El Sadar. Minuto 76 de partido. David García remata de cabeza e iguala el tanto inicial de Griezmann. Sin embargo, el VAR anula el gol por un levísimo toque de Aimar Oroz en el rostro de Witsel. Para los rojiblancos un manotazo claro, para los rojillos, un lance del juego como tantos. En ese momento se desató una tensión que no cesó hasta el final del encuentro. Rorro Riquelme sentencio el encuentro en el tramo final que se perdió Morata al ver doble amarilla en su guerra particular con Chimy Ávila. Primero por enzarzarse y un minuto después por verse involucrado en una tangana también con el argentino.
En esos 60 segundos transcurridos entre una amonestación y otra, Simeone vio lo que se le venía encima. Fue corriendo a llamar a Javi Galán, que se preparó a toda prisa para saltar al terreno de juego listo a sustituir a un Morata encendido, pero no le dio tiempo. El ariete español vio la segunda amarilla y culminó la visión de un Cholo al que le faltaron segundos para evitar la expulsión. “No vamos a jugar con diez la próxima jornada, encontraremos recursos para hacer un partido bueno ante el Cádiz”, afirmaba el técnico argentino.
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Delantera bajo mínimos
Si antes del duelo ante Osasuna, Simeone no tuvo demasiadas dudas a la hora de armar el once debido a la gran cantidad de bajas, menos las tendrá para elegir a su delantero titular ante el Cádiz. Solo tiene una opción. De nombre Antoine y de apellido Griezmann. El resto de sus homólogos verán el encuentro desde la enfermería. Memphis Depay sufrió una sobrecarga durante un entrenamiento. A Correa aún le quedan dos semanas más de baja tras sufrir la agresiva entrada de Bellingham en el derbi contra el Real Madrid. Y Morata, el único sano junto a Griezmann, presenciará el próximo duelo desde la grada por expulsión.
🔥 Grizi's on fire! 🔥
— Atlético de Madrid (@Atleti) September 28, 2023
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De cuatro delanteros, Simeone solo podrá contar con uno a plenas condiciones. Un drama. “No quiero pensar en la expulsión de Morata, me quedo con lo positivo. Sabíamos que iba a ser un partido duro frente a un rival que te genera vértigo y peligro. Hicimos un buen primer tiempo, pero en el segundo apareció el cansancio para que no podamos jugar, algo que invitó a ellos a hacer un segundo tiempo”, explicó Simeone, quien tendrá que adelantar la posición de futbolistas como Riquelme, Llorente o Samu Lino para mantener el 5-3-2 con el que más cómodo se siente su equipo.
Griezmann ya está aquí
No había arrancado este curso con la chispa que acabó la pasada campaña. Lo ha hecho lejos de aquel Griezmann que hace menos de cuatro meses se convertía en el futbolista más decisivo del Atlético y prácticamente de LaLiga. Esta campaña, la afición rojiblanca tuvo que esperar tres jornadas para ver el primer destello de su calidad. “Empieza a ser el Antoine de la temporada pasada”, se comenzaba a escuchar en el Metropolitano. Y así ha sido. En el derbi anotó el segundo tanto colchonero haciendo gala de una cualidad que muchos no le toman en serio debido a su estatura: el remate de cabeza y, cuatro días después, volvió a ver puerta ante Osasuna en El Sadar.
Sin embargo, además de los goles, lo que convierte a Griezmann en imprescindible para el Atlético es su predisposición y trabajo en todas las áreas del equipo. Se pone el mono de trabajo cuando le toca retrasar su posición y defender, baja a recibir al medio del campo para dar sentido y circulación a la posesión y en el área rival tiene el colmillo afilado. El galo interpreta el juego y lo adapta a lo que mejor le viene al Atlético. Por algo, Simeone lo considera uno “de los jugadores más importantes de la historia del club”. Ante el Cádiz, la delantera rojiblanca estará poco habitada, pero no huérfana, porque Griezmann anda suelto.