Ser pensionista por incapacidad permanente total en España supone que un trabajador tiene reducida o anulada su capacidad laboral como consecuencia de una lesión o enfermedad. Esta condición ha de reconocerla el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), para lo que tiene en cuenta varios factores. Además, puede decidir eliminar esta prestación social por el fallecimiento del beneficiario, suspenderla o extinguirla por revisión de la incapacidad o por el reconocimiento de la pensión de jubilación al reunir las condiciones para ello. Pero, al margen de esto, mientras se recibe, se puede disfrutar de muchas ventajas fiscales, laborales y sociales.
La revalorización del 8,5% de las pensiones contributivas y, por tanto, de la de incapacidad permanente entró en vigor el 1 de enero de 2023. Esta prestación la perciben casi un millón de personas en el país, según los últimos datos que facilitó el Gobierno de España. Es por ello que las cuantías mínimas y máximas han sufrido distintos cambios en los últimos meses, aunque esto depende del grado de discapacidad que haya reconocido la Seguridad Social: parcial, total, absoluta y de gran invalidez.
A su vez, conviene tomar en consideración que a la pensión por incapacidad permanente total pueden acceder aquellos que estén incluidos en algún régimen de la Seguridad Social, siempre y cuando cumplan los requisitos necesarios. A ello se une que el Tribunal Médico tiene que validar su incapacidad y, a continuación, se le concede el ingreso.
Ventajas laborales de la incapacidad permanente total
Estar entre los beneficiarios de la incapacidad permanente no es buena noticia por los efectos negativos que esta situación supone para la salud. Pero, si se trata de mirar más allá, se pueden identificar una serie de ventajas laborales. Una de las más importantes es que es posible cobrar la pensión y desempeñar otro empleo. Esto ocurre con la parcial, ya que varía en función del grado de discapacidad.
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Además, la incapacidad total es compatible con todos los trabajos, salvo el que se realizaba, es decir, no se puede volver a llevar a cabo la misma profesión por la que se generó la incapacidad. En cambio, si la incapacidad es absoluta o de gran invalidez, no se puede trabajar y recibir la pensión a la vez.
Por otro lado, las personas con discapacidad tienen reservadas un número concreto de plazas en las convocatorias de empleo público. Y las empresas privadas con 50 o más trabajadores tienen que reservar, al menos, el 2%.
Ventajas sociales de este tipo de pensión
La pensión de incapacidad permanente total permite acceder a becas especiales para cubrir gastos como el material, el transporte o los estudios. Dependiendo del tipo de incapacidad, se puede obtener un porcentaje determinado o toda la ayuda económica.
Asimismo, se otorgan descuentos y entradas gratis a ciertas instituciones públicas y empresas privadas. La información sobre esto debe consultarse en el Ministerio de Cultura o en la empresa que organice el espectáculo.
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Beneficios fiscales de la incapacidad permanente
El grado de discapacidad, la unidad familiar y el número de miembros con incapacidad que haya en la misma determina que los beneficiarios de la incapacidad permanente puedan o no solicitar estas ayudas y beneficios fiscales:
- Se recibe una bonificación de 3.000 euros en el IRPF. Por tanto, tienen que computar por una renta personal o familiar de 8.500 euros.
- La persona con discapacidad puede utilizar la reducción del IVA al 4% para la compra de su vehículo. También se elimina el impuesto de matriculación si tienen menos de cuatro años y no se vende o traspasa durante los primeros cuatro años.
- Las personas con movilidad reducida quedan libres del pago del Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica y el impuesto de circulación de vehículos.
- Tienen la opción de beneficiarse de subvenciones en el préstamo hipotecario en la compra de viviendas de protección oficial, y de ayudas para pagar la entrada del inmueble.
- Cuentan con precios reducidos en la adquisición de medicamentos recetados, y un mayor descuento en los tratamientos que deriven de una enfermedad crónica o de larga duración.
- Si necesitan recibir tratamiento o adquirir equipamiento para su discapacidad, como prótesis o sillas de ruedas, pueden pedir una ayuda a la Seguridad Social, al Ayuntamiento local o a los centros de Atención al Ciudadano. La cuantía depende del grado de incapacidad, ingresos y unidad familiar