Empieza a caer la guardia pretoriana de Luis Rubiales: Andreu Camps, cesado; Miguel García Caba y Rubén Rivera, penden de un hilo

Los hombres de Luis Rubiales, expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ya han empezado a caer. El primero ha sido Andreu Camps, el secretario general de la RFEF, quien este mismo miércoles ha sido cesado de su cargo dentro de la institución. Este era uno de los cargos que las jugadoras de la selección femenina pedían fuera y el organismo que ahora dirige Pedro Rocha lo ha hecho. Esta ha sido una muestra de buena fe, de que se van a seguir los acuerdos que se cerraron durante la ‘cumbre de Oliva’ en Valencia, que los cambios van a llegar y, de hecho, ya han llegado. Aunque este no será el único de la guardia pretoriana de Rubiales en caer, Miguel García Caba y Rubén Rivera podrían ser los siguientes. Su puesto pende de un hilo.

Después de la noche toledana que tuvieron las jugadoras; Víctor Francos, presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD); y algunos miembros de la RFEF como Montse Tomé, hoy era turno de sellar lo pactado y firmar los acuerdos. De esta forma, se abría la veda para los cambios y así ha sido. Este mismo miércoles, la Federación ha anunciado que prescinde de los servicios de Andreu Camps, quienes también han adelantado que no nombrarán a ningún sucesor y las funciones serán asumidas de forma interina por Elvira Andrés y Alfredo Olivares hasta la finalización del proceso electoral que atraviesa el organismo.

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“En este tiempo de transición hasta la finalización del proceso electoral, las funciones de Andreu Camps serán asumidas por la directora del Gabinete de la Presidencia, Elvira Andrés, en el ámbito representativo como secretaria de los órganos de gobierno y representación de la Federación”, reza el comunicado. Andreu Camps es exactamente el cambio al que se refieren las jugadoras en su comunicado cuando hablan de que hay que tener “tolerancia cero ante personas que desde un cargo dentro de la RFEF han tenido, incitado, escondido o aplaudido actitudes que van contra la dignidad de las mujeres”. Y es que, Camps se negó a que las camisetas de las internacionales llevaran su nombre en la espalda porque “suponía mucho gasto”.

Este tipo de acciones y gestos han provocado que la selección se convierta para las futbolistas en un espacio en el que no se sienten ni cómodas ni protegidas como ellas mismas han destacado. A ello se suma también que el ya exsecretario general de la RFEF era la mano derecha de Rubiales, y, tras los acontecimientos ocurridos durante la entrega de medallas en la final del Mundial, cuando Rubiales le dio un beso no consentido a Jenni Hermoso; él fue su principal defensor.

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Por este motivo, el pasado 25 de agosto, en un intento desesperado por mantener vivo el “rubialismo”, Camps decidió enviar una carta a la UEFA, donde denunciaba al Gobierno por intervencionismo, poniendo en peligro la participación de los equipos españoles y de la selección en las competiciones internacionales. En concreto, solicitó que el organismo dirigido por Alexander Ceferin actuase en favor de Rubiales, tras acusar a todos los miembros del Ejecutivo de pedir de forma pública la dimisión e inhabilitación del entonces líder de la Federación.

Otra de las personas más cercanas a Rubiales es el director del departamento de Integridad de la RFEF, Miguel García Caba, quien llegó a ese puesto en mayo de este año. Un nombramiento que no llamó mucho la atención, no fue demasiado aireado ni se le dio demasiada publicidad, es decir, no fue un nombramiento a bombo y platillo. ¿El motivo? No está demasiado claro, lo que sí se conoce es su caída en desgracia dentro de la institución tan solo un año antes, cuando le dijeron: “El presidente no te quiere”. Y, entonces, ¿cómo consiguió la confianza de Rubiales? Gracias a una grabación.

En mayo 2022, el ahora director del departamento de Integridad se reunió con Javier Tebas y Gerardo González. Entonces, Caba estaba a punto de ser despedido de la RFEF y con estas, y una posible promesa de “vender” a su jefe (Rubiales) se produjo la cita. Sin embargo, Miguel García Caba tenía un plan en mente, él no quería servir en bandeja a Rubiales, sino todo lo contrario, recuperar su confianza. Para ello, grabó toda la conversación con Tebas, unas reproducciones que posteriormente fueron publicadas en la prensa. Esta hazaña le sirvió para conseguir el beneplácito de Rubiales y un mote que a día de hoy todavía le persigue “García Graba”.

El director de Marketing de la RFEF, Rubén Rivera, es el tercer señalado. Él fue uno de los responsables, una de las cabezas pensantes que orquestaron las declaraciones falsas de Jenni Hermoso sobre el beso no consentido de Rubiales, las cuales ni dijo la futbolista, ni dio autorización para que difundieran. Y es que, tras el mundial, en concreto, momentos después de que se produjera el polémico beso entre el expresidente de la RFEF y la 10 de La Roja, la Federación emitió un comunicado que rezaba: “Jenni Hermoso: “El presi y yo tenemos una gran relación, fue un gesto mutuo, espontáneo y de cariño”.

“Ha sido un gesto mutuo, totalmente espontáneo por la alegría inmensa que da ganar un Mundial. El presi y yo tenemos una gran relación, su comportamiento con todas nosotras ha sido de diez y fue un gesto natural de cariño y agradecimiento. No se puede dar más vueltas a un gesto de amistad y gratitud, hemos ganado un Mundial y no vamos a desviarnos de lo importante”, rezaba el comunicado difundido por la Federación. Sin embargo, la jugadora nunca pronunció tales palabras, todo fue una invención núcleo duro de Rubiales, fue, en parte, una invención de Rubén Rivera y de otros miembros de la RFEF, para salvar a Rubiales.

Lo que está claro es que la guardia pretoriana de Luis Rubiales ha comenzado a caer. Parece cuestión de tiempo que el “rubialismo” salga de la RFEF o, al menos, eso es lo que le han prometido a las jugadoras, cambios estructurales. Unos cambios que pasan por sacar a los hombres cercanos al expresidente de la Federación.