La pensión por incapacidad permanente es uno de los múltiples subsidios que contempla la Seguridad Social para las personas que, debido a una enfermedad o lesión, hayan perdido la capacidad para desarrollar su actividad laboral de forma habitual. Esta prestación nace para que los beneficiarios puedan cubrir sus gastos y necesidades básicas. No obstante, la cuantía puede variar en función de los diferentes grados de incapacidad: parcial, total, absoluta y gran invalidez. Los solicitantes tienen que cumplir con unos requisitos y deben pasar un proceso de evaluación médica para determinar el nivel de incapacidad.
El Ministerio de Trabajo cifra en cerca de 950.000 personas el número de beneficiarios, aunque no todas reciben la misma asignación. La incapacidad permanente total siempre está sujeta a revisión. El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) se encarga de realizar estos chequeos y comprobar que las patologías no han evolucionado. Los reconocimientos médicos son más frecuentes cuando es la administración pública la que concede la prestación. Los ciudadanos tienen que saber que la incapacidad permanente da derecho a la percepción de una pensión del 55% de la base reguladora, que se amplía hasta el 75% si los beneficiarios tienen 55 años o más y están en situación de desempleo.
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No obstante, la segunda parte de la reforma de las pensiones traerá un aumento en la cuantía de las pensiones contributivas por incapacidad permanente en 2024. El Gobierno en funciones tiene previsto revisar la asignación y revalorizar los subsidios este año un 8,5%, tal y como reflejan los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Además, las pensiones no contributivas de invalidez también sufrirán una ligera subida, que pretende aliviar los efectos de la espiral inflacionista que arrastra Europa.
¿Cuánto subirá la pensión por incapacidad permanente?
Las pensiones contributivas por incapacidad permanente y las no contributivas por invalidez aumentarán su cuantía el próximo año. El primero de los subsidios alcanzará concretamente el 20% de la renta media en 2024, mientras que el segundo subirá hasta converger en 2027 con el 75% del umbral de la pobreza calculado para un hogar unifamiliar. De este modo, las pensiones de incapacidad permanente subirán un 22% a partir del 1 de enero. Este aumento se aplicará de forma automática y no requerirá que los beneficiarios realicen ningún trámite adicional.
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En España, más de la mitad de las personas que reciben esta pensión cobran una cuantía por debajo del salario mínimo interprofesional, así que la medida impulsada por el Ejecutivo en funciones puede servir para equilibrar la balanza. Actualmente, la pensión mínima por incapacidad permanente absoluta o total con cónyuge a cargo es de 966,20 euros al mes. Con la revalorización, esta cifra aumentará hasta los 1.178,50 euros mensuales en 14 pagas al año. Esta subida representa un incremento de 212,30 euros mensuales. Las pensiones no contributivas por invalidez pasarán de los 484,61 euros mensuales a los 592 euros al mes que se calculan para 2027.