El dinamismo del mercado laboral durante los últimos años ha permitido que España alcance un número récord de ocupados y registre las tasas de paro más bajas desde 2008. Esta mayor necesidad de mano de obra con menos parados ha facilitado la rotación en el empleo por voluntad propia, de manera que los trabajadores se mueven de puesto en busca de mejores condiciones, sobre todo, de aumentos salariales que les permitan recuperar poder adquisitivo ante la elevada inflación.
Este fenómeno percibido por algunas empresas de recursos humanos como Randstad es constatado ahora por el Banco de España en su informe de proyecciones macroeconómicas de septiembre. Al comparar el avance de los costes salariales ordinarios que registra la Encuesta Trimestral de Coste Laboral del INE con las subidas salariales pactadas en los convenios colectivos que publica el Ministerio de Trabajo, se advierte un desacople desde 2021 que ha repuntado con fuerza en la primera mitad de 2023.
Los salarios y las subidas salariales pactadas en convenio evolucionaban al unísono en 2019, antes de la pandemia, con crecimientos del entorno del 2% que permitían ganar poder adquisitivo por la reducida inflación (0,7%). La llegada de la COVID-19 hundió el indicador de costes salariales por los ERTE y la disparó después con la vuelta al empleo, pero la tendencia de que los salarios suban más que lo acordado en los convenios se consolida.
El coste salarial ordinario creció un 5,6% en el primer semestre de 2023, mientras los salarios pactados en convenio avanzaron un 3,07%. Aunque los convenios firmados en el año en curso acordaron subidas salariales mayores, en el entorno del 4% y en línea con el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) entre patronal y sindicatos. El supervisor bancario español atribuye la tendencia de mayores subidas que las pactadas a “incrementos salariales vinculados a los cambios de empleo”.
En concreto, el Banco de España detecta que “hay una deriva salarial que tiene que ver con los flujos de empleos que se crean y se destruyen”, ha apuntado el director general adjunto de Economía e Investigación, Carlos Thomas, durante la presentación de las proyecciones. “Lo estamos analizando, pero pensamos que tiene que ver con un mercado laboral relativamente tensionado, sobre todo en algunos sectores. Los trabajadores se mueven de unas empresas a otras (...) y cuando hacen el cambio suele ser con mayores salarios”, ha explicado.
El concepto de deriva salarial que calcula el supervisor bancario español es la cantidad que queda cuando al crecimiento total de la remuneración por asalariado se le resta la subida salarial de los convenios, los cambios impositivos (cotizaciones sociales) y las cláusulas. Ese “residuo” no explicado por otros motivos tasados es el que se explicaría por una mayor rotación del mercado laboral para obtener mejores condiciones.
La institución prevé una deriva salarial positiva en 2023 mayor que la de 2022, por lo que se “añadirán presiones adicionales” a los costes laborales de las empresas. Sin embargo, sus estimaciones actuales están realizadas con los datos de Contabilidad Nacional anteriores a la revisión del 18 de septiembre, por lo que las cifras exactas están sujetas a cambios. En línea con la corrección al alza de la masa salarial en 2022, incluso podría acentuarse también la deriva salarial positiva.
Destacan el sector inmobiliario y la comunicación
Más allá de la tendencia general, se dan situaciones muy variadas por sectores. “La diferencia entre el aumento del coste salarial ordinario y el pactado en convenio tiende a ser más elevada en aquellas ramas que presentan un mayor dinamismo del empleo o una mayor escasez de trabajadores”, señala el Banco de España citando como ejemplo la rama de información y comunicaciones.
La distancia entre el aumento del coste salarial ordinario en dicho sector en los seis primeros meses de 2023 y la subida pactada en convenio asciende a 4,68 puntos, aunque la mayor diferencia se registra en el sector de actividades inmobiliarias (5,99 puntos). Seguidamente se sitúa el sector de transportes y, en cuarto puesto, la hostelería. No obstante, haría falta un análisis más completo para determinar qué actividades tienen mayores problemas de captación y retención de trabajadores y a qué motivos se debe, ya que cada sector puede presentar situaciones muy heterogéneas.
Estas mayores subidas salariales no preocupan por el momento al Banco de España porque, en principio, “los márgenes empresariales absorberán el mayor dinamismo relativo de los salarios”, ha afirmado el director general de Economía y Estadística del BdE, Ángel Gavilán. Esto significa que los salarios le comerían terreno a los márgenes empresariales, pero no se materializarían efectos de segunda ronda sobre la inflación, principal problema de la economía española en el corto plazo.
No obstante, el BdE lanza un aviso a futuro: “No puede descartarse la materialización de efectos de segunda ronda sobre los precios vía salarios y/o márgenes empresariales, especialmente en un contexto en el que la demanda de trabajo está mostrando una robustez notable”.