A Anna Ferré-Mateu se le daban fatal las matemáticas en el colegio, pero como quería dedicarse a la ciencia, no le quedó más remedio que aplicarse. Con el tiempo, gracias a esa perseverancia y a que un profesor en el instituto le hizo ver la asignatura de otra manera, no solo logró mejorar, sino que se convirtió en astrofísica y ahora estudia la formación y evolución de las galaxias. Al igual que otras muchas mujeres que se dedican al ámbito de la ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas y medicina, Anna creció en una España sin referentes femeninos y, aunque en los últimos años se hayan logrado grandes avances en materia de igualdad, asegura que “aún queda mucho por hacer”.
La presencia de las mujeres en el ámbito de la ciencia y la tecnología a nivel mundial aún es escasa, pues menos del 30% son investigadoras, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Como ocurre en otros muchos sectores, el científico también está plagado de barreras que impiden ascender a las mujeres, actitudes machistas, situaciones de acoso y salarios más bajos. “Mis supervisores, por ejemplo, siempre han sido hombres, y a lo largo de mi carrera he visto muchos casos de abuso de poder, lo que me llevó incluso a intervenir en varias ocasiones”, cuenta Ferré-Mateu en conversación con Infobae España, si bien reconoce que, a diferencia de décadas atrás, ahora muchas de sus colegas científicas son referentes para otras generaciones.
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La astrónoma e investigadora es una de las siete mujeres españolas que viajarán a la Antártida con la iniciativa Homeward Bound, un proyecto australiano apoyado por Acciona en España cuyo objetivo es reforzar el liderazgo femenino en la toma de decisiones ante retos globales como el cambio climático, la contaminación por plásticos o la deforestación. Tras un parón de dos años por la pandemia, la iniciativa retoma este año su actividad con dos expediciones de 188 mujeres de 25 países: la primera saldrá el 3 de noviembre de Ushuaia (Argentina) y la segunda partirá dos semanas después desde Puerto Madryn, lo que les permitirá viajar por la península antártica para dar testimonio del estado crítico del planeta y buscar colaboraciones que permitan afrontar la crisis climática.
Pero este programa, sobre todo, tiene como objetivo conectar las diferentes disciplinas de estas mujeres, crear vínculos, luchar por la igualdad y que puedan convertirse en referentes para las niñas. De hecho, tras la presentación del proyecto este jueves en Madrid, Ferré-Mateu aclaró que “no van con un proyecto científico concreto”, sino a buscar nuevas vías y colaboraciones: “Para mí significa aprender y aportar, contar con diferentes puntos de vista”.
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Las otras seis mujeres españolas son Hilde Pérez, ingeniera mecánica; Judit Jiménez, bioquímica y genetista; Marga López, bióloga marina y especialista en cambio climático; Zaida Ortega, ecóloga; Gurutzeta Guillera, ingeniera de telecomunicaciones, y Sonia Castañeda, abogada ambiental.
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Cambio cultural
Como mujeres científicas, Hilde y Zaida cuentan a este medio que su camino también ha estado lleno de obstáculos y que sobre todo fueron conscientes de la desigualdad de género cuando empezaron a trabajar, porque “cuando eres una chica en un mundo eminentemente masculino, se cuestiona tu capacidad”, aseguran ambas.
Ortega explica que los estereotipos de género abundan en el mundo de la ciencia y en su área especialmente a la hora de realizar trabajo de campo. “Aunque haya chicas muy hábiles con el machete a la hora de abrir camino en la selva, siempre dan esas tareas a chicos y lo mismo sucede cuando tenemos que cargar animales grandes”, ejemplifica. “Sin duda necesitamos un cambio cultural y nuestros colegas hombres deben darse cuenta para cambiar ciertas actitudes”, sostiene la ecóloga.
Pese a las dificultades, también destacan los avances en igualdad y esperan poder convertirse en referentes de generaciones futuras para que puedan tener modelos femeninos en los que fijarse a la hora de apostar por la ciencia.