Javier Fernández se ha convertido en el concursante sorpresa de la octava edición de GH VIP. El bicampeón del mundo y siete veces campeón de Europa de patinaje artístico sobre hielo se incorporaba a la casa de Guadalix de la Sierra el pasado jueves 21 de septiembre, sustituyendo así al “infiltrado” Pedro García Aguado.
Con esta incursión televisiva, el medallista olímpico salta a la primera línea mediática tras una exitosa trayectoria deportiva en la que, a pesar de su habitual discreción, no ha podido evitar que trasciendan informaciones de su vida privada. Es el caso del triángulo amoroso del que formó parte y que dinamitó la relación profesional con su exentrenador y descubridor, el ruso Nikolai Morozov.
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Cuando Fernández tenía 17 años y soñaba con triunfar patinando sobre el hielo, un campamento de verano en Andorra le cambió la vida. Allí conoció a Morozov, que impartía un curso intensivo de dos semanas y, tras finalizar las clases, le ofreció al madrileño irse con él y su equipo a Estados Unidos. El joven, hijo de una funcionaria de Correos y un mecánico militar, no dudó en aceptar la oportunidad y se trasladó a América a la semana siguiente.
Tal y como relató hace unos años en el programa Chester con Risto Mejide, durante los primeros meses tuvo que recibir las clases “por señas” porque no hablaba nada de inglés y su instructor tampoco hablaba castellano. “Así estuve año y medio en Nueva Jersey y luego Nikolai decidió que nos fuéramos todos los patinadores con él a Rusia. Allí estuve casi un año, en residencias y hoteles. Hubo momentos horrorosos”, relataba en el formato de Cuatro.
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Una relación rota
Desde aquel momento, Javier Fernández cosecharía grandes éxitos deportivos de la mano de Morozov, pero en 2011 rompió con él y se trasladó a Toronto para iniciar una nueva etapa junto a Brian Orser. En la citada entrevista televisiva, el patinador confesaría que tras esa decisión hubo una tercera persona.
“La relación con mi entrenador se rompió porque hubo una persona entre medias que decidió dejar de estar con él para estar conmigo”, explicaba el joven, dejando claro que su vínculo profesional con el entrenador se había roto “por una chica”.
La mujer en cuestión no era otra que la japonesa Miki Ando. La también bicampeona del mundo de patinaje artístico sobre hielo fue pareja sentimental de Nikolai, quien también era su entrenador. En 2011, su noviazgo saltó por los aires y no sería hasta tres años después cuando el patinador español anunciaría públicamente su relación: “Hoy es un día especial para nosotros, queremos compartir nuestros sentimientos con todos. Los puntos principales de esta relación se basan en el amor y el construir una familia feliz. Esto acaba de empezar y solo esperamos tener un cálido apoyo de todo el mundo. Con cariño, Javi y Miki”, escribió en su perfil de Instagram.
En 2019, el madrileño ofrecía una entrevista a Diez Minutos en la que hablaba de su cambio de entrenador y, esta vez, eludía hacer mención a su relación con Ando, con quien ya había roto por aquel entonces. “La diferencia entre Morozov y Brian era que tenían diferentes formas de trabajar. De Morozov no me gustaban los viajes, no tener un sitio fijo desde donde llamar a mi familia, no tener una base. Vivía en hoteles o residencias, y eso me quemó por dentro. Me di cuenta de que necesitaba un cambio, estaba sufriendo mucho”, explicó.
El sueño de Javier Fernández con una exnovia
Hace unos días, ya en la casa de GH VIP, el medallista olímpico confesaba haber soñado con una exnovia, aunque no desvelaba la identidad de la chica. “Me he despertado hoy teniendo un sueño muy extraño, no sé de dónde sale, ni por qué ni la razón”, afirmaba.
“Con mi ex no tenemos una buena relación porque lo dejamos mal. Luego hablamos, todo se quedó en una relación positiva como amigos después de haber soltado toda la mierda”, le relataba a Sol Macaluso, que después de que le narrara el sueño le daba un consejo: “Estás preparado para soltar ese enfado. Me lo cuentas desde un lugar en el que aún te duele. Soltar es decir que le deseas lo mejor”.
“No se merece que le desee lo mejor, hasta que me demuestre lo contrario”, espetaba entonces Fernández. “Me genera odio cuando no quiero odiar, al final después de tener una relación cordial y buena, de repente que lo tire todo por la ventana, incluso cuando no estamos juntos...”, lamentaba, desvelando así su conflicto con la que parece haber sido su última novia.