El informático que lo dejó todo para que puedas nadar entre tiburones: “Cruzamos un poco el límite al alimentarlos”

Karlos Simón es experto en submarinismo y tiburones y CEO de su propia agencia de viajes, a través de la cual brinda experiencias únicas, exclusivas y de lujo con estos fascinantes animales

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El informático que lo dejó todo para que puedas nadar entre tiburones

Si en este preciso momento sonara la banda sonora de Tiburón (Jaws, 1975), seguramente recordáramos esa sensación de angustia que produce una de las cintas más famosas de Steven Spielberg. Su autor, John Williams (seguro que os suena de algo) hizo de la composición toda una eminencia en la industria cinematográfica. Sus notas son el vaticinio de un acontecimiento catastrófico para los personajes que llevan al espectador a un estado de tensión continuo, pero que paradógicamente se puede catalogar de placentero.

Sin embargo, películas tan exitosas a nivel mundial como esta han provocado la creación de una imagen terrorífica de este animal, la cual puede que no sea del todo así. Cierto es que los tiburones son uno de los depredadores más impresionantes y peligrosos de la tierra, pero muchos estudios científicos avalan que solo atacan si se sienten realmente amenazados. Además, animales aparentemente inofensivos como los hipopótamos matan más personas al año que los escualos.

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En este sentido, el experto en tiburones y en inmersiones submarinas, Karlos Simón, atiende a Infobae España durante su participación en la cuarta edición de la Summit Universal del Turismo Espacial y Subacuático (SUTUS), celebrada entre el 26 y 28 de septiembre en Marbella. Además, es CEO de su propia de agencia de viajes y expediciones internacionales, las cuales ofrecen experiencias únicas de turismo submarino con tiburones. Así, Simón presenta en SUTUS su nueva propuesta de turismo extremo con tiburones a partir de una experiencia exclusiva que se aleja de lo convencional.

El experto en tiburones y
El experto en tiburones y submarinismo Karlos Simón (Karlos Simón).

De informático a experto en tiburones

La andadura de Karlos Simón en el mundo submarino comenzó en el año 1988 en Cuba. La casualidad y la riqueza de la isla hicieron que quedara enamorado desde la primera inmersión que hizo. “Hice el típico bautizo de buceo para conocer un poco cómo era eso de meterse debajo del agua, y allí tuve la oportunidad de hacerlo en un sitio espectacular. Era un barco hundido y donde había tiburones. Este fue mi primer contacto donde me impactó mucho, ya no solo el mundo subacuático y los barcos hundidos, que son espectaculares, sino estar entre esos animales que en principio, pues, siempre tenían la fama, sobre todo con la película de Spielberg, de que se comían a la gente”, explica Simón.

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Este momento fue un punto de inflexión en la vida de Karlos, pues decidió dejar su trabajo para dedicarse profundamente al estudio de los escualos. “Yo era informático, estuve otros cuatro años así, o cinco, dedicado a la informática y luego ya monté mi centro de buceo y empecé a montar viajes e interesarme mucho más por el tema de los tiburones”. Una decisión que cambió su vida y que le ha convertido en toda una eminencia acerca de estos animales y como tratar con ellos.

Una imagen equivocada

Pero ¿los tiburones no comen humanos? La película Tiburón no ha sido la única que ha posicionado a estos animales como máquinas devorahombres. De hecho, la propia cinta cuenta con hasta cinco adaptaciones, aunque Spielberg solo dirigió la primera. Junto a ellas, otras muchas tildan a los escualos como animales vengativos y asesinos, creando una perspectiva equivocada sobre ellos. “Todo empezó hace 45 años con Spielberg. Ahí es donde se muestra un film en el que sale un tiburón de 8 metros o 9 metros, que lo único que hace es intentar vengarse de todo el mundo que aparece a su alrededor”, explica Simón.

“Siempre les tildan de asesinos de personas, o devoradores de personas. Incluso hasta con ese aspecto de vengativos. Como son películas supertaquilleras, llaman mucha atención, y la gran mayoría de la gente, cuando ve esto, piensa que eso es así, que es una realidad. Entonces, claro, si no conoces este mundo de los tiburones, si no buceas, si no tienes contacto con ellos, es muy difícil, a no ser que veas otro tipo de cine, otro tipo de televisión, que son los documentales que van a favor suyo”, concluye.

El experto en tiburones y
El experto en tiburones y submarinismo Karlos Simón (Karlos Simón).

Sin embargo, no hay que olvidar que son animales salvajes, por lo que hay que tener cuidado cuando se bucea con ellos y saber como comportarse para evitar sustos o posibles accidentes. “No he tenido malas experiencias, pero sí que algún otro susto, porque algunas veces interactuamos con ellos para ver cómo se comportan de cara a los buceadores cuando tenemos cebo. En ese momento estás cruzando un poco el límite de no solo bucear o nadar con tiburones, sino alimentar a estos animales. Ahí, pues alguna vez el tiburón ha intentado morderme, pero más por descuido mío. Por ello hay que ir siempre con mucho cuidado y con los cinco sentidos puestos en la acción”.

