El trágico incendio en una zona de discotecas de Murcia deja al menos 13 fallecidos y cinco desaparecidos

Los servicios de rescate todavía trabajan en la zona para localizar a las personas que se encuentran desaparecidas. Diez de las víctimas, que podrían aumentar, todavía no han sido identificadas y se desconocen las causas de un suceso cuya investigación se presume larga y compleja

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Los bomberos sacan un cádaver
Los bomberos sacan un cádaver de la discoteca de Murcia en la que se desató el incendio. AP

Ni en sus peores presagios, ni una sola de todas las personas que habían acudido durante la noche del sábado y la madrugada del domingo a Las Atalayas, el principal polígono de ocio nocturno de Murcia, para disfrutar de la fiesta en alguna de sus discotecas hubiera podido imaginar la tragedia que allí se viviría al amanecer. De repente, la música y la celebración dieron paso al terror y las llamas. Al infierno de un incendio que se extendió por tres de los locales y que ha dejado al menos 13 fallecidos, 10 aun sin identificar, tal y como han confirmado las autoridades. A última hora de la noche del domingo, 70 efectivos de bomberos todavía trabajaban peinando a fondo la zona para localizar a cinco personas que aún están en paradero desconocido, según informó la vicealcaldesa de Murcia, Rebeca Pérez. Además, hay 24 heridos leves por quemaduras e intoxicación por inhalación de humos, todos dados de alta. El trágico incendio de Murcia es ya el más mortífero registrado en España en un local de ocio desde 1990, cuando 43 personas perdieron la vida en la discoteca Flying de Zaragoza.

El fuego se declaró en torno a las 6.00 horas en la sala Fonda Milagros para extenderse a continuación a otros dos locales contiguos, Teatre y Gonden. Las primeras llamadas alertando de las llamas no se hicieron esperar y rápidamente se desplazaron hasta la zona varias dotaciones de bomberos –que sofocaron el fuego en torno a las 10.00 horas–, así como ambulancias medicalizadas y de transporte para atender a los heridos. Aunque de inicio todas las sospechas apuntaron a la sala Teatre, un local que ya en 2009 tuvo que ser desalojado por un incendio que no provocó daños personales, finalmente la Policía informó de que el fuego se desató en la Fonda Milagros. Se desconocen las causas que provocaron las llamas y la investigación, que se antoja larga. “Es pronto para saberlo; está en manos de Policía Científica y Judicial”, dijo el jefe del Servicio de Bomberos de Murcia. Ahora mismo, además de en la búsqueda de los desaparecidos, se trabaja para apuntalar y asegurar la zona, algo complejo y que puede demorarse varios días.

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Ahora mismo, tal y como ha reconocido el portavoz de la Policía Nacional en Murcia, el subinspector Diego Seral, la investigación está centrada en la línea de “localizar a las personas desaparecidas que ya estén siendo atendidas en los centros sanitarios o aquellas que desgraciadamente se puedan ya identificar como personas fallecidas”. A última hora de la tarde del domingo, el alcalde la ciudad, José Ballesta, ha confirmado que tres de las 13 víctimas mortales han sido identificadas gracias a su huella dactilar, sin embargo, habrá que esperar para las otras diez, ya que se requerirá una prueba de ADN de un familiar.

Además, el regidor ha asegurado que han solicitado “toda la información comercial y los expedientes” de las discotecas implicadas y que “si alguien que no ha cumplido” en referencia a lo normativa, irán con todo contra ellos. “Que no tengan la menor duda, vamos a realizar todas las actuaciones. Sea quien sea, ya sea empresa pública o privada, de dentro o de fuera”, apuntó Ballesta.

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Terror en la primera planta

Con mucho todavía por esclarecerse, una de las pocas certezas a las que han llegado las autoridades es que lo peor de la tragedia se vivió en la primera planta de La Fonda, donde han sido encontrados 11 de los cuerpos sin vida. Allí, en una zona de reservados, un grupo se había reunido para celebrar el cumpleaños de Eric Hernández, un joven nicaragüense que había congregado a nueve amigos y familiares. “El techo de la discoteca se vino abajo”, relató a La Opinión de Murcia una de las personas que consiguió escapar del horror.

Rápidamente, familiares y amigos de personas que habían acudido a Las Atalayas y que no habían dado señales se congregaron en el polígono. Junto a las ruinas, donde bomberos, personal de rescate y emergencias trabajaban sin descanso, la angustia y el nerviosismo de aquellos que esperaban desesperadamente una llamada, un WhatsApp tranquilizador. Justo todo lo contrario a lo que vivieron Jairo y su mujer. Poco después de las 6.00 horas, ella recibió en su móvil un mensaje desgarrador. Su hija, una joven de 28 años, que había acudido a los locales de ocio desde la localidad de Caravaca de la Cruz, se despedía. “Mami la amo, vamos a morir. Mami, la amo”, decía en un audio que descubrió Jairo. “Le alcanzó para despedirse”, verbalizaba él, descompuesto. Horas después, el Inspector Jefe de la Policía Local de Murcia ha confirmado que algunos de los fallecidos vivían en Caravaca de la Cruz, aunque no se ha desvelado ninguna identidad.

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“Hay mucho dolor, hay angustia y hay desesperación<b>”</b>

Desde primera hora de la mañana, el Ayuntamiento habilitó el Palacio de los Deportes para ofrecer soporte psicológico a los familiares de los desaparecidos. En un inicio, acudieron un total de 20 voluntarios de Cruz Roja: cinco Técnicos en Emergencias Sanitarias, dos enfermeras, cuatro psicólogos, un trabajador social, un operador del centro de Operaciones Autonómico y siete socorristas de acompañamientos. Los equipos irán relevando durante la noche para que esa atención a los allegados pueda mantenerse y se les ha facilitado manutención y alojamiento esta noche.

Familiares de alguna de las
Familiares de alguna de las personas desaparecidas en el incendio de Murcia. REUTERS

Hasta esa zona se desplazó en la noche del domingo el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, quien se encontró con los afectados. El dirigente popular se ha mostrado “conmocionado” y “sin palabras” tras hablar con ellos. “Hay mucho dolor, hay angustia y hay desesperación”, ha relatado. A López Miras le ha costado expresar “lo que están sintiendo, lo que están transmitiendo y cómo están viviendo esto” los familiares de las víctimas de una tragedia que llenó de horror un lugar de fiesta.

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