Abandonar el nido pasados los 30: el 46% de jóvenes de entre 25 y 34 años vive con sus padres obligados por el alquiler prohibitivo

Solo el 30% de jóvenes tiene casa en propiedad y dos de cada tres no pueden emanciparse a pesar de tener trabajo

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La edad de emancipación de los jóvenes españoles supera los 30 años, tres años y medio más tarde que la media europea. (Getty Images)
La edad de emancipación de los jóvenes españoles supera los 30 años, tres años y medio más tarde que la media europea. (Getty Images)

El elevado precio del alquiler y de la vivienda hacen que la edad de emancipación de los jóvenes españoles aumente año a año, hasta superar los 30, distanciándose de la media europea que está en los 26,4 años. Así, el porcentaje de jóvenes que viven con sus padres se ha incrementado en el tramo de edad de entre 25 y 34 años: más del 46% vivía con sus padres el año pasado, casi diez puntos más que hace una década, según recoge Funcas en un informe que analiza la posición de los jóvenes ante el mercado inmobiliario en comparación con otros países de nuestro entorno.

El problema de acceso de los jóvenes a una vivienda en propiedad o en alquiler es debido a que “tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, la construcción de inmuebles residenciales ha crecido a un ritmo inferior al de la demanda”, asegura Raymond Torres, autor del informe.

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Destaca que desde 2015, se han iniciado una media de 75.000 viviendas cada año, frente a los casi 120.000 nuevos hogares que se formaron anualmente en el mismo periodo. Además, la oferta se ha concentrado en el segmento de la vivienda en propiedad, un sesgo que afecta especialmente a los jóvenes.

El estudio basado en datos de Eurostat refleja que la disponibilidad de un parque de vivienda en alquiler abundante y a precios asequibles -vía de emancipación preferida de los jóvenes europeos- es la principal carencia en España. A principios de los años 2000, casi seis de cada diez jóvenes residían en una vivienda en propiedad, frente a uno de cada cuatro que vivía de alquiler. En la actualidad, solo el 30% de jóvenes vive en propiedad por el desplome de la oferta y los cambios en las condiciones de financiación desde el estallido de la burbuja inmobiliaria. La situación se agrava, según el informe, con las últimas subidas de los tipos de interés del BCE que ha colocado el precio del dinero en el 4,5%.

Trabajadores que no pueden independizarse

Cerca de dos de cada tres personas de entre 25 y 34 años que viven con sus padres tienen un empleo, un porcentaje ligeramente inferior a la media europea. Por tanto, el hecho de conseguir un puesto de trabajo no parece ser el principal determinante, aunque “un incremento salarial ayudaría a asumir el coste de una vivienda”, reconoce el autor del informe..

La baja oferta ocasiona un encarecimiento de los alquileres, que han registrado una tendencia ascendente ininterrumpida en los últimos años. Entre 2015 y 2022, el precio medio del alquiler en Madrid ha subido un 39%, frente al 26% de media en las otras capitales europeas.

Así, el precio medio del alquiler en Madrid supera al de otras grandes ciudades como Berlín, Bruselas o Roma. Debido a ello, cuatro de cada diez inquilinos dedican ya más del 40% de su renta disponible al pago del alquiler, casi el doble de la media europea.

El informe también refleja la correlación que existe entre la densidad del parque inmobiliario de alquiler y el porcentaje de jóvenes que se han emancipado. En los países nórdicos y de Europa central, con un mercado del alquiler relativamente abundante, la inmensa mayoría de los jóvenes tienen acceso a una vivienda. Por el contrario, los jóvenes tienen mayores dificultades para emanciparse cuando el parque de alquiler es estrecho, como en el caso de España y otros países del sur de Europa.

Avales y subvenciones para dejar el nido vacío

Raymond Torres considera que la solución habitacional pasa por el incremento de la oferta, en especial en el segmento del alquiler. En este sentido, el artículo repasa algunas iniciativas internacionales orientadas a ese segmento que se están instrumentando en incentivos que doten de mayores posibilidades de acceso y elección a los jóvenes.

Según el autor, “estas iniciativas encuentran su justificación en la necesidad de actuar con celeridad, y ante las restricciones presupuestarias para liderar el aumento de oferta exclusivamente desde el gasto público, o mediante la concesión de subvenciones y avales destinados a promover la vivienda en propiedad”.

Estas experiencias internacionales sugieren para el caso de España que un enfoque de la política de vivienda que potencie al segmento del alquiler puede ser de gran ayuda para facilitar la emancipación de los jóvenes, sin tener un impacto significativo para las cuentas públicas y con una mayor eficacia que otras ayudas.

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