta, aunque sin duda la más conocida es Platero y yo.

Otro literato que fue clave para el desarrollo de la escritura latinoamericana fue Miguel Ángel Asturias, premio Nobel en 1967. EL guatemalteco plasmó en sus obras tanto un retrato fidedigno y valioso de las distintas culturas indígenas de su país al tiempo que relataba la vida bajo la dictadura de Manuel Estrada Cabrera. Asturias terminaría emigandro a París, donde escribiría Hombres de maíz, considerada por muchos como su obra maestra y uno de los mejores ejemplos de realismo mágico.

Ricardo Eliécer Neftalí Reyes, conocido por todos como Pablo Neruda, recibió el Nobel de Literatura en 1971, dos años antes de fallecer. Para entonces, el poeta ya había dado muchas alegrías a través de obras comp notables Veinte poemas de amor y una canción desesperada, España en el corazón -en el que exponía los horrores de la Guerra Civil española- o Arte de pájaros.

El poeta sevillano perteneciente a la Generación del 27 fue uno de los más destacados de la literatura española del siglo XX. No en vano recibió el prestigioso galardón en 1977, en base a “una creativa escritura poética que ilumina la condición del hombre en el cosmos y en la sociedad actual, al mismo tiempo que representa la gran renovación de las tradiciones de la poesía española entre guerras”. Entre sus obras destacan La destrucción o el amor, La sombra del paraíso o Mundo a solas.

Te puede interesar: La participación del Premio Planeta de 2023 rompe récords con 1.129 obras originales

Tan solo cinco años después, otro escritor hispanohablante recibía el premio, que normalmente suele espaciarse mucho más en el tiempo. Pero todo un gigante de la literatura moderna como Gabriel García Márquez no podía quedarse sin su premio. El autor de Cien años de soledad obtuvo el Nobel en 1982 “por sus novelas e historias cortas, en las que lo fantástico y lo real se combinan en un mundo ricamente compuesto de imaginación, lo que refleja la vida y los conflictos de un continente”.

El último Nobel de literatura que encontramos en nuestro país data de 1989, cuando el ilustre Camilo José Cela ganó el premio “por una prosa rica e intensa que con una compasión moderada forma una visión retadora de la vulnerabilidad del hombre”. Autor de novelas tan importantes en el siglo XX como La colmena o La familia Pascual Duarte, Cela es uno de los máximos exponentes de la literatura española de posguerra.

Al año siguiente de triunfar Cela en el Nobel, le sucedió el también hispanohablante Octavio Paz. El poeta y ensayista mexicano empezó a escribir desde muy joven, y en 1933 ya había publicado Luna Silvestre, su primera oba de poesía. A ella le sucederían otras como Piedra de sol o Salamandra, así como grandes ensayos como El laberinto de la soledad o su continuación publicada veinte años después, Posdata.

Por último, pero no menos importante, encontramos el Nobel a Mario Vargas Llosa, entregado en 2010. El escritor peruano es el último ganador en lengua española hasta la fecha, “por su cartografía de las estructuras de poder y sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo, la rebelión y la derrota”. Vargas Llosa es uno de los mayores exponentes del llamado boom latinoamericano y uno de los escritores más prolíficos de su generación, destacando La ciudad y los perros, La fiesta del chivo o La casa verde como obras capitales en su carrera.