Ernesto Arrogante sufrió un ictus el 12 de septiembre de 2022 en la Asamblea de Madrid. Mientras se empezaba a mostrar indispuesto, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, ajena a lo que estaba sucediendo a pocos metros de ella, terminaba subida en el estrado de oradores del Parlamento autonómico su discurso en el Debate del Estado de la Región. Ernesto, de 56 años, estaba en la cafetería del Hemiciclo, ya que se acababa de incorporar a su puesto hacía pocos minutos. El guardia civil pertenecía al equipo de la Benemérita que protege estas instalaciones.
Enseguida se corrió la voz de lo que estaba pasando. Ana Pastor, destacada dirigente del PP, entonces vicepresidenta del Congreso de los Diputados, que estaba en la tribuna de invitados escuchando el discurso de Ayuso, decidió intentar ayudar a Ernesto, ya que la política gallega es médica. Atendió al agente hasta que llegaron los efectivos sanitarios del Summa 112, que lo trasladaron al hospital Gregorio Marañón prácticamente en muerte cerebral. Falleció al día siguiente, 13 de septiembre.
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Este jueves, poco más de un año después de su muerte, su familia ha tenido que acudir a la Audiencia Nacional para defender que Ernesto falleció en acto de servicio. Así lo determinó en un principio la Guardia Civil, que dictaminó que el agente falleció como consecuencia de “una indisposición acaecida de forma súbita en su lugar de trabajo cuando se disponía a iniciar la prestación de servicio de protección y seguridad, encontrándose debidamente uniformado, por lo que procedería declarar su fallecimiento como acto de servicio”. El expediente contó la aprobación de la Asesoría Jurídica de la Benemérita.
Pero el visto bueno definitivo lo tenía que dar el ministerio de Defensa. Un trámite necesario, por ejemplo, “para que su viuda cobre el 200% de la base reguladora del sueldo de su marido como agente de la Guardia Civil”, explica Javier Gimeno, el abogado que ha defendido los intereses de la familia de Ernesto. “Si el agente ha fallecido en acto de servicio, como fue el caso, a su familia le corresponde el doble de pensión. Serán unos 900 euros más, pero son 900 euros que son para su familia. Claramente, murió en acto de servicio: estaba en su puesto de trabajo, uniformado y con el arma reglamentaria”, explica Gimeno.
Pero el ministerio de Defensa no pensó lo mismo. ¿Por qué? Porque el turno de trabajo de Ernesto ese día era de 14.30 a 22 horas, y el incidente se produjo sobre las 13.10 horas y en la cafetería. En teoría, fuera de su jornada. Defensa rechazó su petición. Un general de la Guardia Civil, que prefiere guardar el anonimato, lo consideró una injusticia y contrató los servicios del letrado Gimeno para que ayudase a la familia de Ernesto y presentará una demanda ante la Audiencia Nacional.
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El guardia civil llevaba apenas tres meses destinado en la Asamblea. Gran parte de su vida profesional la había pasado en el servicio de escoltas y protección de edificios. Tras cumplir los 56 años pasó a reserva y fue destinado al Parlamento madrileño. Su jefe de servicio ha declarado este jueves ante el juzgado y ha asegurado que cuando se puso enfermo, Ernesto ya estaba trabajando, ya que lo normal es empezar antes de lo estipulado para que los compañeros a los que vas a dar el relevo te informen de la situación. Además, ese día era un día importante en la Asamblea, el Debate del Estado de la Región, con numerosas personalidades invitadas. La demanda recalca que “es habitual en los miembros de la Guardia Civil que prestan su servicio en horario de 14.30 a 22 horas, reunirse con anterioridad, comer en la Asamblea y preparar el servicio, recibiendo las indicaciones, novedades e instrucciones de sus superiores”. Es decir, que Ernesto decidió simplemente comenzar antes su turno esa importante jornada.
“Desde el momento en el que está de uniforme, en un organismo oficial, esté comiendo o esperando la entrada en el servicio, el guardia civil se encuentra en el ejercicio de sus funciones, habiendo acudido, como es costumbre en todos los miembros del equipo, con la antelación suficiente para que el cumplimiento del servicio sea lo más exacto posible”, afirma Gimeno, que espera que el tribunal dicte sentencia en menos de un mes. El Gobierno regional quiso tener su particular homenaje con Ernesto este pasado 2 de mayo, día grande de la comunidad de Madrid, en el vídeo que recuerda a los madrileños ilustres que fallecieron el año anterior.