69.082. No es el número de la lotería, sino la cantidad de aficionados que se dieron cita en el Metropolitano para presenciar la contundente victoria en el derbi ante el Real Madrid. Nunca hubo tantos atléticos felices congregados en un mismo espacio, esplendorosos tras ver como su equipo se reencontraba consigo mismos tras el esperpéntico partido ante el Valencia, saldado con derrota (3-0), y la incredulidad de observar como el portero de la Lazio empataba el partido en la última jugada del choque.
La del pasado domingo fue una noche plena en el feudo rojiblanco. Un partido que consolidó la dupla ofensiva formada por Griezmann y Morata, rehabilitó a un Saúl desconectado en las últimas temporadas y sirvió para la ebullición de nuevo futbolista que se antoja importante para Simeone. Responde al nombre de Samu Lino. Hace poco más de un mes, su destino parecía lejos del Metropolitano. La jerarquía de Carrasco y la llegada de Galán le situaban como el tercero en discordia y con una situación similar a la de la pasada temporada: ante la necesidad de encontrar acomodo en otro equipo.
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De tercero en discordia a titular en el derbi
Su cesión en el Valencia le valió para ganarse la confianza de un Simeone que ve en el brasileño un jugador capaz de asimilar lo que espera de él. En el debut europeo de los rojiblancos estreno titularidad y en el derbi prolongó dicho estatus. Y de manera satisfactoria. Ante el Real Madrid participó en los tres goles rojiblancos, dio una asistencia, tuvo un 87% de acierto en el pase y solo tuvo seis pérdidas de balón en sus 44 acciones con la posesión. “Estoy absorbiendo todos los conceptos del Cholo, sobre todo los defensivos, como saber perfilarme”, explica el rojiblanco.
El derbi del Metropolitano era la primera prueba de fuego para Lino, amenazado por las caídas a banda de un Bellingham minimizado y las apariciones por esa zona de Valverde y Rodrygo que buscaban tener superioridad en ataque. Ancelotti podía detectar en él un punto débil de los colchoneros, por la falta de experiencia como carrilero, pero lo que se encontró fue todo lo contrario. Se mostró sólido y comprometido en defensa y punzante en ataque. Su verticalidad y desborde contribuyeron a que la defensa blanca se desordenase y que el narrador citara su nombre en todos los goles rojiblancos.
Participó en todos los goles del Atlético
En el primero, sirviendo el centro a Morata; en el segundo, dando el pase en profundidad a Saúl para que este sirviera la asistencia a Griezmann; y en el tercero, triangulando con el francés y el canterano para que Morata firmara su particular doblete. “Lino es un jugador más asociativo para que el equipo pueda encontrar velocidad y posesión en campo rival. No jugó el otro día porque tuvo una mini lesión y entendía que no hacía falta correr riesgos con su presencia”, explica Simeone.
“Es diferente a lo que teníamos. Nos da velocidad, situaciones por fuera para tener juego del que elijamos. Siento que tenemos una plantilla importante”, añade el técnico argentino, clave en la continuidad de Lino este verano. El club no era reticente a buscarle otra cesión, pero Simeone se negó a ello. Lino triunfó en Valencia como un extremo con desborde y gol, pero ha acabado por enamorar al Cholo adueñándose de toda la banda izquierda en pruebas exigentes, como el derbi ante el Real Madrid, en el que se graduó como carrilero. Simeone, más cerca de encontrar a su Carrasco.