Las subidas de tipos del BCE restarán 1,2 puntos al PIB y unas seis décimas a la inflación en 2024, según el Banco de España

Pablo Hernández de Cos considera que mantener el actual nivel de tipos de interés ya permitiría alcanzar el objetivo de inflación del 2% a medio plazo y Calviño confía en que la última subida “ponga fin” a los incrementos

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La presidenta del Banco Central
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, en una imagen de archivo (Europa Press/Boris Roessler/Dpa).

El Banco de España calcula que el endurecimiento de la política monetaria restará un total de 3,1 puntos al crecimiento del PIB español entre 2022 y 2025. El mayor impacto, 1,2 puntos, se dará en 2024 por el retardo entre las acciones de política monetaria y su efecto en la actividad y será un factor principal para que la economía crezca menos que este año y los anteriores.

Según detalla el Modelo Trimestral publicado por el supervisor bancario español este jueves, el endurecimiento de la política monetaria hasta septiembre, que ha colocado el precio del dinero en el 4,5%, ha reducido ya el crecimiento del PIB en seis décimas en 2022 y recortará otro punto más en 2023. Esto supone que, de no haber existido las subidas de tipos, el PIB habría crecido por encima del 6% en 2022 y crecería más del 3% en 2023, aunque la inflación sería mayor.

En concreto, las subidas de tipos hasta abril habrían rebajado unas dos décimas a la inflación de España (IAPC) en 2022 según se cifra en el Informe Anual y recortarán entre cuatro y seis décimas anuales en los años 2023, 2024 y 2025. Ante esta situación, el gobernador del Banco de España considera en una reciente entrada en el blog de la institución que el actual nivel de tipos de interés, si se mantiene durante un período lo “suficientemente largo”, ya permitiría alcanzar el objetivo de inflación del 2% a medio plazo. Las proyecciones macroeconómicas del organismo fechan ese logro en 2025, año para el que estiman un IAPC anual del 1,8%.

Efecto de la política monetaria
Efecto de la política monetaria sobre el crecimiento del PIB de España. (Banco de España)

Según explica el gobernador, una inflación elevada resta poder adquisitivo a los salarios, deprecia los ahorros y puede aumentar la desigualdad al afectar más a los hogares con menos recursos. Además, a medio y largo plazo, las economías con inflación alta y persistente “crecen menos” y pueden aparecer efectos de segunda ronda.

“Los incrementos de los salarios para recuperar poder de compra suponen aumentos adicionales en los costes de producción; a su vez, las empresas tratan de repercutirlos a los precios de venta para proteger sus márgenes. Estos efectos de segunda ronda podrían desencadenar una espiral de precios y salarios más difícil de frenar”, explica el Banco de España.

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Críticas a las subidas

Los tipos de interés se encuentran en su nivel más alto desde 2001 y su subida ha sido la más rápida de la historia. La última se produjo el pasado 14 de septiembre, tres días después de que la Comisión Europea revisara a la baja su previsión de crecimiento de los países de la UE, del 1% al 0,8%. Desde el Gobierno de coalición en funciones ya hay críticas más o menos explícitas a estas decisiones por el riesgo de terminar lastrando completamente el crecimiento económico en la UE.

En una entrevista en La Sexta, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, resaltó que “en el caso de la economía española uno diría que no hace falta tomar más medidas para controlar la inflación”. Aunque especificó que “hay otros países europeos con una inflación muy alta y esa es la dificultad del BCE, que tiene que tomar una decisión para todos los países”. Posteriormente, Calviño también afirmó que confía en que la subida de tipos de la semana pasada “ponga fin” al rápido incremento de los tipos.

Más contundentes han sido desde la parte minoritaria del gobierno de coalición. Por ejemplo, el secretario de estado de Derechos Sociales y Agenda 2030, Nacho Álvarez, escribió en X (antes Twitter) que la nueva subida de tipos del BCE “empuja un poco más a la Eurozona hacia la recesión” y supone “una transferencia directa al sistema bancario de 10.000 millones de euros”.

No obstante, estas críticas no han sido trasladadas al BCE según señaló la presidenta de la entidad, Christine Lagarde, tras la reunión del Eurogrupo celebrado en Santiago de Compostela. “He explicado las razones por las que tomamos esa decisión ayer y yo creo que las explicaciones han sido muy bien entendidas por los ministros (...) No he recibido ninguna pregunta y, mucho menos, cuestionamientos sobre la decisión de política monetaria que alcanzamos ayer”, afirmó.

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