Secretismo y una polémica a ciegas: la entrevista de Jordi Évole al exjefe de ETA ‘Josu Ternera’ enfada a las víctimas antes de su estreno en San Sebastián y Netflix

El documental ‘No me llames Ternera’ llegó a la Fiscalía, que ampara la libertad de expresión. También la Fiscalía solicita 2.354 años de prisión para el terrorista, pendiente de extradición

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Momento de 'No me llame
Momento de 'No me llame Ternera', la entrevista de Jordi Évole al terrorista Josu Ternera que se proyectará en el Festival de San Sebastián.

Hay en España un intenso debate estos días acerca de un documental que nadie ha visto. Ninguno al menos de los que piden su censura. ¿Se debe dar voz a un asesino? Su protagonista es José Antonio Urrutikoetxea, alias ‘Josu Ternera’, exjefe de la banda terrorista ETA. Reside en Francia, en régimen domiciliario con tobillera para estar localizado y a la espera de extradición a España, donde debe responder, entre otros delitos, por el atentado en 1987 contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, donde fueron asesinadas 11 personas, entre ellas seis menores y dos embarazadas, y 88 resultaron heridas. La Fiscalía pide 2.354 años de prisión.

‘No me llames Ternera’ -así se llama este producto-, codirigido por Jordi Évole y Márius Sánchez, se estrenará en el Festival de San Sebastián y se podrá ver en Netflix. Évole, ya señalado en su día por entrevistar a Arnaldo Otegi (2016) -hoy líder de la coalición EH Bildu, resultado de la disolución de la banda, derrotada en 2011- es acusado de nuevo de “blanquear” a los responsables o cómplices de 853 muertes y 7.000 víctimas, de tantas familias destrozadas. Quienes acusan están legitimados porque han conocido de cerca o en sus propias carnes ese dolor. Urrutikoetxea, de 72 años, reaparece en la gran pantalla y no ante un juez.

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La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y Dignidad y Justicia, también colectivos policiales, han firmado contra la proyección del documental en San Sebastián al considerarlo una “humillación” y “una muestra de debilidad del Estado de Derecho, que se muestra incapaz de conseguir que Ternera afronte sus responsabilidades en la sala de un tribunal”. “Los ciudadanos -recalcan- no pueden perder sensibilidad ante lo que supuso una banda terrorista que acabó con más de 800 personas inocentes”. Recuerdan además que hay 379 crímenes sin resolver.

En ‘No me llames Ternera’, de hecho, el terrorista se atribuye un asesinato por el que nunca fue procesado. En concreto, el del alcalde de Galdakao Víctor Legorburu en 1976, caso sobreseído por la Ley de Amnistía de 1977. Así lo cuenta El Correo en una de las pocas informaciones sobre el contenido, si no la única. En el apartado de la opinión, un periodista del Diario Vasco, Alberto Moyano, ha visto el documental y aporta: “Urrutikoetxea procede a una de las más concienzudas demoliciones de lo que fue el accionar de ETA. (...) El testimonio aniquilaría cualquier tentación de volver a las andadas que pudiera anidar en ‘los sectores más combativos’ de nuestra juventud”. Y concluye: “Estamos ante un documento periodístico de primer orden”.

Imagen de archivo de 'Josu
Imagen de archivo de 'Josu Ternera' (centro) junto a Arnaldo Otegi en el Parlamento Vasco en 2001. (Europa Press)

“La película no es eso”

Évole no se opone a la crítica -tiene callo, lleva largos años recibiéndola-, sí a que se haga desde el desconocimiento, sin saber de lo que se está hablando. Figuras como el escritor Fernando Aramburu -autor de la sobresaliente ‘Patria’- o el filósofo Fernando Savater, entre otros reconocidos intelectuales, se han sumado a la petición contra la proyección del documental. La Fiscalía la ha avalado, recordando que la Constitución reconoce y protege “el derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones” y “el derecho a la producción y creación literaria”, y que “el ejercicio de estos derechos no puede restringirse mediante ningún tipo de censura previa”.

La polémica también ha supuesto presión para el prestigioso Festival de San Sebastián. Su director, José Luis Rebordinos, se ha expresado tajante a lo largo de estos días en los que pareciera, falsamente, que el certamen gira en torno a esa obra, solo una más de tantas y de gran calidad. Rebordinos asegura que el festival “jamás blanqueará el terrorismo y los asesinatos de ETA”, del que habla como “un grupo fascista y asesino”, pero defiende que “la película no es eso” y que no la retirará por una controversia “artificial e interesada” ya que “muy poca gente la ha visto”.

Évole y Sánchez reivindican su obra como “un ejercicio de memoria histórica” que creen útil “en el plano pedagógico para toda esa generación que ha decidido olvidar o no mirar hacia ese lugar de nuestra historia que es muy reciente”. El fin de semana se estrena y podrá valorarse. Hasta entonces, secretismo con escasas y calculadas fisuras. El pase de prensa es el viernes. Allí estará Infobae España para contarlo.

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