Sevilla la Nueva es un pueblo madrileño que no llega a los 10.000 vecinos. A cinco kilómetros de la localidad está la urbanización Los Cortijos, donde predominan amplias parcelas con chalés de dos pisos (la normativa municipal solo permite construcciones con una altura máxima de siete metros) y piscina. Un residencial de cierto nivel que comparte espacio con un pequeño complejo de la asociación ultracatólica Los Heraldos del Evangelio, investigada por el Vaticano. Toda la extensión del municipio está reconocida como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), ya que se enclava en un paraje natural junto a la Dehesa Boyal.
El hábitat que rodea Sevilla la Nueva tiene tanto valor ecológico que en junio un vecino consiguió grabar en un encinar de la zona a un lince, la primera vez en 30 años que se avistaba este felino en peligro de extinción en la comunidad de Madrid. “Una zona maravillosa”, señala Alejandro Sánchez, diputado autonómico de Más Madrid. Pero una zona que se está degradando porque la urbanización Los Cortijos vierte sus aguas residuales a un humedal próximo bautizado como la charca de la Gaza.
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“Esto es un desastre ambiental, se mire como se mire. Y así llevamos años. El problema es que la red de saneamiento de la urbanización no está terminada y los residuos de los chalés desembocan al campo a través de una alcantarilla y una tubería sin cerrar. Huele muy mal, y aquí hay especies muy importantes, como el águila imperial, que tienen que convivir con esta especie de chapapote que se ha formado”, explica Miguel Yeguas, concejal de Más Madrid en el municipio.
Algunos vecinos se han cansado e interpusieron una denuncia el pasado 3 de mayo ante la Guardia Civil por un posible delito “de depósito o vertido de residuos tóxicos o peligrosos”. En el documento, al que ha tenido acceso Infobae España, los denunciantes dan las coordenadas exactas de la situación de “un orificio de 1,5 por 1,5 metros y una profundidad de dos metros” por la que salen “aguas residuales y fecales”. Desde entonces, nadie ha hecho nada.
El asunto ha llegado al Parlamento madrileño. En abril de 2022, la Comunidad anunció que estaba invirtiendo 17 millones de euros en mejorar la red de saneamiento de Sevilla la Nueva y aseguró que estaba programado finalizar en agosto de ese mismo año la conexión de la urbanización Los Cortijos con la red general del municipio, así como con la nueva estación depuradora. Pero un año después todavía no se han completado los trabajos. Alejandro Sánchez, miembro de Equo y diputado del grupo parlamentario Más Madrid, preguntó al Ejecutivo el pasado 6 de septiembre cuando pensaban terminar las obras.
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Obras que corren a cargo del Canal de Isabel II, la mayor empresa pública dependiente de la Comunidad de Madrid. “La respuesta ha sido surrealista”, explica Sánchez. “La dilación de algunos de los plazos de las obras se ha debido fundamentalmente a los problemas de desabastecimiento producido a nivel mundial en algunos equipamientos eléctricos y electrónicos (cuadros eléctricos y controladores lógicos de tipo PLC, entre otros), situación que podría haberse paliado si el Gobierno de la nación hubiera sido más proactivo”, señala la contestación del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso.
“Es decir, que el Canal dice que le faltan componentes y materiales de otras partes del mundo por desabastecimiento y le echa la culpa a Pedro Sánchez”, matiza el diputado. El alcalde de Sevilla la Nueva, el popular Asensio Martínez, intenta ser diplomático al explicar lo que está pasando. “El problema es que no todos los vecinos de la urbanización se han conectado a la red de saneamiento. Esto viene de lejos. Los trabajos están casi terminados, se han hecho estaciones de bombeo y kilómetros de canalizaciones, pero a nosotros nos dijeron que faltaban componentes electrónicos procedentes de Alemania y China. Pero quien mejor te puede informar es el Canal de Isabel II”, señala.
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Desde el Canal aseguran que están ejecutando las obras. “La obra civil (colectores, bombeos) está prácticamente concluida, pero falta instalar equipamientos eléctricos que recibiremos en las próximas semanas. Dependemos de los suministradores, pero esperamos que así sea. Una vez se reciban, podrán instalarse los equipos mecánicos que permitirán poner en funcionamiento la nueva red que Canal ha construido. Esto se podrá hacer antes de que acabe este año”. Desde la empresa pública lamentan que las “lluvias de principios de mes afectaron al funcionamiento de alguna de las fosas sépticas municipales. Canal continuará prestando sus servicios al ayuntamiento para limpiar dichas fosas hasta que pueda entrar en servicio la red y, por tanto, puedan dejar de funcionar”.