El Atlético de Madrid no deja de reencontrarse. En el derbi lo hizo con su mejor versión y ante Osasuna con la efectividad y solidez defensiva que tantos triunfos le han dado a los rojiblancos. Eso sí, fiel a una filosofía que no está exenta de sufrimiento y, en ocasiones, de polémica. Toda la segunda parte fue un monólogo de los de Arrasate que sometieron a un Atlético demasiado hundido en su propio campo. Griezmann en el primer tiempo y Rorro Riquelme cuando más sufría su equipo (0-2) certificaron la segunda victoria consecutiva de los rojiblancos.
“Competición, manipulación”, cantaba El Sadar en el tiempo añadido del partido. Las alegrías, tristezas y quejas van por barrios y por comunicados. Puede que el Atlético hubiera emitido uno mostrando su malestar si hubiera empatado el encuentro en el minuto 74 y el árbitro anula su gol sin ni siquiera revisar el VAR. Para los rojiblancos, Aimar Oroz da un manotazo claro a Witsel, para los rojillos, un lance del juego como tantos. Nunca llueve a gusto de todos. Gil Marín se ahorra dicho comunicado porque su equipo emitió otro con la victoria: peleará por LaLiga. Los tres puntos le dejan a cuatro del Barça y cinco del Real Madrid, pero con un partido menos en su haber.
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Los días posteriores a una noche de emociones fuertes siempre son complicados. En el Atlético de Madrid viven la misma situación que un joven el domingo por la mañana. Tras reencontrarse con su identidad y llevarse el derbi de forma clara (3-1), las noticias negativas en forma de lesión no han cesado. Primero Correa por una dura entrada de Bellingham, más tarde Memphis en un entrenamiento y, 24 horas después, Stefan Savic, se sacaron el billete a una enfermería que ya tiene overbooking en el mes de septiembre. Porque además de ellos, De Paul, Reinildo, Soyüncü, Lemar y Barrios también la ocupan.
Lino hace olvidar a Carrasco
Así, en cuadro, con tan solo 15 futbolistas del primer equipo, se plantó el Atlético en El Sadar. Simeone no tuvo dudas a la hora de armar el once titular porque prácticamente no podía tenerlas. El único cambio respecto a los que ganaron al Real Madrid fue la entrada de Witsel al eje de la zaga en lugar del lesionado Savic. El belga, junto a Hermoso, se encargó de despejar todo el peligro aéreo que sobrevolaba el área colchonera. Osasuna no apreteba la salida de balón Atlética y Samu Lino, que no corre, sino que vuela, se encontró con una autopista para llegar a línea de fondo y centrar. Y en uno de sus envíos, silenció El Sadar.
Envió un balón muy difícil de defender para los centrales y al que no acertó a rematar Morata, pero sí lo hizo Griezmann enmendando el error del español. Los de Arrasate sufrieron el golpe. Erráticos con la posesión, no eran capaces de generar peligro, aunque en el segundo tiempo todo cambió. Tras el paso por vestuarios, el campo se inclinó hacia un lado, el de Oblak. El vendaval navarro alcanzó su clímax cuando David García cabeceó un balón a la red. Porque en primera instancia Martínez Munuera señaló el círculo central, pero por el pinganillo le comentaron que Aimar Oroz, desestabilizado por un empujón de Giménez, le había dado un leve manotazo a Witsel. El árbitro ni fue a la pantalla, cogió su silbato y reanudó el juego.
Ese fue el germen de la tensión que aún estaba por desatarse. No sin antes estar sentenciado el partido tras un gol de Rorro Riquelme en el que, otra vez, participa Samu Lino. Después de dicha sentencia, llegó la tempestad. Morata y Chimy se enzarzaron una vez y el rojiblanco la amarilla. Se enzarzaron otra, en el córner, y Morata soltó una patadita a la que el argentino contestó con un pisotón en la tibia. Roja directa para el rojillo y doble amarilla para el colchonero, dos a la ducha. Y el Atleti se queda a tres días de recibir al Cádiz con un único delantero disponible: Griezmann.
🎙️ El análisis de @Simeone tras la victoria en Pamplona. pic.twitter.com/zg8qvqHSfj
— Atlético de Madrid (@Atleti) September 28, 2023
El Atlético, la bestia negra de Osasuna
La última vez que los navarros sacaron un resultado positivo frente a los rojiblancos, Jagoba Arrasate entrenaba a la Real Sociedad y los de Simeone aún jugaban sus partidos en el Vicente Calderón. Aquel 3-0 con goles de Cejudo, Armenteros y Roberto Torres, dio paso a la mala racha que aún perdura. Todos los enfrentamientos ante el Atlético (10) han caído del lado colchonero.
“Nuestra cuenta pendiente es ganar al Atlético. Desde que hemos vuelto a Primera hemos perdido todos los partidos contra ellos, pero entiendo que este año hemos roto bastantes estadísticas negativas. Es nuestra bestia negra. Ni hemos sumado. Tenemos que hacer algo más de lo que hemos hecho últimamente. Muchas veces nos han ganado con relativa facilidad y en otros hemos estado ahí. Se trata de acercarnos a nuestra mejor versión”, asegura Arrasate. Este jueves su equipo no ofreció facilidades, pero, al igual que en los diez enfrentamientos anteriores, se marchó de vacío y el Atlético con los tres puntos y la moral de seguir en línea ascendente.