El nuevo mirador secreto de Madrid desde donde poder ver unas vistas únicas del Retiro

En un intento de combinar modernidad con una historia latente, la ciudad de Madrid emerge como un rincón lleno de secretos escondidos. Sus principales atractivos como la Gran Vía, el Museo del Prado, la Puerta del Sol o el Parque del Retiro son espacios que reflejan toda la esencia de la capital, pero que, a su vez, guardan partes ocultas en sus entrañas. Así, con más de 200 años de historia, el pasado mes de julio reabrió una de las joyas históricas más emblemáticas de los Jardines del Buen Retiro: la conocida como La Montaña de los Gatos.

Se trata de una montaña artificial construida por petición del rey Fernando VII en el año 1817 y que se dio a conocer por ser el espacio habitual de las manadas de felinos que se encontraban en este lugar durante esos años. Más allá de recuperar un monumento histórico, su nueva apertura ha dado lugar a un nuevo rincón escondido en la capital. Esto tiene su explicación en el nuevo mirador que se ha creado en lo alto de su superficie, desde el cual las vistas de los alrededores son únicas. A esto se le suma la posibilidad de disfrutar del interior totalmente restaurado y habilitado y donde se pueden contemplar diversas exposiciones.

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La Montaña de los Gatos se ubica cerca de la confluencia de la calle O’Donnell y la avenida de Menéndez Pelayo. Su construcción fue concebida como un jardín, aunque su principal uso hasta su cierre en 2004 fue de sala de exposiciones, siendo en 2002 la última vez que acogió una muestra. Desde entonces, no ha tenido ningún empleo ni se ha permitido el acceso, debido a los riesgos detectados en su seguridad. Gracias a su reapertura, los visitantes pueden disfrutar de uno de los espacios más especiales de la capital.

En todo lo alto se ubica un pintoresco mirador. Para subir hasta él, tan solo hay que recorrer los senderos que bordean la montaña y alcanzar el lugar en el que disfrutar del conjunto de la zona ajardinada y de la estructura exterior reformada. Esto crea un pintoresco paseo a través de la vegetación y de los estanques sobre los que vierten agua tres cascadas artificiales. Una vez arriba, una claraboya permitirá contemplar el interior de la estructura, y mirando al frente se puede admirar una bella panorámica de todo el Retiro.

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Esta es una de las más bonitas de todo el parque y además permite disfrutar de uno de sus rincones más mágicos: la Casita del Pescador. Ahora con la llegada del otoño es un plan perfecto para hacer acompañado de la familia, de amigos o con pareja, pues los colores dorados y ocres propios de esta estación originan una vista espléndida. Igualmente, cabe destacar que subir hasta él es de libre acceso y totalmente gratuito.