La playa de Baleares que ha ganado 70 metros de arena pese al cambio climático gracias a una planta endémica del Mediterráneo

Se trata de la posidonia, una planta marina endémica del Mediterráneo que contribuye a la oxigenación del agua y su disposición hace que las olas rompan con menos fuerza en las playas, evitando la pérdida de arena

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Posidonia acumulada en la orilla de una playa. (Europa Press)
Posidonia acumulada en la orilla de una playa. (Europa Press)

Si comparásemos una fotografía aérea de las playas del litoral español de hace unos años con una actual, probablemente apreciaríamos un punto en común: la pérdida significativa de arena. Las dunas son un componente imprescindible en el balance sedimentario de las playas y en las últimas décadas estos sistemas de protección se han visto especialmente afectados por los temporales, cada vez más frecuentes y agresivos, por la erosión, el turismo y la construcción en línea de costa, factores que hacen necesaria su regeneración.

La arena es el segundo recurso natural más consumido después del agua y, según un estudio publicado en la revista científica Nature Climate Change, en solo 30 años el mar arrebatará alrededor de 100 metros de playa a las costas de muchas zonas del mundo. A pesar de que España no es una excepción, la gestión sostenible ha demostrado que los sistemas dunares se pueden restaurar, como ha ocurrido en la playa Es Peregons Grans, en el Parque Natural de Es Trenc-Salobrar de Campos, en Mallorca, que ha logrado ganar 69 metros de arena en los últimos tres años gracias a las praderas marinas de posidonia.

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Se trata de una planta endémica del Mediterráneo que contribuye a la oxigenación del agua y su disposición hace que las olas rompan con menos fuerza en las playas, lo que evita la pérdida de arena. De hecho, la recuperación de Es Peregons Grans se produce después de que 2017 el Gobierno balear, formado entonces por PSOE y Més, declarase la zona como parque natural y un año más tarde, en 2018, se aprobó un decreto de conservación para proteger los 650 kilómetros cuadrados de posidonia marina que hay en las islas.

Imagen que muestra cómo la playa de Es Peregons Grans en Mallorca ha recuperado 69 metros de arena en los últimos tres años. (Cedida por Miquel Mir)
Imagen que muestra cómo la playa de Es Peregons Grans en Mallorca ha recuperado 69 metros de arena en los últimos tres años. (Cedida por Miquel Mir)

Por lo general, explica el geógrafo Miquel Mir a Infobae España, la gestión de las playas en el Mediterráneo español “siempre se ha hecho desde una perspectiva económica y, una de sus consecuencias, es precisamente la limpieza sistemática de posidonia”, porque muchos empresarios hoteleros la consideran una molestia para los turistas. Sin embargo, en Es Peregons Grans, una de las playas baleares que más erosión y retroceso sufrían, “se priorizó la gestión medioambiental y ecosistémica, disminuyendo mucho la presión humana”, una decisión que incluía dejar la posidonia muerta en la playa para combatir la erosión.

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“Se trata de una zona concreta de la playa y su crecimiento ha sido espectacular porque ha habido diferentes deposiciones de posidonia en los últimos tres inviernos. Al no haberlas retirado, se ha frenado la incidencia erosiva de las olas y ha captado arena”, indica Mir. “Al fin y al cabo es algo tan sencillo como dejar de quitar una planta, pero tan complicado como cambiar la visión que se tiene de la playa con la connotación económica que esto implica”, añade el experto.

La importancia de conservar las dunas

Además de la relevancia de la posidonia para preservar el ecosistema, también es fundamental respetar los sistemas dunares para evitar la pérdida de arena en las playas, y más aún ahora que los temporales se producen con más frecuencia y golpean con fuerza en cualquier época del año. “Cuando la playa tiene dunas resiste mejor un temporal, pero si se ha construido un paseo marítimo donde tendría que haber dunas, el oleaje ataca directamente y es cuando se producen más destrozos”, indica a este medio Juan Antonio Morales, presidente de la Sociedad Geológica de España. La frecuencia de los temporales, añade, es incluso “más preocupante que la subida del nivel del mar”.

Este tipo de gestión sostenible supone, sin duda, una inversión económica menor que la que implica la limpieza de las playas con maquinaria pesada o transportar millones de metros cúbicos de arena para regenerarlas, por lo que, según los expertos, sería más efectivo que las autoridades invirtieran en las defensas naturales de la costa, como los cordones dunares, las marismas y las praderas submarinas de posidonia.

Organizaciones como Greenpeace también denuncian que el presupuesto para actuaciones en la costa no ha hecho más que disminuir desde el año 2008 y critican que se centre en “reparar paseos marítimos y regenerar playas en vez de prevenir los impactos del cambio climático”, por ello reclaman una gestión integral del litoral que ponga en valor las defensas naturales de las playas.

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