Este martes era el día idóneo para hablar en euskera, gallego y catalán en el Congreso de los Diputados, pero no para todo el mundo. Así se ha constatado tras la intervención del portavoz del PP Borja Sémper en el pleno de este martes para tramitar la reforma del reglamento que incorporaba el uso de estas lenguas cooficiales. Y es que en la posición defensiva se esperaba a la bancada de la izquierda, que estaba prevenida para esquivar las balas en nombre de la “igualdad” territorial de la que hablan el PP y de Vox. Sin embargo, a la salida del pleno, muchos corrillos y declaraciones se traducían en dardos al PP por la intervención de Sémper, algunos de ellos procedentes de su propia bancada: “Ha desaprovechado la oportunidad”.
El portavoz del PP, que se estrenaba como diputado nacional, hizo un discurso en el que tildó de absurdo el hecho de despreciar que el castellano es la lengua común, pese a defender la diversidad del resto de idiomas cooficiales. Intentó retratar que todo lo sucedido en esa sesión parlamentaria se debía a las necesidades aritméticas del presidente del Gobierno en funciones para revalidar su cargo a través de concesiones a independentistas. Pero, para colmo del PP, el mensaje que más había calado es el que dejaba su frase en euskera, por el simple hecho de decirla en euskera: “Tenemos la suerte de que España es una comunidad política, una nación, que comparte una lengua común, el español”, pronunció Sémper, para a continuación traducirse a sí mismo al castellano.
#EnDirecto | Borja Sémper (PP) realiza parte de su discurso en euskera un día después de decir que su partido no utilizaría las lenguas cooficiales para "no hacer el canelo" pic.twitter.com/rt2qxqvBtc
— Europa Press (@europapress) September 19, 2023
Un revuelo de indignación, aunque también de burla, resonó por todo el hemiciclo, que también vio como 33 parlamentarios de Vox se levantaron de sus escaños. “Yo no quiero que nadie se levante de sus escaños. Quiero que debatan todos”, alcanzó a decir el portavoz del PP antes de que todos los de Santiago Abascal abandonasen uno por uno la Cámara Baja. No era la primera vez que lo hacían, el juego de las sillas vacías comenzó a los 10 minutos de comenzar la sesión, un gesto que fuentes del PP definen como “parte de su show”.
Esa sería la primera de las muchas críticas que recibiría Borja Sémper a lo largo de la jornada, de hecho, no tuvo ni que salir del pleno para recibir la primera: “Para hacer el canelo no hace falta hablar en catalán, señor Sémper, se lo puedo asegurar”, proclamó Gabriel Rufián en su intervención desde la tribuna. También aprovechó para levantar la carcajada de la bancada de la izquierda ridiculizando a la de la derecha, en concreto, a los que critican el uso del catalán o del gallego y después se meten “en la zona coworking llevando outfits para el afterwork”.
El portavoz del PNV, Aitor Esteban, también cargó contra Sémper por hacer el “canelo”. Y es que el dirigente jeltzale quizás haya sido uno de los motivos por los que el portavoz del PP haya sacado a pasear su euskera al pleno del Congreso de los Diputados, porque este lunes, después de que Sémper dijese que el PP solo utilizaría el castellano en sus intervenciones parlamentarias porque el uso de otra lengua sería “hacer el canelo”, Esteban le lanzó la primera pulla: “No sé si hay alguien en la bancada popular que sea capaz de hablar euskera”, dijo en rueda de prensa, insinuando que el parlamentario vasco no sabía hablar euskera.
Críticas internas a la intervención
Sin embargo, la intervención de Borja Sémper ha sido respaldada, aunque también explicada, por la Dirección Nacional del partido, “ha servido para aclarar que el reglamento antes permitía no usar el pinganillo”, alegan fuentes de la misma, que aseveran que el pleno no trataba de promocionar las lenguas, sino a Pedro Sánchez como candidato: “Era una coartada”.
En cualquier caso, una coartada que no ha salido mal parada, como, por otro lado, reconocen algunos diputados del PP, que critican que el portavoz ha desaprovechado la oportunidad para arremeter contra Sánchez y sus socios. Muchos no se esperaban las frases de Sémper en euskera después de sus palabras de ayer, y argumentan que cuando hay que explicar algo, como ha ocurrido con la intervención del PP, “es que no lo has hecho bien”.
La estrategia de Génova, según explican desde el partido, era “escenificar” que los idiomas no son un problema para el PP, sino la política lingüística que se aplica en casos como este. Y las palabras de Sémper eran un gesto para explicarlo. También niegan que su intervención fuese “hacer el canelo”, ya que se realizó conforme al actual reglamento, es decir, con la autotraducción después de cada frase.
De hecho, el PP se niega a utilizar esta nueva posibilidad que ofrece la reforma del reglamento en ninguna de sus formas, no utilizarán ni los pinganillos, que ya quedaron este martes sobre los escaños de los diputados populares y, en el caso de Vox, sobre el del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. “Es una posición política a través de ese gesto, que consideramos que es nocivo para la idea común”, insisten los que respaldan la comentada intervención de Borja Sémper.