El 22 de septiembre de 2022 Tamara Falcó compartía en sus redes sociales la noticia más feliz de su vida, la consecución de un momento con el que llevaba toda la vida soñando y que apuntaba a convertirse en el principio de su propio cuento. “Me siento la mujer más afortunada del planeta y el sí que te di te lo repito y te lo dejo por escrito para que no se te olvide jamás”, escribía en el post, en el que mostraba el anillo que su novio, Íñigo Onieva, le había entregado para pedirle matrimonio.
Radiante de felicidad, la marquesa de Griñón aprovechaba también para dedicar unas palabras al que sería su futuro marido, del que decía le había cambiado su existencia: “Antes de conocerte, Íñigo, me sentía completa y contenta, pero fue cruzarnos y que mi vida diera un giro a mejor, totalmente inesperado”. Una dedicatoria que acompañó de un profundo agradecimiento hacia el empresario por haberla “elegido” para ser su compañero de vida y que nada hacía presagiar la tormenta que estaba a punto de llegar.
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23 de septiembre
No habían pasado ni 24 horas de la noticia de su compromiso cuando se daba a conocer un vídeo en el que Íñigo aparecía besándose con una mujer que no era Tamara. Si bien en un primer momento todo el mundo, incluida su novia, barajó la posibilidad de que las imágenes podrían ser antiguas, previas a su noviazgo incluso, una gran cantidad de pruebas demostraron que fue así, desmintiendo su versión.
Finalmente, tras varias mentiras mediante, el madrileño no pudo más que admitir su culpa y publicó un comunicado en el que admitía tener en los vídeos “una actitud inaceptable, de la cual estoy absolutamente arrepentido y destrozado por ello” a la vez que pedía perdón “por no haber sido honesto”. “Estoy completamente enamorado de Tamara y es la mujer de mi vida, por lo que me duele enormemente haberla hecho daño”, aseguraba.
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Pese a sus palabras, la reacción de Tamara Falcó fue contundente y abandonó la casa que compartían, eliminó la publicación del anuncio de su boda, se quitó el anillo y se trasladó con su madre.
27 de septiembre
Cuando la hija de Isabel Preysler era el personaje más buscado de España por lo que había pasado en su vida personal, decidió reaparecer ante los medios y cumplir con su agenda. Para sorpresa de todo el mundo, además de posar ante las cámaras, atendió a los periodistas allí reunidos, a quienes hizo una rotunda afirmación.
“Veo imposible volver con él. Y el anillo lo dejé en casa cuando me fui a casa de mi madre”, aseguraba, admitiendo que para el tema de los cuernos es “muy cuadriculada”. Fue entonces cuando pronunció la ya famosa frase: “Que sepas que me da igual si han sido seis segundos o un nanosegundo en el metaverso, que como esto sea verdad, aquí se acaba todo’”.
3 de enero
“Tamara Falcó e Íñigo Onieva se han reconciliado”. Con este titular confirmaba la revista ¡Hola!, a golpe de exclusiva, el fin de la ruptura de la pareja. Se confirmaba así el gran rumor de las navidades, en las que la marquesa “animada por el espíritu navideño (paz, concordia, conciliación…), le propuso a Íñigo que asistieran juntos a la misa del gallo, el día 24 de diciembre, en la parroquia de Puerta de Hierro, cercana a la casa de Isabel Preysler”.
Si bien todo apuntaba a que irían despacio, no fue así. Poco más de un mes después la ganadora de MasterChef Celebrity contaba que se iban a casar el 8 de julio en la finca El Rincón, la cual heredó de su padre.
8 de julio
Finalmente, llegó el gran día y el 8 de julio Tamara e Íñigo, tras una gran cantidad de dificultades, entre ellas problemas con el vestido de novia, pronunciaban el ‘sí, quiero’ rodeados de amigos y familiares.
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Desde entonces todo ha sido felicidad. El matrimonio disfrutó de una larguísima luna de miel en la que recorrieron tres países y, tras volver a España, están inmersos en sus planes de ser padres. Para ello están recurriendo a un tratamiento natural llamado naprotecnología que busca suplementar hormonalmente el ciclo de la mujer para lograr resultados.