“Mi sitio favorito es Las Bahamas”

“No puedo elegir un solo un sitio para bucear con tiburones, pero si es verdad que mi lugar favorito son Las Bahamas”. En este paraíso se ubican dos islas, Gran Bahama y Bimini, que son perfectas para ver tiburones tigre y tiburones martillo gigante, aunque también hay otras partes del mundo que son espectaculares. “Hay muchos sitios en México, donde hay un archipiélago que se llama Revillagigedo en el que puedes bucear con ocho o diez especies distintas, incluidas tigres y martillos, pero un poco más pequeños”, afirma el experto buceador.

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Se trata de un paraje espectacular alejado de la costa, lo que hace que la abundancia de tiburones y otras especias sea increíble. De hecho, la reserva está incluso protegida por el ejército. Simón destaca también enclaves como las islas Galápagos, Ecuador, o la isla del Coco en Costa Rica. “Son sitios superricos en todo tipo de fauna, pero también mucho en tiburones. Y otro sitio que todavía no he estado, que iré en el 2024, si hay suerte, es Polinesia, donde hay lugares también espectaculares como Fakarava o Rangiroa”, señala Karlos.

Karlos Simón buceando den Revillagigedo,
Karlos Simón buceando den Revillagigedo, México (Karlos Simón).

“No todos los sitios de buceo son iguales”

Ante estos paraísos del buceo es normal que uno se pregunte acerca de los lugares donde es más difícil o es peor hacer submarinismo, sin embargo, para Karlos Simón no hay ningún punto que no recomendaría porque no ha tenido una experiencia muy compleja para decidirlo. No obstante, la gran mayoría de destinos necesitan una preparación y conocimientos altos sobre buceo debido a las corrientes, sobre todo en los puntos donde hay corriente descendente.

Aunque sí que hay que hacer especial hincapié en las diferencias de un sitio a otro. “Lo más importante es que no todos los sitios de buceo son iguales. Hay puntos más aptos para gente con menos experiencia y hay otros sitios donde realmente hay que tener una experiencia media o incluso una experiencia muy alta. Y eso la gente, los buceadores lo tienen que tener en cuenta, que nadie se aventure a meterse en una expedición donde se exija un nivel alto”.

En este sentido, Karlos cuenta una de sus experiencias más extremas que ha vivido buceando: “de los sitios más radicales en los que he estado mi vida, que sin duda aconsejo, aunque es muy difícil realmente acceder, es Groenlandia. Hicimos una expedición, hace a lo mejor 17 años, donde fuimos a buscar un barco hundido americano en el fiordo de Erik. Bucear entre los icebergs para hacer ese tipo de inmersiones, y buscando ese pecio, yo creo que ha sido lo más espectacular y más peligroso que he hecho en mi vida, muchísimo más que bucear con tiburones”.

El experto en tiburones y
El experto en tiburones y submarinismo Karlos Simón (Karlos Simón).

El negocio del tiburón blanco

Sin lugar a duda, la guinda del pastel que busca cualquier persona que desea bucear con tiburones es hacerlo con la especie más dominante de todas: el tiburón blanco. Este majestuoso animal es una de las especies más impresionantes del planeta, tanto por su tamaño y condiciones físicas como por su temible mordida. No obstante, el turismo que rodea a este animal es diferente al de los demás tiburones, pues se encuentra bastante regulado.

“He buceado con blancos, pero he estado la mayoría de las veces con jaula, porque hay una reglamentación sobre esto bastante alta. Por toda la forma que se le ha dado, es quizá uno de los más interesantes de ver, pero realmente hay mucho negocio que se genera alrededor de esto. Hay tres o cuatro puntos en el mundo, en Australia y en Sudáfrica, sobre todo, donde se puede tener avistamientos con blancos, y claro, hay mucha gente. Además, en la mayoría de veces no hace falta tener experiencia ni título de buceo porque se hace en superficie”, cuenta Simón.

Su gran demanda hace que haya un negocio increíble alrededor del tiburón blanco, el cual intenta evitar posibles incidentes si se bucea fuera de la jaula, pues el comportamiento de estos escualos es distinto. “Es un tiburón más inteligente, pero se podría bucear sin jaula con él sin ningún problema. Para documentales o estudios científicos se hace”.

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Una nueva propuesta

Más allá de ser experto buceador y en todo lo relacionado con los tiburones, Karlos Simón también es CEO de su propia agencia de viajes, la cual brinda experiencias únicas con los escualos. De hecho, ha presentado en la cuarta edición de la Summit Universal del Turismo Espacial y Subacuático (SUTUS) su nueva propuesta de turismo subacuático con estos animales, la cual pinta a ser una vivencia rompedora y única.

