La escritora de origen indio Begum Rokega fue una de esas pioneras olvidadas del feminismo que defendió desde su obra los derechos de las mujeres. Ya a principios del siglo XX habló de discriminación, de la necesidad de respeto, de igualdad, de libertad. En 1905 se publicó El sueño de la sultana, una especie de distopía (más bien, en este caso utopía) que subvertía el orden establecido, ya que transcurría en un país gobernado por mujeres.
Cuando Isabel Herguera descubrió este libro supo que quería hacer algo con ese material. Era difícil trasladarlo a imágenes, así que eligió la animación para plasmar todo el potencial de un texto tan potente e importante. Así surgió El sueño de la sultana, que se ha convertido en la primera película de animación europea que ha participado en la sección oficial del Festival de San Sebastián.
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En la película nos encontraremos a Inés, una especie de alter ego de la directora, que viaja a la India y se encuentra casi de forma mágica con este libro, como precisamente le ocurrió a ella. Así que decide investigar todo lo relacionado con él y con ese paraíso llamado Ladyland, donde las mujeres mandan y los hombres obedecen. ¿Algo parecido a lo que veíamos este año en Barbie? En efecto. Sin embargo, a pesar de las conexiones, una es un producto mainstream y la otra es un experimento radical repleto de capas y de texturas, de técnicas que explotan de manera tan sensorial como poética.
Encontramos dibujos en acuarela, recortables para recrear un teatro de sombras o arte Mehndi (los mosaicos en henna que sirve para decorar el cuerpo de forma temporal) y cada una de las fórmulas se utiliza para definir los diferentes episodios que adquieren un enorme carácter simbólico.
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La importancia de la palabra
Además de la imagen, también encontramos la palabra, la de la propia narradora que irá guiando al espectador por este nuevo mundo y otras, como la del filósofo Paul B. Preciado, que también ha estado en Donostia para presentar su primera película, otra obra absolutamente a contracorriente como es Orlando: mi biografía política. Pero también hay invitadas muy especiales, como Mary Beard, la gran divulgadora experta en estudios clásicos desde una perspectiva feminista y autora de libros fundamentales como Mujeres y poder: un manifiesto.
Isabel Herguera tenía experiencia en el campo de la animación, pero nunca había dirigido un largometraje, por lo que esta se consideraría su ópera prima. Sorprende la hazaña, por su ambición, pero también por su delicadeza, por la emoción que transmite y por su belleza. Una obra reveladora y valiente que enlaza el pasado con el presente para lanzar un mensaje al futuro. La unión hace la fuerza, así como el sentimiento de comunidad.