Con ilusión y el viento a favor. Así iniciaron Sevilla y Real Sociedad sus encuentros de Champions ante Lens e Inter de Milán respectivamente. Toda la emoción, raza y victorias que logra el Sevilla en la Europa League, se quedan en un sabor amargo cuando lo hace bajo el himno de la Champions. Se adelantaron gracias a Rakitic y Ocampos. Un córner botado por el croata fue peinado por el argentino en el primer palo, con la fortuna de que la parábola superó a Samba, quien pudo hacer algo más. Eso despertó al Lens que, de falta directa, equilibró el partido.
Situación similar vivió la Real Sociedad en cuanto al resultado, aunque bien diferente si se tienen en cuenta las sensaciones. Los de Imanol volvían a lucir el parche de la Champions tras diez años de ausencia y en frente tenían al subcampeón del torneo. Al que maniataron y pusieron contra las cuerdas. Brais Méndez aprovechó un error en la salida de balón italiana para adelantar a su equipo. Ya en el tramo final del choque, Lautaro Martínez cazó una pelota suelta en el área, fusiló a Remiro y rescató un punto que supo a gloria para los nerazzurri.
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La energía Ramos no es suficiente
Han tenido que transcurrir 19 años, 7 meses y 19 días desde que aquel melenudo lateral derecho, nacido en Camas, debutase en Liga con el Sevilla. 7.171 días después de que Joaquín Caparrós le diera la oportunidad de enfundarse la zamarra hispalense por primera vez, Sergio Ramos, leyenda de la Champions, ha escuchado el himno de la competición con el equipo de su vida. El camero ya es el jugador de campo español que más veces ha sido titular en toda la historia de la Copa de Europa (138) superando las 137 de Raúl González Blanco. Ahí es nada.
Y Ramos debutó a lo grande. Tiró de galones y jerarquía para liderar a un Sevilla que fue de más a menos durante el transcurso del partido ante el rival, sobre el papel, menos fuerte de su grupo. El Lens no ha sumado ni una victoria en lo que va de temporada. Encadenaba tres derrotas consecutivas y por momentos la cuarta le esperaba a la vuelta de la esquina. Tan solo lo pudo evitar un zapatazo de Fulgini. En el segundo tiempo los porteros fueron protagonistas. Dmitrovic y Samba salvaron a sus equipos y firmaron unas justas tablas en el Sánchez-Pizjuán.
El Inter sobrevive en Anoeta
La Real Sociedad tenía una cita con la historia. Tras una década de ausencia, volvió a jugar un encuentro con el balón de las estrellas. A lo largo de esas diez temporadas, el cuadro txuri-urdin fue acumulando hambre de Champions. Su ímpetu así lo demostró. Los aficionados se estaban terminando de acomodar en los asientos cuando Brais Méndez ya les estaba levantando para festejar. El choque fue un monólogo de la Real Sociedad que pasó por encima del subcampeón de la competición. Solo la madera y un omnipresente Sommer evitaron que la distancia aumentase.
Y cuando se perdona ante un equipo con tantas alternativas, se termina pagando. Lautaro Martínez castigó la falta de precisión donostiarra tras recoger un balón muerto en el área y fusilar a Remiro. “Hemos hecho un partidazo para haber llegado al tramo final ganando 3-0 y con el partido sentenciado, pero una vez más no hemos matado el encuentro. Tenemos que estar muy orgullosos de la noche vivida, que seamos conscientes del partidazo que hemos hecho ante uno de los mejores equipo de la Champions, no solo del grupo, que venía de meterle cinco al Milan”, explicó Imanol tras el partido. Se acaba la Champions hasta dentro de dos semanas, turno para la Europa League.