El PIB se recupera más rápido de la pandemia que de la Gran Recesión, pero la sociedad lo interpreta con más pesimismo

Pese a la buena marcha del empleo y la recuperación económica, el 70% de los encuestados por el CIS en 2022 calificó la situación económica de mala o muy mala frente al 50% que señaló esta opción en 2019. La inflación puede estar detrás del empeoramiento de las perspectivas, que empiezan a ser más optimistas en 2023

Dos personas compran en un mercado local. (Eduardo Briones / Europa Press).

España ha experimentado dos recesiones profundas desde el inicio del Siglo XXI, pero su intensidad no ha sido la misma. El PIB comenzó a hundirse a finales de 2008 y no terminó de recuperar el nivel que tenía ese año hasta casi una década después (2017). En contraste, el PIB que se desplomó con la crisis de la pandemia ha tardado tres años en recuperarse, de manera que en 2022 ya igualó la cifra de 2019.

La actualización estadística del INE publicada este lunes confirma que la recuperación fue más acelerada de lo que avanzaban las cifras de la Contabilidad Nacional hasta ahora y choca con una percepción más negativa de la situación económica que se ha mantenido durante los tres años de crisis. Aunque España sigue estando a la cola de los países de la UE si se compara el crecimiento de su PIB del año pasado con el de 2019 en términos constantes, ha conseguido volver al punto de partida en el mismo año que Alemania, Italia y Francia.

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“El INE lo que ha hecho en realidad es confirmar lo que ya apuntaban el resto de indicadores económicos y lo que esperaban todos los analistas”, ha defendido la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, durante una entrevista en La Sexta. Las dos magnitudes principales que avanzaban una marcha de la economía mejor de la registrada en el PIB eran el empleo y la recaudación fiscal.

El número de ocupados del cuarto trimestre de 2019 se superó en el tercer trimestre de 2021 y es un 5,5% superior con datos del segundo trimestre de 2023. En cuanto a los ingresos tributarios, crecieron un 14,4% en 2022 y un 15,1% en 2021 por la recuperación de las retenciones al trabajo, de los ingresos por el consumo (IVA) y de los beneficios empresariales (Impuesto de Sociedades). Del mismo modo que el empleo, la recaudación tributaria de 2021 ya cerró por encima de la de 2019.

Pese a la buena marcha del empleo, la sociedad no terminaba de notar la recuperación según se desprende de los barómetros mensuales del CIS. A la pregunta de cómo califican la situación económica general, las respuestas fueron mucho más negativas de media en 2022 que en 2019. El 69,6% de los encuestados consideró de media el año pasado que la situación económica era mala o muy mala frente al 50,38% que señaló esta opción en 2019.

Aunque estos dos periodos no son totalmente comparables, ya que 2019 fue un año de expansión económica sin ningún sock previo reciente, por lo que es más realista comparar con el clima de opinión de los años 2016 y 2017, entre los cuales se recuperó el PIB de 2008. Si se calcula una media de todos los meses de estos dos años (exceptuando agosto, que nunca se publica barómetro), solo el 60,3% consideraron que la situación económica era mala o muy mala, más de nueve puntos por debajo de lo que se marcó en 2022. Incluso si solo se comparan los datos de 2016, año que se quedó a las puertas de recuperar el PIB de 2008, la valoración es menos negativa (el 65,1% ligió la opción de mala o muy mala).

Inflación, pobreza y empleo influyen en la percepción

En la percepción sobre la situación económica influyen muchas variables, incluido el partido al que se vota, los mensajes de los actores políticos y la intervención de los medios de comunicación, pero uno de los factores diferenciales al margen de estos podría ser la elevada inflación de 2022 (8,4%) en contraste con la de 2017 (2%) o 2019 (0,7%) y la deflación de 2016 (-0,2%). Así lo apunta el artículo de la economista y socióloga María Miyar publicado este lunes por Funcas en la revista Panorama Social.

“A partir de febrero de 2022 se produjo un nuevo aumento claro de la proporción de personas con opinión negativa, que puede relacionarse con el incremento de la inflación o del porcentaje de personas con carencia material severa, que son los únicos indicadores que empeoran en ese periodo”, explica Miyar. Además, tras su análisis de los microdatos del CIS entre los años 2000 y 2023 observa que “a menor inflación, menor porcentaje de calificaciones negativas de la economía”. También sucede que cuanto menor es el porcentaje de desocupados, más baja es la probabilidad hay de emitir un juicio negativo sobre la situación económica.

No obstante, la académica detecta que la crisis financiera de 2008 puede haber tenido consecuencias permanentes sobre la opinión pública, ya que el clima de opinión era mucho más optimista durante la primera mitad del siglo. Por ejemplo, el porcentaje de los que declaraban que la situación era mala o muy mala entre 2000 y 2007 estuvo entre el 10% y el 25%, lejos de los porcentajes superiores al 50% que se han registrado en muchos años posteriores. “Independientemente de otros indicadores económicos, la probabilidad de evaluar negativamente la situación económica es un 33% mayor a partir de 2008″, detecta Miyar.

Optimismo al inicio de una ralentización

En los dos últimos meses con datos del barómetro del CIS, junio y julio, el porcentaje de personas que han calificado la situación económica de manera negativa ha descendido hasta el 54% y la valoración positiva ha aumentado hasta un 36,2%. Estos datos llevaban sin verse desde 2019 y coinciden con unos meses de inflación baja (1,9% en junio) y publicación de datos de crecimiento del PIB mayor de lo esperado en la primera mitad de 2023. También se han producido subidas salariales superiores a los precios que han permitido recuperar poder adquisitivo.

Este moderado optimismo llega en un momento en el que los últimos indicadores económicos y el impacto de la restrictiva política monetaria están provocando revisiones a la baja de la previsión de crecimiento para la segunda mitad de 2023. Aunque la buena marcha de la economía en los seis primeros meses permitiría, según las previsiones, que se cumplan las estimaciones del Programa de Estabilidad del Gobierno (2,1%) y que España sea la principal economía de la UE que más crezca este año.

En esta línea, Calviño ha pronosticado que, si se cumplen las previsiones de crecimiento para este año, “a finales de 2023, España tendrá un nivel de crecimiento respecto a 2019 superior al resto de los países grandes del euro, como Alemania, Francia o Italia”.

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