Javier Ibarra (Zaragoza, 1980) lleva algo menos de un año lejos del foco, pero su exposición pública no se ha reducido. Salir de casa significa hacerse fotos. Su fama en el mundo hispanohablante traspasa generaciones y la normalidad, sea lo que sea para los demás, no parece posible en la vida de Javi, que cuando pone un pie en la calle se convierte en Kase O, tal vez el rapero más importante del castellano.
Tras su exitosa Gira X Aniversario Jazz Magnetism, Kase O anunció un retiro e incluso dejó entrever una marcha definitiva, aunque poco a poco le vuelve a picar la curiosidad de la música. Mientras recarga pilas, ha anunciado una línea de productos CBD, dentro de las colecciones que diseña la empresa líder del sector en España, The Tree CBD. Sentado en un banco de una iglesia protestante de Madrid, atiende a Infobae España para hablar de este proyecto y de su vida sin escenarios.
Pregunta: ¿Cómo va la vida lejos de los escenarios?
Respuesta: La exposición pública sigue. Cuando salgo a la calle sé que voy a tener que hacerme fotos y que la gente me va a parar. A no ser que me vaya a un país de habla no hispana, el relax no existe a no ser que me quede en casa. Pero el trajín de los viajes y estar lejos de la familia me estaba afectando. Se nota mucho cuando estás en casa, la relación con mi hija ha crecido exponencialmente, y cuando estás fuera cuesta conseguirlo, los niños no dan cariño gratis. Ahora estoy feliz porque estoy al 100% con mi familia y disfrutando de eso, pero me sigo metiendo en líos, me he inventado esta línea de CBD.
P: Es raro entrevistarte por tu faceta de empresario y no por tu carrera. ¿Cómo nace este proyecto?
R: Sí, a mí también se me hace raro. Surge por tener experiencias nuevas, una aventura empresarial. Este producto yo lo consumo desde hace años, vendo un momento de tranquilidad, después de cenar. Hacerte tu infusión, echarte unas gotitas. A la gente le está viniendo muy bien, es un ansiolítico muy leve, pero ayuda a encontrar el sueño, a relajarse, a paliar la ansiedad en momentos de estrés. Lo vendo porque lo consumo y es algo que puedo defender sin ruborizarme.
P: Hace 20 años esto no hubiese sido bien recibido.
R: El CBD en farmacias arrasa y las cremas para dolores musculares son magia, funcionan. El cannabis terapéutico en muchos países ya se está usando legalmente. Es un buen calmante. El CBD tiene un efecto muy leve. Además, a mí me ayudo para dejar el tabaco, lo usé como sustituto, y también para dejar el THC. Ya no tengo 18 años, no puedo ir colocado todo el día, tengo cosas que hacer en la vida, pero es un hábito muy difícil de dejar. Pude sustituirlo por el CBD, para mí era superdifícil dejar el tabaco y todo eso. Me ayudó para combatir el mono.
P: ¿Te consideras una persona con personalidad adictiva? Ya sea al alcohol, al escenario o a las redes sociales.
R: Sí, para qué negártelo. He tenido adicción al tabaco y al THC o marihuana, como quieras llamarlo. No sé si adicción o mucho hábito [risas]. Pero quién no tiene adicciones, ahora existe la adicción al Instagram, mira la de tiempo que se pierde y el caos de estímulos de vídeos de 10 segundos, eso se estudiará. Antes te hacías una llamada al día y ahora estás en contacto con toda tu agenda continuamente. No nos damos cuenta y vamos estresados, crispados, con presión social y de que la gente piense en ti... Esa adicción a la atención de los demás es real.
P: ¿Eres una persona más preocupada ahora que eres padre?
R: No, tampoco tanto. No me gusta obsesionarme con nada y las cosas que no están bajo tu control prefiero no pensarlas. Pero si me preocupo no es tanto por mi hija, lo digo desde mi punto de vista personal. Me gusta tener hábitos sanos. He pasado depresiones y momentos a los que no quiero volver, así que me cuido la mente y mis pensamientos. Me río más de mí mismo e intento no darle tanta importancia a las cosas. Soy consciente de cuando se me está yendo la olla o estoy con el ceño fruncido. Y ahí tiro de la sonrisa, tengo ese resorte: si me descubro rayado, me río de mí mismo. Ahora estoy mucho más atento a mis pensamientos.
Sí podría tener hábitos más sanos y comer mejor, pero, ¿qué es comer mejor? Si comes verduras y están llenas de químicos. Mejor no rayarse con esas cosas. Además, tengo mi propia manera de ver la enfermedad. Además, cuidarse para vivir más... ¿Es tan necesario vivir más? [risas]. Pienso que lo más importante son la cabeza y el corazón. Más que fumar o drogarse, que tengas un positivismo y seas amable, que tengas buenas vibraciones con la vida y la gente. Sé que sueno a libro de autoayuda, pero eso es más importante que ciertos hábitos. Puedes ser un tipo supersano, pero si eres criticón y envidioso, y alguna mierda te va a salir, porque tu corazón está podrido. Así no se puede dormir, ni con CBD [risas].
