“Me siento hasta mal, porque como yo no ando demasiado con el teléfono, a lo mejor no llego a responder a todos de la cantidad de mensajes que tengo. Y no es porque no quiera, sino porque a lo mejor ni los llego a leer. Entonces, espero que no piensen que no les respondo porque me dan igual o algún motivo”. Jorge Prado (Lugo, 2001) acaba de convertirse en el primer campeón del mundo español de la historia en la categoría reina del motocross (MXGP), pero, ante todo, es un chaval de 22 años con la humildad por bandera. Recibir las felicitaciones de nombres propios del motor como los hermanos Márquez, Carlos Sainz, Fabio Quartararo, Toni Bou o Laia Sanz, entre muchos otros, ilusiona a cualquiera. Sin embargo, el propio interesado asevera que esto no debe ser motivo para instalarse en las nubes: “El año que viene, volvemos a empezar de cero”.
Aun así, el presente dictamina que ahora toca disfrutar. De ahí que el piloto gallego se muestre exultante pocos días después de haber conseguido el bombazo por excelencia de su trayectoria deportiva. La risa no para de acompañarle durante toda su conversación con Infobae España, en la que constata que todavía no se cree del todo lo que ocurrió el pasado domingo en Italia. Es más: Prado estaba tan metido en faena que le costó ser consciente de que el título pasaba a pertenecerle.
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“Cuando fue el salto de meta, no sabía que era campeón del mundo. De hecho, iba tan concentrado en terminar la manga y ganar que no leí ni la pizarra donde estaba escrito que era campeón del mundo, 50 metros antes del salto de meta. Yo iba tan focalizado en lo mío que no lo sabía, ya que matemáticamente también era complicado. Entonces, tampoco pensé en que podría ser posible. Y cuando vi a todo el mundo al lado de la parrilla de salida para celebrarlo, fue algo increíble. Porque de no esperarte nada, sólo celebrar el triunfo de la manga, a pasar a celebrar que eres campeón del mundo… Te quedas sin palabras en el momento”, se sincera.
El sueño de toda una vida quedó cumplido. Además, con condición de pionero incluida. Esa reservada únicamente a los más grandes. “Se sabe que el motocross es un deporte superconocido en Bélgica o Países Bajos, y la mayoría de campeones salen de esos países. Pero también los españoles podemos ser campeones del mundo de motocross de la categoría máxima, y yo creo que esto va a ayudar mucho a las jóvenes promesas para luchar fuerte por sus sueños”, confía. El enésimo héroe de nuestro deporte tiene muy clara su máxima: “Mi objetivo principal es divertirme encima de la moto. El siguiente es ganar”. Algo a lo que está abonado desde bien pequeño.
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Precoz en talento y madurez
La pasión de Jorge por las motos y la velocidad en sí estaba escrita de antemano. “Mi padre era un aficionado a las motos de trial y motocross. Al verle que salía a veces con sus amigos con las motos, yo también quería. Me compró la moto de trial y empecé con eso. De ahí me viene mi primer recuerdo: en el jardín de mi abuela, estrenando la moto que me llegó por Reyes. Mi abuela fue la que le dejó a mi padre comprar su primera moto. Al final, viene de familia. A todos nos gusta el motor. Cuando era pequeño, íbamos a ver competiciones, por ejemplo, de MotoGP, con los abuelos y tal”, recuerda orgulloso.
Con apenas una década de vida, Prado ya era campeón mundial y europeo de 65 cc: el más joven de siempre. Una proeza que llevó a marcas de la talla de Red Bull y KTM a apostar por el niño sin dudarlo. Eso sí, para apuesta la que tuvieron que realizar en casa a raíz de su éxito temprano: dejarlo todo y emigrar a Bélgica para que las habilidades sobre la moto de Jorge siguiesen desarrollándose. “Si algún día quería llegar a estar en la posición de luchar por un Mundial, o por lo menos llegar a un Mundial de motocross, iba a tener más posibilidades entrenando donde están los mejores y aprendiendo de ellos”, se justifica el causante de una mudanza que le marcaría para siempre.
