El precio de saltarse la disciplina de voto: qué ocurriría si algún diputado del PSOE apoyara la investidura de Feijóo

Votar en contra de lo que marca la línea oficial del partido puede salir caro, a tenor de los precedentes

Guardar
Congreso de los Diputados.
Congreso de los Diputados.

Votar sobre el aborto, la ley trans o a favor de la elección de Enrique Arnaldo como magistrado del Tribunal Constitucional a veces no es trago de buen gusto cuando estás en contra de las posiciones oficiales de tu partido. Son asuntos a los que se han tenido que enfrentar diputados como Celia Villalobos, Carmen Calvo u Odón Elorza, entre otros. Ellos no compartían la opinión oficial de su formación y se saltaron la disciplina de partido y eso, según los estatutos de las formaciones, trae consecuencias.

Lo cierto es que ninguna ley limita que los diputados puedan cambiar el sentido del voto con respecto a su partido. Es más, la Constitución establece que los diputados tienen libertad de voto, y especifica que es un derecho personal e indelegable. No obstante, a pesar de que en estos textos legales no aparezca ningún tipo de limitación, en los estatutos de las formaciones políticas sí, lo que permite a los partidos sancionar a aquellos diputados que se salten la línea oficial.

Te puede interesar: Feijóo se somete a un intento de investidura sin apoyos del que pretende salir como “ganador moral”

Según el reglamento de los socialistas, tras adscribirse a la “unidad de actuación y disciplina de voto”, dejan en manos de la comisión ética y de garantías del partido las posibles sanciones a los responsables públicos de aquellas votaciones discordantes con el resto del grupo parlamentario. Según la normativa firmada por todos los diputados, las sanciones que se contemplan son de diferente índole, aunque tradicionalmente, a aquellos diputados díscolos se les ha aplicado una sanción económica de 600 euros.

El Partido Popular considera que, la indisciplina de partido con relación al voto, es una falta grave, por lo que incluye, como posible consecuencia, una suspensión de afiliación temporal a la formación. Además, contempla la posibilidad de inhabilitar al responsable público de cualquier cargo dentro del partido. No obstante, en la gran mayoría de las ocasiones todos estos procesos quedan reducidos a una sanción económica.

Te puede interesar: El PSOE utilizará la investidura de Feijóo como lanzadera para la de Pedro Sánchez

En Vox no hay ningún reglamento de este tipo. Sin embargo, un documento del año 2019 contextualizado en las elecciones municipales y autonómicas de aquel año, explica que se prevén multas de hasta 3.000 euros a los insumisos.

Durante la etapa de Unidas Podemos, las sanciones contra la indisciplina de voto de partido también existían. Si son consideradas graves, se debía abonar una cantidad entre los 200 y los 500 euros, aunque si son muy graves, la multa podría llegar hasta los 1.000. Por su parte, las faltas leves quedaban exentas de compensación económica alguna.

Los parlamentarios ‘indisciplinados’

Si existe una votación indisciplinada, esa fue, por descontado, la votación de la investidura de Rajoy. En aquella ocasión, muchos de los diputados del PSOE se negaron a permitir un Gobierno de Rajoy con su abstención- Por esta razón, se saltaron la directriz de la dirección del PSOE y se mantuvieron fieles a lo prometido por Sánchez: “No es no”. Meritxell Batet, Margarita Robles, José Zaragoza o Manuel Cruz, votaron ‘no’ y fueron sancionados con 600 euros.

En el PP, Celia Villalobos ha sido una de las diputadas con más libertad para votar. Siempre que lo ha considerado, ha votado con su conciencia y no lo impuesto por Génova. En 2005, votó a favor del matrimonio igualitario, por lo que fue sancionada con 300 euros. En 2014, junto con otros cuatro diputados, Villalobos también votó en contra de la reforma de la Ley del Aborto planteada por Ruiz-Gallardón. Se saltaba la norma por segunda vez, como sanción le impusieron abonar 500 euros.

Guardar