Salta al terreno de juego el último, lejos de los focos y las miradas. Ataviado con calcetines largos y sus clásicas Adidas Copa Mundial como arma infalible. Se sitúa en el centro del campo, por delante de la pareja de centrales, hasta los que se acerca para levantar la mano y recibir el balón. Una vez con el cuero en su poder, oxigena el juego cambiando de orientación con un pase de 40 metros. Este proceso que tantas veces realizó con éxito Xabi Alonso para el disfrute del público de Anfield y del Santiago Bernabéu, ahora lo ejecuta con el escudo del Bayer Leverkusen en el pecho. Sin la presión del futbolista en un partido, pero con la exigencia del entrenador de sentar cátedra a sus jugadores. Así se lo transmite en el stage de pretemporada del equipo germano llevado a cabo en Austria y del que fue testigo Infobae España.
Menos de un año le ha bastado para cautivar al conjunto alemán. El pasado mes de octubre se hizo cargo de un equipo que habitaba la zona de descenso y cuyos jugadores eran un mar de dudas. Carecían de confianza en sí mismos y eso se veía reflejado en el campo. Solo habían logrado una victoria en ocho jornadas y, por si fuera poco, el modesto Elversberg, de Tercera División, les había apeado de la Copa alemana en la primera ronda.
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“La energía y la confianza del equipo era baja cuando llegué. Así que traté de que los jugadores volvieran a creer en sí mismos. Invité, a futbolistas que no habían jugado tanto antes, a que demostraran su valía” explica un Xabi Alonso que cambió drásticamente el rumbo y la filosofía del club. Ahora, la realidad del club es otra, tanto a nivel nacional como internacional. Ocupa la tercera plaza en la Bundesliga, empatado a puntos con el Bayern de Múnich y uno por debajo del Dortmund con un partido menos. Oposita a candidato para ganar la Copa alemana y la Europa League donde ya es líder de su grupo.
Equilibrio entre dinamismo y solidez defensiva
La transición para pasar de habitar los puestos de descenso a pelear por un título ha sido vertiginosa, pero en todo momento fiel a la idea de Xabi Alonso. La que transmite mientras participa en los ejercicios de posesión como uno más del equipo. La sesión no se detiene, pero sí se pausa. Lo hace el donostiarra para corregir errores que puedan acabar en pérdida de la posesión. “A mí siempre me ha gustado controlar los partidos, pero no es fácil porque la Bundesliga es frenética. Queremos ser un equipo dinámico, que juegue un fútbol atractivo y que haga disfrutar a la gente… pero que, a su vez, sea intenso, sepa aguantar los resultados y defensivamente no sea frágil”, Alonso explica a Infobae España.
“Dos toques, dos toques”, insiste a sus jugadores en repetidas ocasiones con el fin de que jueguen rápido cuando tienen el balón. “Push up”, grita para que, en ausencia de la posesión, los suyos suban la línea y presionen coral e intensamente al rival para forzar un error en la salida de balón. “Yo les ayudo, pero luego tienen que desarrollar la intuición necesaria para tomar decisiones por ellos mismos”, precisa un didáctico Xabi Alonso.
Posibilidad de ‘mudar’ la piel
El esquema del Bayer Leverkusen ha mutado desde la llegada de Xabi Alonso a su banquillo. El anterior técnico, Gerardo Seoane, solía dibujar el clásico 4-4-2 variando en función del transcurrir de los partidos a un esquema con un solo punta. Xabi suele iniciar con un tres centrales, dos carrileros con largo recorrido, tres centrocampistas y dos delanteros (3-5-2). En situaciones de vendaval ofensivo rival, retrasada la posición de los carrileros, un atacante pasa de la delantera al centro del campo y dibuja un 5-4-1. Por lo que la defensa con cuatro jugadores se había quedado para contadas ocasiones… hasta esta temporada.
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— Bayer 04 Leverkusen (@bayer04_es) September 24, 2023
La llegada de futbolistas como Grimaldo, Stanisic y Arthur durante el mercado de fichajes, permiten al equipo de Xabi Alonso mudar la piel en función del partido. “Estoy muy ilusionado. Han llegado jugadores de perfiles diferentes y ahora tenemos flexibilidad para cambiar de sistema. Podemos jugar con cuatro o cinco futbolistas atrás y que el equipo lo interprete bien y se sienta cómodo”. La variación táctica y su filosofía de juego, basada en el dominio del partido a través de la posesión sin descuidar el equilibrio defensivo, le viene dada por sus mentores cuando era jugador: Rafa Benítez, Carlo Ancelotti, Pep Guardiola y José Mourinho, entre otros.
Cuenta con los mejores mentores: Mourinho, Guardiola, Ancelotti… y su padre
“Tuve maestros muy buenos de los que pude aprender mucho en lo técnico, en lo táctico y en lo emocional. Todos han sido importantes. El primerísimo, mi padre, por la influencia que ha tenido y por los valores y la educación que me inculcó desde pequeño. Mi carrera está empezando, llevo poco tiempo, pero estoy en una etapa en la que debo desarrollarme por mí mismo: aprender, mejorar… La clave para conectar con los futbolistas es ser auténtico y transmitir lo que sientes”, asegura al hacer referencia a su aprendizaje bajo las órdenes de sus entrenadores.
Su etapa en el Leverkusen no ha hecho más que empezar. Afronta su segunda temporada, primera completa, con la ilusión de seguir quemando fases hasta llegar al que todo consideran que es su objetivo final: el Real Madrid. “Cada cosa a su tiempo. Ahora estoy aquí y estoy contento. Lo que tenga que venir en un futuro ya se verá”, reflexiona el técnico donostiarra junto a Infobae España, una vez finalizada la sesión de entrenamiento y con las Adidas Copa Mundial, ya limpias, en sus manos. Es uno de los más aclamados tras abandonar el terreno de juego. El método Xabi Alonso funciona. En Leverkusen dan fe de ello.