La agencia ya cuenta con viajes con tiburones anteriores a este nuevo proyecto. Se tratan de experiencias en grupo que van desde las 12 a las 22 personas, dependiendo del destino, donde los usuarios pueden disfrutar de los tiburones en su hábitat natural. “Lo que hacemos en muchos casos es ir sin cebo, buceo natural por así decirlo, y los clientes ven a los tiburones. Puede ser que se acerquen a tres metros o los vean a 15 metros, depende un poco de lo que al animal le apetezca y del tipo de la especie”, cuenta Karlos.

El experto en tiburones y
El experto en tiburones y submarinismo Karlos Simón (Karlos Simón).

Por su parte, en ocasiones sí que se bucea con cebo. En este momento es cuando el viajero puede estar más cerca de los tiburones, “incluso tocarlos si se hace bien”. Pero los escualos solo se aproximan a las personas que llevan el cebo, que son los guías y expertos. No obstante, la propuesta que hace Karlos en SUTUS es totalmente distinta. En ella, el viajero va solo con él, en el mismo barco que las demás experiencias o en uno que el cliente elija, y bucean los dos solos.

“Va primero enfocado al tema de Bahamas, que es donde se bucea con tiburones más grandes y es lo más espectacular. Hay unos días de formación donde ese cliente aprende muchas cosas de cómo interactuar con tiburones, sin llegar a hacer lo que los guías expertos hacemos, pero a un nivel bastante alto: poder estar realmente dentro de la acción, con la caja de cebo y hacer ciertas cosas que realmente un cliente normal jamás haría” apunta el experto.

“El viaje que no olvidará en su vida”

Esta experiencia diferente es un viaje de un lujo extremo y exclusivo donde la persona va sola con su formador y todo el equipo que le rodea. “Es un viaje que no olvidará en su vida. La diferencia de precio es considerable, piensa que un viaje en una expedición que montamos con tiburones son 5.000 € aproximadamente, más los vuelos, pero caben en el barco entre 12 y 20 personas. Entonces eso lo tiene que cubrir una sola persona y si elige otro barco más potente, pues será aún más caro. O sea que solamente el barco se puede poner entre 60.000 y 100.000 €.

Pero esto no se queda aquí, pues a esa cantidad hay que sumarle la logística del entrenamiento y todos los costes añadidos de mantenimiento. Este tipo de turismo de lujo es lo que se presenta en SUTUS, donde aparte de la propuesta de Karlos, también hay experiencias relacionadas con inmersiones para ver la Fosa de las Marianas o viajar al espacio para ver la curvatura de la Tierra y sentir la ingravidez.

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“Estas experiencias no bajan de 150.000 dólares y hay lista de espera para hacer esto. Entonces, claro, el producto que yo ofrezco va en esa línea de turismo de lujo, que es a lo que se dedica un poco el evento que se hace en Marbella. Aquí la gente podría contratar otras cosas, sin ninguna duda. Y nosotros admitimos en nuestros viajes normales, por así llamarlos a cualquier persona, que tenga el nivel económico, pero al revés, ya es más complicado”, señala Karlos.

El experto en tiburones y
El experto en tiburones y submarinismo Karlos Simón (Karlos Simón).

La seguridad está garantizada

Cómo todo en la vida, esta actividad esconde riesgos, sin embargo, el viajero se encuentra rodeado en todo momento de expertos y personal capacitado para solucionar cualquier imprevisto. “Yo no estoy solo en el agua con ellos. Evidentemente, hay más gente, aparte hay un cámara que graba toda la experiencia. Hay también buzos de seguridad que están atentos y expertos también en tiburones, por si hay algún incidente”.

“En el barco, luego hay personal que puede atender si realmente hay un accidente, pero mejor no pensar en eso. Llevo buceando con tiburones desde el año 88, y tanto yo como mis clientes nunca jamás hemos tenido, aparte de algún sustituto, ningún problema, y eso estoy seguro de que va a continuar siendo así.”, aclara Simón.

Aparte de la seguridad, no todo el mundo puede realizar un viaje de este tipo, pues es necesario contar con cierta experiencia buceando. “Al ser tan único, tendría que haber entrevistas previas, tenemos que ver muy bien todo nuestro equipo, cómo es esa persona, que nos cuente bien cuál es su periplo dentro del mundo del buceo, y a partir de ahí, determinar si está preparado para enfrentarse a esto. Luego físicamente no es muy exigente, pero cierta forma física también tiene que tener. No tiene que estar preparado para un Ironman, pero tiene que ser una persona sana, con su reconocimiento médico totalmente en regla”, concluye Karlos.

Lo que está claro, más allá de la condición física y experiencia buceando, es que el principal requisito para poder hacer este tipo de turismo es tener dinero. Algo que es solo apto para unos pocos y a lo que otros tantos muchos sueñan con aspirar una vez en la vida. Se tratan de experiencias únicas dirigidas exclusivamente a un público muy específico, pero también las ofertan empresas muy exclusivas, pues no todas cuentan con las infraestructuras necesarias para ello. Además, es una clase de turismo al alza en el que hay largas listas de espera para viajar al centro de la tierra, nadar con ‘temibles’ animales o tocar el mismísimo cielo.

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