Natalia Lacunza (Pamplona, 1999) está harta de que le pregunten sobre feminismo. Nada más entrar en la barroca sala del Hotel Emperador de Madrid en la que atiende a Infobae España, la cantante y compositora expresa su agotamiento por tener que estar respondiendo (y sobre todo a hombres) cuestiones sobre el machismo en la industria (y fuera de ella). “Que se pregunten y aclaren entre ellos”, dice con risa nerviosa.
La pamplonica saca Duro este viernes, un EP en el que la intimidad lírica que la caracteriza se fusiona con sonidos más electrónicos. Lo presentará por primera (y quién sabe si última) vez en La Riviera, en Madrid, sala que marcará el fin de su gira. “Tengo muchas ganas porque necesito descansar”, afirma, pero a la vez se muestra ilusionada de que este nuevo proyecto le haya permitido romper ciertas barreras emocionales que la habían coaccionado a la hora de componer.
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Pregunta. ¿Por qué no quieres responderle a los hombres sobre feminismo?
Respuesta. Pues tío, yo qué sé, déjame en paz (ríe). Que se pregunten y aclaren entre ellos. Yo estoy cansada, sólo soy una chica que sabe las cosas que sabe y ya está. Pregúntales a los hombres qué pueden hacer ellos para que no haya machismo en la industria.
P. Justo quería preguntarte si estáis cansadas de que siempre se os pidan explicaciones a vosotras.
R. Totalmente agotada. La verdad es que vengo un poco quemada con este tema. Estoy cansada de la justificación. Pienso que es algo que no me tienes que preguntar, ya deberías saberlo. Tengo muy poca energía para hablar de esto, ¿sabes? Al final siempre son las mismas preguntas, siempre es el mismo topic y siempre son los mismos titulares. Yo hago música, yo tengo un proyecto. Creo que si te paras a leer las canciones y letras no te haría falta preguntarme tantas cosas.
P. Háblame de Duro y de esta apertura a sonidos más electrónicos.
R. Duro es un EP de diversión. Creo que he tenido un yugo de juicio muy grande sobre mí misma a la hora de crear, componer y escribir. Este EP es una evidencia de que eso se está pasando. Siempre he sido una artista muy íntima, que habla de sensaciones y sentimientos complejos. Me estaba atascando en una manera muy concreta de expresar esto. Ahora estoy empezando a experimentar con las múltiples formas que hay de expresar todo lo anterior. Duro es una barrera quitada.
“Me estaba atascando en una manera muy concreta de expresarme y ahora estoy empezando a experimentar”
P. La música representa, entonces, ese canal en el que volcar todos sentimientos que quizá cuesta expresar de otra forma, ¿no?
R. Totalmente. Al final es una cosa mágica que pasa solamente con el arte, que es el hecho de que puedas respaldar tus emociones superíntimas, tu experiencia superindividual, en algo que ha hecho otra persona. Para mí, hacer música es purgar emocionalmente.
P. ¿Cómo llegas a este fin de gira que culmina el viernes en La Riviera? Coincide, además, con el lanzamiento de Duro.
R. Estoy muy cansada, pero muy ilusionada. Llevamos tres años tocando sin parar, hemos hecho mil festivales, mil conciertos... al final es algo que agota un montón. Hemos estado haciendo toda la vez: componiendo, sacando cosas, haciendo promo, haciendo entrevistas y fotos. Ha llegado un momento en el que tengo que parar y darme un poco de espacio para poder seguir trabajando. Tengo muchas ganas de este fin de gira porque necesito descansar, pero también de tocar Duro en La Riviera el viernes, porque va a ser de las únicas veces que se va a poder escuchar.
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P. ¿Cuándo sabes que es momento de parar?
R. Cuando ya no estoy rindiendo para componer. Cuando te das cuenta de que no estás disfrutándolo como deberías y te sientes culpable, porque tengo muchísima suerte de estar en esta posición, pero es importante reconocer el límite de una persona. Creo que llega un punto en el que te das cuenta de que no estás rindiendo todo lo que podrías y no estás tan feliz.
“Tengo muchísima suerte de estar en esta posición, pero es importante reconocer el límite de una persona”
P. El otro día actuaste en el Spotify ‘Equal Fest’, una iniciativa de la plataforma para fomentar la igualdad en la industria musical. ¿Por qué sigue costando escuchar a mujeres?
R. Las mujeres estamos condenadas a la competición. ¿Cuál es la más exuberante, la que más baila, la que más alto llega? Necesitamos unirnos y hacer cosas juntas. Al final, nuestras mayores salvadoras vamos a ser nosotras mismas.
P. ¿Preocupa ver que los productos más homogéneos tienen más éxito con respecto a otras propuestas más novedosas?
R. Al final el juego es el que es. No puedes cambiar las normas y tampoco vivir condenada a estar mirando los números y las cosas que más se están escuchando. Lo más importante a la hora de hacer un proyecto es sentirte completamente identificada con lo que estás haciendo. Mi emoción no es monetaria, ¿sabes? Hay un valor en el arte y en la música que, en el momento en el que entra el business, se corrompe.
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P. Cuando te paras a componer, ¿tienes claro el sonido y las letras que quieres exprimir?
R. No, nunca sé dónde me va a llegar la musa. Ir con una idea clara desde el principio es algo que me resta más que me suma.
“Mi emoción no es monetaria [...] Cuando entra el ‘business’ el valor del arte y de la música se corrompe”
P. Va a haber una nueva edición de Operación Triunfo. ¿Te volverías a presentar después de lo vivido, o apostarías por otra vía para dar a conocer tu música?
R. Sinceramente, como no puedo cambiar el pasado, voy a abrazar las decisiones que tomé. Yo me lo pasé muy bien en Operación Triunfo, la experiencia fue increíble. Es verdad que luego hay muchas cosas que arrastras y con las que tienes pelear un poco más, pero creo que si tienes muy claro lo que quieres hacer y trabajas a muerte da igual que te presentes al programa o no. Hay muchas cosas que no habría aprendido si no hubiera estado ahí.
P. ¿Consideras que esta nueva generación es más valiente a la hora de volcar en las letras experiencias como la depresión o la ansiedad?
R. Estamos normalizándolo mucho más, hay un constante diálogo sobre este tema y se hace mucho más evidente que la gente lo está pasando mal, que la gente tiene ansiedad, que la gente tiene depresión. No es algo que me vaya a definir para siempre ni que me tenga que avergonzar.