La historia real sobre la que se basó la novela y la película ‘El exorcista’

Se le conoció como el caso de Roland Doe en los diarios de finales de los años cuarenta y fue la fuente de inspiración para William Peter Blatty al escribir su ‘best-seller’

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Linda Blair en una de
Linda Blair en una de las escenas más famosas de 'El exorcista' (1973), dirigida por William Friedkin

A finales de agosto de 1949 el Washington Post se hizo eco de una inquietante noticia: un joven de 14 años había sido sometido a una serie de exorcismos para extirparle un demonio que al parecer se había introducido en su cuerpo. Se le conoció como el caso de Roland Doe y su estela ha permanecido intacta hasta nuestros días, pasando a la crónica negra de la cultura popular al inspirar primero un libro y después la célebre película dirigida por William Friedkin.

Roland Doe pertenecía a una familia luterana y tenía una relación muy especial con su tía Harriet, que estaba interesada en temas espirituales. Cuando esta falleció, el joven intentó contactar con ella a través del juego de ouija y, ahí, al parecer, empezó todo. Ruidos extraños, muebles que se movían, olores pútridos y otros fenómenos paranormales. Y más tarde, llagas en la piel, gruñidos, frases en latín y aversión por cualquier elemento sagrado.

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Un caso de posesión que pasaría a formar parte de la cultura popular

El niño fue examinado por médicos y por psiquiatras y ninguno fue capaz de encontrar una explicación lógica y racional a lo que le ocurría. Finalmente, la familia acudió a un pastor, el Reverendo Luther Miles Schulze, que terminaría escribiendo un informe que sería determinante para documentar este caso. Al niño se le practicarían diferentes exorcismos, hasta treinta, de acuerdo a distintas tradiciones, primero la anglicana y más tarde la católica.

Regan, una niña de doce años, es víctima de fenómenos paranormales. Su madre, aterrorizada, acude a un sacerdote con estudios de psiquiatría. Éste está convencido de que la niña es víctima de una posesión diabólica. Por eso, con la ayuda de otro sacerdote, decide practicar un exorcismo.

El escritor William Peter Blatty leyó esta noticia en la prensa cuando todavía era estudiante y se quedó muy impactado, tanto que comenzó a investigar alrededor de él. En aquel momento estos temas no habían sido lo suficientemente explotados en los medios, así que se abrían múltiples posibilidades a la hora de darle una forma literaria impactante, ya que se podía tratar tanto desde una perspectiva híbrida entre lo real y lo fantástico.

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En 1971 se publicaría la novela El exorcista, alcanzando una repercusión inmediata. Llegó a vender más de 13 millones de copias solo en su país de origen. El escritor pudo reconstruir el caso de manera fidedigna, por lo que opto por cambiar algunos datos, y el niño se convirtió en niña. Dos años después, se estrenaría la adaptación de la novela, en la que el mismo Peter Blatty participó en la elaboración del guion y como productor e impulsor del proyecto.

Otros casos de exorcismos llevados al cine

No ha sido la única historia real que se ha llevado al cine. Recientemente en España se estrenó 13 exorcismos, sobre un caso que tuvo lugar en Burgos y en el que se mezclaba el fanatismo religioso y la enfermedad mental. En los años 70, una joven alemana, Anneliese Michel, falleció después de haberse sometido a un exorcismo, generando a su alrededor un caso judicial de negligencia y homicidio, convirtiéndose en fuente de inspiración para diversas películas entre las que se encuentran El exorcismo de Emily Rose y Requiem: El exorcismo de Michaela.

Ruth Díaz, Urko Olazabal, José
Ruth Díaz, Urko Olazabal, José Sacristán (de sacerdote exorcista) y Cristina Castaño en '13 exorcismos'

La pareja formada por el matrimonio Warren también se enfrentó a un caso de posesión demoníaca que conmocionó los Estados Unidos en los años ochenta, el de Arne Cheyenne Johnson que, en nombre del demonio, asesinó a un hombre. Fue la primera vez en la historia que se utilizó en un juicio ‘la posesión’ como una explicación por parte de la defensa. Los Warren estuvieron involucrados en este mediático caso, que fue adaptado a la pantalla por Michael Chaves en Expediente Warren: Obligado por el demonio.

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