“No es fácil. La cultura es diferente, no hablas el idioma, no tienes ahí a la familia, no tienes amigos y relacionarte es complicado también, porque al final la mentalidad belga es muy diferente a la española. Yo tenía claro que era el camino que tenía que seguir si algún día quería ser campeón del mundo. Le vi siempre el lado positivo e intentaba borrar las cosas negativas. Estaba siempre focalizado en el camino que quería seguir. Pero sí, tengo que decir que fue duro”, reconoce. Para muestra, lo que le ocurrió en las aulas: “Al final, yo, después de estar seis-siete años allí, en el colegio no hice ningún amigo. Imagínate lo duro que es para un niño de esa edad, cuando yo en España me relacionaba con todo el mundo. En Bélgica, fue muy complicado”.
“Llevamos el deporte a un nivel al que la F1 o MotoGP no pueden llegar”
A Prado no sólo le ha curtido sobremanera abandonar la zona de confort cuando otros aún están muy lejos de planteárselo. Su llegada a la cima tampoco puede explicarse sin tener en cuenta las lesiones, algunas de gravedad. “A ver, como nuevo no estoy, pero bueno, para hacer motocross y ser campeón del mundo es suficiente. Pero sí que es verdad que me gustaría poder estar un poquito mejor. Tuve cuatro roturas de clavícula, un fémur, una tibia, la espalda, la mano, costilla. Si empiezo, no paro. Se me salió el hombro el año pasado… Son cosas con las que, en el día a día, una persona normal no tendría problema. Yo, como deportista, no del todo, pero sí que es verdad que hay movimientos con los que estoy un poco limitado”, se resigna.
No obstante, las dificultades no le han impedido hacerse con el máximo logro de su disciplina. Cimentado a base de todo lo que el camino, tanto bueno como malo, ha ido deparándole. “Todos los títulos que llevo durante toda mi carrera deportiva me han ayudado a prepararme para este año. Ha sido una temporada muy larga y había que estar muy bien físicamente y mentalmente. Estoy supercontento de cómo gestioné todo”, valora Jorge. También fue el más joven de todos los tiempos en imponerse en 125cc y conquistó por partida doble el Mundial de MX2 (segunda división) antes de llegar a MXGP en 2020.
“No nos podemos comparar con la Fórmula 1″, concede Prado, al que le encantaría que el motocross tuviese tanta repercusión como el Gran Circo. ¿Por qué? “Es un deporte superespectacular y, desde mi punto de vista, no tiene comparación con la Fórmula 1 a nivel físico y al nivel que llegamos nosotros. Llevamos el deporte a un nivel al que la F1 o MotoGP no pueden llegar, porque ellos no entrenan lo que entrenamos nosotros. Nosotros entrenamos tanto encima de la moto durante las semanas que, al final, llevamos nuestro deporte al límite, y eso lo hace superespecial y complicado también. Porque si todos entrenamos tanto, es mucho más complicado ganar”, argumenta el lucense.
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Fernando Alonso tenía que aparecer en escena, casi por alusiones. “Creo que si podemos hacer lo mismo que hizo él, con el motocross, sería espectacular”, opina Jorge. No cuesta advertir virtudes compartidas con el asturiano cuando se le solicita una definición de sí mismo: “Mis puntos fuertes son las salidas, mi velocidad y, este año, creo que la forma física también. La mayoría de veces que salgo primero, termino primero. Y después soy un piloto muy poco agresivo y bastante peleón también. En el sentido de que cuando alguien me pasa, yo le vuelvo a pasar. Así que hago que las carreras sean bastante entretenidas”.
Ya se ha vendido él, pero ¿cuál es su alegato para que el motocross gane afición? “Es un deporte de riesgo, pero a la vez superespectacular. Lo bonito es que se hace al aire libre. Los circuitos son siempre todos diferentes. Los tipos de terrenos son todos diferentes, porque eso depende de dónde se haga el circuito. La pista cambia durante la carrera. No sólo influye el ser rápido, sino también el ser inteligente y saber cuándo tienes que cambiar las trazadas, el leer la pista… Puede ser uno de los deportes más físicos que hay. La preparación es superimportante. Yo creo que, al ser espectacular, el público puede sentir muy bien la adrenalina que llevamos los pilotos y que se genera en la competición. Y es por eso que engancha tanto, porque una vez que lo ves, quieres repetir. Además, los saltos, la velocidad que llevamos en sitios donde no te imaginas que puedes ir tan rápido y poder verlo a pie de pista lo hacen algo muy bonito”. Palabra del nuevo rey del mundo en estas lides.