Fue una de las quejas habituales de los madrileños que este verano asistieron al festival Mad Cool. Los desorbitados precios de las plataformas VTC (Uber, Cabify, Bolt), que esa noche querían hacer su agosto (aunque estábamos en julio) multiplicando por cuatro o cinco las tarifas normales. A más demanda, más precio. La ley del mercado. El Gobierno regional que preside Isabel Díaz Ayuso quiere reforzar la protección del usuario “limitando las subidas abusivas de precios” que se dan en estos casos, según señalan fuentes de la Consejería de Vivienda y Transportes
De hecho, este departamento está ultimando el borrador del primer reglamento de VTC que, entre otras cuestiones, “prohibirá la captación activa y la publicidad engañosa” y reforzará la figura del usuario de este servicio, fijando unos topes en las tarifas y penalizando las cancelaciones de servicios y los retrasos injustificados”. Este borrador estará listo antes de que finalice en 2023. La Comunidad de Madrid quiere que el taxi y las VTC convivan de “forma satisfactoria y segura” y cubran las necesidades de movilidad de los ciudadanos, “también su libertad de elección”.
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Cabify, por ejemplo, ya le trasladó al Gobierno regional su compromiso de limitar el suplemento por alta demanda a un máximo de 10 euros sobre el precio base. Eso incluye cualquier horario del día o de la noche y afectarían especialmente a esos conciertos o eventos de gran afluencia que aumentan esa demanda y dificultan la disponibilidad del servicio. Paralelamente, el reglamento del taxi está actualmente en fase de alegaciones. La Comunidad quiere que los taxistas madrileños acrediten “un nivel mínimo de conocimientos” en aspectos relacionados con los idiomas, los primeros auxilios o la ubicación de lugares relevantes de Madrid.
La Consejería de Vivienda y Transportes ha identificado seis proyectos clave para esta legislatura. Los reglamentos del taxi y las VTC para que ambas modalidades de transporte convivan es uno de ellos. El segundo es la puesta en marcha de un nuevo plan denominado ‘Alquila Comparte’ para ayudar a aquellos jóvenes que por motivos de estudios o porque buscan su primera emancipación se plantean simplemente arrendar una habitación en viviendas compartidas. En principio no habrá límite de edad, porque este plan también está abierto a personas que se desplazan de otras regiones a Madrid por motivos profesionales y buscan una solución habitacional más económica.
Este plan se canalizará a través de la Oficina del Plan Alquila, que creará una plataforma virtual en la que los potenciales inquilinos podrán realizar un filtrado previo de información en función de la ubicación de la vivienda y el precio de la habitación ofertada. La Comunidad de Madrid quiere actuar como mediador entre propietarios e inquilinos, aunque no ha estimado cuántas habitaciones pueden salir al mercado. Esta labor de mediación servirá para que los pisos ofertados cumplan requisitos de habitabilidad y asesorará en la firma de los contratos. Para incentivar a los dueños, la Consejería ofrecerá un seguro gratuito de impago por dos años por si el arrendador, en algún momento, no puede hacer frente a la renta.
7.900 viviendas en alquiler
Ayuso también quiere poner en el mercado del alquiler otros 7.900 pisos: 6.500 de ellos a través del ya famoso ‘Plan Vive’. Se trata de viviendas de promoción pública destinadas a ser alquiladas por jóvenes y familias de ingresos bajos, con una renta un 40% más baja que el precio de mercado. La Comunidad finalizará la construcción de las primeras 1.900 en el primer semestre de 2024 y entregará las primeras 274 en Alcorcón a principios de año.
Como novedad, Madrid también pondrá en marcha el ‘Plan Solución Joven Vivienda’, con la construcción de 1.200 pisos en régimen de alquiler destinados a menores de 35 años y con rentas que no superarán los 500 euros mensuales. No tendrán una construcción convencional, “sino más industrializada”, lo que acortará los plazos de edificación. Se levantarán en seis municipios: Madrid, Torrejón de la Calzada, Alcorcón, Ciempozuelos, Colmenar Viejo y Navalcarnero.