El rey Felipe viaja por sorpresa a Gijón para asistir a la boda de su ahijado: su entrañable historia

Felipe VI ha asistido este fin de semana a uno de esos actos de su agenda privada que terminan saliendo a la luz. En esta ocasión, el Rey se ha desplazado hasta Gijón, en Asturias, para acudir a la boda de uno de sus ahijados, un joven llamado Felipe López. La cita tuvo lugar en la parroquia de San Salvador de Deva, donde su presencia causó una gran expectación.

La cita tuvo lugar este sábado 16 de septiembre y su presencia no se conoció hasta última hora, pues ni siquiera los novios recibieron confirmación de su si acudiría. Según ha desvelado el diario El Comercio, a media hora del comienzo de la ceremonia llegó el equipo de seguridad de Casa Real y, unos minutos después, Felipe, que se fundió en un emotivo abrazo con el novio a las puertas del templo. Los dos hombres entraron juntos a la iglesia y esperaron la llegada de la novia, Lorena Meana.

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El novio contaba al citado medio que fue él quien invitó al hijo de Juan Carlos I durante la celebración de la última edición de los Premios Princesa de Asturias, aunque nunca recibió confirmación. Finalizada la ceremonia, todos ellos se desplazaron hasta el Palacio de Valdesoto, en el concejo de Siero, donde disfrutaron del convite. Según se ha conocido, el convite estaba compuesto por un cóctel de bienvenida y un menú de bogavante, lubina, solomillo y bizcocho de chocolate blanco.

El Rey, sin embargo, solo se quedó a los aperitivos, tomó sidra y estuvo charlando tanto con los novios como con los asistentes. “El Rey siempre ha sido una persona muy cercana con toda la familia, además de estar muy presente en mi vida y en mis estudios”, dijo el novio a La Nueva España hace un tiempo.

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Si bien lo habitual es apadrinar a niños que forman parte de la familia o son hijos de amistades íntimas, en 1990 Felipe, que todavía era príncipe de Asturias, hizo una excepción. Durante su visita al que fue Pueblo Ejemplar de Asturias de aquel año, San Esteban de Cucaña, en Peñamellera Baja, se comprometió a apadrinar al primer niño que naciera en el lugar, pues sería el primero nacido allí en dos décadas. Ese niño fue Felipe López, a quien además le pusieron ese nombre en su honor.

Desde entonces, padrino y ahijado han mantenido una relación estrecha y se han visto en varias ocasiones, casi siempre durante los premios Princesa de Asturias. Además, el Rey ha mostrado interés por la educación del joven, que es graduado en Economía y Derecho.