P: Con tu disco El Círculo hablabas mucho de salud mental. Eso era 2016 y lo hablaste muy abiertamente. Ahora ya hay propuestas políticas para aumentar el número de psiquiatras y psicólogos. Ahora la salud mental sí tiene importancia ni se ve mal ir al psicólogo.
R: Puede ser, es que como yo he estado en contacto con eso toda mi vida, siempre lo he visto como algo normal [risas]. Pero sí es verdad, ahora se habla más abiertamente. Es que hay que ayudar a la gente. Ahora que se habla de las lenguas cooficiales en el Congreso... pero a quién le importa eso. Lo importante es que la gente pague impuestos para que todos tengamos acceso a la salud pública y no tengan que gastarse un dineral. La psicología está abandonadísima. Se habla mucho, quítale el dinero a los militares y dáselo a la sanidad. Los impuestos se van a pagar deudas externas, unas deudas que nadie nos ha preguntado si las queríamos. Es todo un teatrillo: psiquiatras y psicólogos de calidad, y rápido. Eso es una cosa por la que hay que trabajar. Si es que lo que importa es el amor. Nadie dice eso, solo Kase O, pero es un loquito y un hippie.
P: ¿Te preocupa la exposición pública? ¿Dejas de decir cosas para evitar estar en el foco? [Kase O ha estado en el centro de varias polémicas en el pasado por su opinión negativa en torno a la vacuna de la covid-19]
R: Es jodido no poder decir lo que quieres decir, pero estoy en proceso de superar esos miedos, tampoco es bueno estar callado. Yo pienso muy diferente al mainstream, pero aunque tú digas una cosa contraria, creo que la gente admira el valor de que defiendas tus ideas. Puedes meter la pata y decir majaderías, pero estoy en mi derecho. Me río de mí mismo, me gusta que me tomen por loco, así puedo decir lo que quiera. Me muevo bien en esa línea gracias a mis declaraciones [risas]. A veces me asusto, cuando fui trending topic por decir cosas sobre vacunas y el autismo tenía miedo a salir de casa. Me acojoné. Me sentía odiado y no, eran unos pocos miles de tuits y la mayoría eran bots para generar conflicto. Pero no, la gente me abrazaba mucho al salir, aunque hubiera metido la pata.
No es agradable para nada estar en el foco. No digo todo lo que pienso. Por lo menos, no públicamente. Yo hago canciones y canalizo todo eso, pero estoy bloqueado, porque no puedo decir lo que pienso sin que te linchen socialmente. Pero voy a ganar esta batalla con mi próximo disco, aunque es verdad que no me gusta estar callado y estoy muy solo con algunos de mis pensamientos. Además, puedo estar equivocado y tengo que respetar los miedos de la gente. No es fácil vivir, no voy a defender mis ideas sobre las de otro. Puedo hacer una canción, pero soy muy tolerante y empático. Me encantaría que todos vieran el mundo como yo, pero la vida es así.
P: ¿Hay que separar al artista de la obra?
R: Es que no sé si es posible, yo soy Kase O y Javier Ibarra, no sé si se puede separar. Pero bueno, yo distingo la obra del artista, aunque el artista sea una gonorrea [risas]. Muy pocos de los artistas que nos gustan sirven como ejemplo de nada. Y más en el rap: asesinos, pandilleros... pero qué bien rapean [risas]. Neruda era una gonorrea, si es que lo mejor es no saber nada de sus vidas y disfrutar del arte. Dalí, Picasso... todos unas gonorreas menos yo [risas].
P: ¿Te has revisado gracias al avance del feminismo? ¿Has echado la vista atrás y sentido mal por alguna de tus letras o actitudes?
R: No me quita el sueño, porque en mi tiempo ya las tías no se callaban. Te decían, ¿tú qué dices de puta? Y se te plantaban. Todo era porque imitábamos a los americanos, que usan mucho puta y expresiones así, pero es que nos hemos criado en una sociedad machista. Pero no me fustigo porque ya me fustigué en su día. Creo que en Violadores del Verso no se pueden encontrar frases demasiado fuertes. A lo mejor en las maquetas, cuando éramos muy jóvenes, pero claro, el problema sería que a día de hoy siguiera diciendo esas cosas. Pero bueno, está bien revisarse. Creo que estamos en el buen camino y que queda mucho por trabajar. No quiero decir tampoco que hay que proteger a la mujer, porque suenas paternalista. Lo mejor es estar puto callado. Ser mujer es un mundo, no nos lo podemos ni imaginar los hombres, que desde los 13 años te digan cosas. A muerte con ellas. Hay que aprender a convivir con respeto y humildad, hay que trabajarlo desde las casas, que muchos padres dejan que eduquen a sus hijos los dibujos animados.