La caza vuelve al Parque Nacional de Monfragüe. O al menos, eso pretende el nuevo Gobierno de María Guardiola, líder del PP y aupada por Vox a la Junta de Extremadura. El anuncio tuvo lugar en el XII Encuentro de Sociedades y Cazadores, lugar donde se reunía todo el lobby de la caza y la actividad cinegética. Frente a ellos, anunció que el control poblacional que requiere el parque se hará mediante batidas de cazadores, que eliminarán ejemplares de esas especies que superpueblan el terreno.
El nuevo gobierno autonómico de PP y Vox ha roto con todas las políticas consensuadas durante años. Las organizaciones ecologistas, la oposición y el propio Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) han cerrado filas ante las propuestas diseñadas por el nuevo ejecutivo extremeño: la caza nunca es una solución a un problema de un Parque Nacional.
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La Ley de Parques Nacionales es clara al respecto recoge en su legislación la total prohibición de la caza y la pesca con usos comerciales o recreativos y bajo esa jurisdicción se regla Monfragüe. A esta normativa, además, se añade el Real Decreto del Plan Director de la Red de Parques Nacionales, que solo contempla actividades cinegéticas “por necesidades de control de poblaciones, y con carácter excepcional, se podrá autorizar, en condiciones basadas en datos científicos y estrictamente tuteladas por la Administración, y cuando no exista otra solución satisfactoria”.
Monfragüe sufre desde hace años un exceso de jabalíes y ciervos —técnicamente, ungulados— que repercute en la regeneración de cierta vegetación de la zona. Por ello, la Junta de Extremadura aplica controles de población para disminuir la presencia de estos animales, que junto a corzos, gamos y muflones, son especies autóctonas del terreno. Durante años se aplicaba la caza como herramienta para disminuir los ejemplares, pero desde 2021 se llevan a cabo planes de acción selectiva que consisten en el uso de cercones y balas cautivas.
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Cambiar los métodos de mantenimiento de la biosfera del parque de Monfragüe Nacional implica a muchos agentes y no es una decisión unilateral de la Junta de Extremadura. Sin embargo, de todos esos requisitos necesarios para aplicar actividades cinegéticas, el gobierno autonómico no ha dejado constancia de ninguno. Germán Puebla, director general de medioambiente del Gobierno de Extremadura, asegura a Infobae España que por ahora no puede mostrar esos informes científicos que autorizan la actividad cinegética, pero que los tienen, y que recuperar la caza —aunque él mismo se niega a llamarla así— se debe a cuestiones “éticas”.
Sin datos que avalen el regreso de la caza
“Las batidas [sinónimo de caza] son mejores y éticamente más aconsejables. Los métodos actuales no respetan al animal, no le dan opción de defenderse y no son efectivas para realizar el importantísimo control de población que el Parque necesita”, ha asegurado Puebla en nombre del Gobierno de Extremadura a este medio. El político también menciona los casos de tuberculosis en los animales de la región como alarma que reducir para evitar problemas de salud pública.
Sin embargo, el director general no ha facilitado ningún dato ni prueba de que los actuales métodos no sean efectivos. Juan Carlos Monasterio, miembro de Ecologistas en Acción, asegura que con las actuales prácticas la prevalencia de la tuberculosis en los animales de la zona ha caído hasta el 4%, mientras que en 2015 alcanzó “casi el 13%”. Al preguntar a Puebla sobre estos datos, el director general de Medioambiente no aclara la historia: “No tengo yo ese dato, es que no tengo ninguno”, asegura. A pesar de revocar las prácticas actuales, no puede confirmar si son más o menos útiles.
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Sobre los informes científicos que avalen el regreso de actividades cinegéticas, tampoco se dan declaraciones convincentes: “Los informes científicos se ponen en marcha para los planes de gestión de Monfragüe y está perfectamente documentado. No sé si son públicos, pero no puedo facilitarlos. Cuando llegue el momento, informaremos. Aún estamos trabajando en ello”, asevera el director.
Juan Carlos Monasterio, activista y parte de Ecologistas en Acción, entiende este giro de timón del Gobierno de PP y Vox como una forma de contentar al lobby de la caza: “Quieren que ese control poblacional lo hagan directamente los cazadores. Es un encaje de bolillos para meterlos en el Parque Nacional y que aparezcan como los salvadores de la naturaleza”, sostiene. “La decisión se ha tomado de forma unilateral y no es una decisión técnica, es una decisión política. No se basan en criterios técnicos”, sentencia Monasterio, que hace un ejercicio de hemeroteca y señala cómo el sector cinegético ha denunciado continuamente los métodos de cercones para “empañar la labor” de los mismos y así generar un discurso a favor de sus prácticas.
Por su parte, desde la organización WWF ven con sorpresa la propuesta de la Junta de Extremadura: “La legislación es muy clara y taxativa, no se puede cazar dentro de los parques nacionales y no podemos admitir ningún tipo de subterfugio de que con otras palabras se ponga en marcha esta actividad. El objeto de un Parque es la conservación de la biodiversidad. El posicionamiento de PP y Vox es un posicionamiento político y populista que va en contra del espíritu de la norma”, asegura Luis Suárez, coordinador de conservación de la organización en España.
Si hablamos de un control de poblaciones porque sea necesario, entienden que tiene que haber estudios científicos que revelen que las medidas actuales no están funcionando y que se realizarán otras alternativas. Hay que justificarlas con informes científicos y deben ser desarrolladas por la propia administración y técnicos del parque y debe tener como objetivo garantizar la biodiversidad, explican.
Las organizaciones ecologistas lamentan que la caza sea la única solución por parte de la derecha y que no se contemplen otras formas. De hecho, la versión ideal que sostienen las fuentes ecologistas para Monfragüe es introducir depredadores, fundamentalmente linces y lobos, para que se autorregule el ecosistema sin la necesidad de intervenir tan directamente. Sin embargo, la Junta de Extremadura rechaza “por ahora” ese tipo de técnicas porque “es mucho más fácil así”, dice Germán Puebla en torno a las actividades cinegéticas.