Alonso se queda solo en Singapur: Stroll no correrá tras su brutal accidente

No está siendo el inicio de temporada de Lance Stroll. El compañero de Fernando Alonso se perderá este domingo el Gran Premio de Singapur a consecuencia del brutal accidente que sufrió ayer durante la clasificación. Enfilaba la última curva del trazado rodando en su mejor tiempo personal hasta que perdió el control de su monoplaza. Dejó el Aston Martin número 18 siniestro total, y a él con el susto en el cuerpo. Ni al equipo le ha dado tiempo a reparar el monoplaza, ni el piloto canadiense está recuperado plenamente del brutal accidente.

Pese a que el piloto canadiense salió por su propio pie del monoplaza y en el centro médico recibió el alta rápidamente, la escudería británica ha comunicado la decisión tras comprobar que el monoplaza de Stroll necesitaba un nuevo chasis. “Todo el equipo está aliviado de que Lance pudiera salir del coche después del accidente de ayer; sin embargo, todavía siente las secuelas de un accidente de tan alto impacto”, afirma el jefe del equipo Mike Krack. “Nuestra prioridad ahora es que se recupere completa y rápidamente. Juntos, hemos decidido que no participará en la carrera de esta noche y, en cambio, se concentrará plenamente en regresar a la cabina para el Gran Premio de Japón del próximo fin de semana”.

En pretemporada, mientras entrenaba en España, Stroll sufrió un accidente montando en bicicleta, se rompió una muñeca y tuvo que ser operado de una intervención menor. Se perdió los test de pretemporada en Bahrein y llegó mermado a las primeras carreras de la temporada. De hecho, en la primera carrera del campeonato tuvo que ser ayudado por los ingenieros para entrar y salir de su monoplaza.

La Fórmula 1 es uno de los deportes más cambiantes en menos tiempo. Lo que hace una semana tenía un gran valor, siete días después pierde importancia y la relevancia pasa a otros factores. Así ha ido sucediendo en los últimos dos grandes premios, tres con el de Singapur que ya ha recogido el testigo de Zandvoort y Monza. Hace dos semanas las miradas de todos los pilotos e ingenieros de equipo estuvieron más puestas en el cielo que en su garaje. La lluvia amenazaba el trazado de Zandvoort y dificultaba la elección de los neumáticos.

Siete días después, el Gran Circo se trasladó a Monza, cuna de la velocidad, y las prioridades cambiaron. Los ojos ya no estaban puestos en el cielo, sino en el trazado. Los viejos fantasmas de los límites de pista volvieron a entrar en juego. Y dos semanas después, en Singapur, otro intangible salió a escena: la temperatura. Los monoplazas tuvieron dificultades para alcanzar el punto óptimo de los neumáticos. Alguno, como Fernando Alonso, tuvo que dar dos vueltas de aclimatación antes de comenzar la cronometrada y saldrá desde el séptimo puesto. Mal menor teniendo en cuenta el rendimiento en los entrenamientos libres.

En la parte alta de la parrilla, Red Bull se humanizó en Singapur. Tanto que acabó siendo vulgar. Tuvo constantes problemas con el cambio de las marchas que se tradujo en falta de tracción a la salida de las curvas. “Ha sido una experiencia absolutamente impactante”. Así describió Verstappen la sesión de clasificación. Durante toda la temporada había tenido entre manos un cohete, pero por primera vez este año se ha encontrado con un monoplaza normal. Y curiosamente, certificó su eliminación el ‘rookie’ Lawson con un Alpha Tauri, piloto y escudería dentro del organigrama de Red Bull. Superó también de Pérez que finalizó 13º tras sufrir un trompo cuando venía en vuelta rápida personal.

Se llevó la pole Sainz, por segundo gran premio consecutivo, quinta en su carrera deportiva. La más dominante de todas. Este domingo buscará romper la hegemonía de Verstappen con una victoria que tiene a tiro. Russell se coló entre los dos Ferrari y saldrá segundo. Por detrás de Sainz y delante de Leclerc.