De todos los nietos de los reyes Juan Carlos y Sofía el más desconocido de todos es Juan Valentín, el primogénito de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Este viernes 29 de septiembre el joven cumple 24 años y, al contrario que el resto de sus hermanos o sus primos, de su vida apenas se conocen detalles. De hecho, apenas hay fotografías recientes de él y es que siempre ha procurado mantenerse alejado de las cámaras para vivir lo más tranquilo posible.
Una de las últimas ocasiones que se le vio fue el pasado verano, cuando viajó a Suiza para asistir a la graduación de su hermana Irene. Con el pelo corto, una cuidada barba y muy serio, Juan ignoró totalmente a los medios de comunicación allí reunidos, al igual que en sus anteriores apariciones.
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Al contrario que su hermano Pablo, tras conocerse la relación de su padre con Ainhoa Armentia, optó por quitarse de la escena y durante varias semanas estuvo prácticamente desaparecido. Cuando se volvió a dejar ver, en una terraza de Madrid, solo comento que “todo está bien” y alabó a Pablo: “Él hace lo suyo muy bien, como lo tiene que hacer”, comentó.
Muy religioso
Juan Valentín estudió Relaciones Internacionales y Economía en la Universidad de Essex, en Reino Unido, pero lo que más destaca de él es su lado solidario, pues es un joven muy religioso con una gran conciencia social. Unos valores que parece haber heredado de su abuela, la reina Sofía, y su tía abuela, Irene de Grecia.
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Dicen quienes le conocen que es un chico muy tímido y sensible, y que su carácter se parece al de la infanta Cristina. Desde pequeño, el sobrino mayor de Felipe VI mostró interés en ayudar a los demás y cuando tuvo edad suficiente comenzó a prestar su tiempo y esfuerzo a diferentes ONGs. Hace unos años fue monitor en el campamento Gaia Camp y en 2018 colaboró durante unos meses con Sauce, la fundación del cura jesuita Kike Figaredo, ubicada en Camboya y cuyo objetivo es defender los derechos humanos promoviendo la inclusión y mejorando la vida de las personas más vulnerables.
Su vinculación con esta ONG no terminó ahí y, después, Juan Valentín siguió colaborando como voluntario en proyectos de cooperación repartidos por todo el mundo, visitando América Latina, Asia, Europa y África.
El más misterioso
Por el contrario, de sus hermanos se sabe algo más. La pequeña, Irene, se ha convertido en la más popular en los últimos meses, pues tanto su graduación como sus siguientes pasos se están siguiendo. Lo último que se sabe de ella es que ha abandonado sus planes de comenzar a estudiar hostelería en la universidad para ser cooperante humanitaria, siguiendo los pasos de Juan.
Pablo, por su parte, vive en Barcelona, donde es jugador profesional de balonmano, un deporte al que anteriormente se dedicó su padre, Iñaki Urdangarin, y en el que él ya despunta. El tercer hijo de la infanta Cristina, Miguel, vive en Londres desde hace casi tres años. Alejado del foco público, estudia la carrera de Ciencias del Mar, cumpliendo su sueño de niño.