Peligra el Pacto Migratorio: la última oportunidad para que se apruebe depende de la presidencia española de la UE

Ursula Von der Leyen, presidenta de la CE, ha apelado esta semana a la necesidad de su urgente aprobación

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Pedro Sánchez y Úrsula Von der Leyen. (Eduardo Parra/Europa Press)
Pedro Sánchez y Úrsula Von der Leyen. (Eduardo Parra/Europa Press)

Desde el 1 de julio, España ostenta la presidencia rotatoria de la Unión Europea. Esta figura se la turnan los países miembro cada seis meses en bloques de tres. El trío —ahora formado por España, Bélgica y Hungría—, que es como se denominan estos grupos, fija los objetivos y elabora un programa común con los principales asuntos que abordará el Consejo de la UE en los próximos 18 meses. De acuerdo con las metas establecidas, cada uno de los Estados detalla cuáles serán sus prioridades durante su semestre con más precisión. Y precisamente por este motivo es importante la presidencia de España para aprobar el Pacto Migratorio.

Las líneas de acción de la Unión Europea se establecen con el propósito de ejecutarse a largo plazo, pero la presidencia rotatoria permite al país que la ostenta apostar por darle una mayor relevancia a determinados asuntos. En el caso de España, nuestras prioridades como país son reindustrializar la Unión Europea y garantizar su autonomía estratégica, avanzar en la transición ecológica y la adaptación medioambiental, impulsar una mayor justicia social y económica y reforzar la unidad europea. Dentro de este último bloque se enmarcarían asuntos tan importantes como el Pacto Migratorio y de Asilo de la Unión Europea.

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Al acuerdo migratorio se ha referido esta misma semana la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. Durante su discurso en el Parlamento Europeo, en el debate del estado de la Unión, ha señalado que “nunca hemos estado tan cerca de la aprobación del Pacto Migratorio”. “El Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión tienen una oportunidad histórica”, apelaba directamente a los agentes competentes en su aprobación.

En qué consiste el Pacto Migratorio y de Asilo

El acuerdo migratorio propuesto para ser aprobado por el Consejo de la Unión Europea tiene como principal objetivo crear una política común migratoria que permita mejorar los procedimientos “para lograr un equilibrio entre la responsabilidad colectiva y la solidaridad”, explican desde la Comisión Europea. La politica migratoria es una competencia exclusiva de los Estados, sin embargo, supondría un avance “muy importante en materia de integración europea que los Estados cedieran en favor de una medida que unificara criterios entre los diferentes países”, explica a Infobae España, Emilio Odiz, colaborador de El Orden Mundial.

Algunos Estados miembro se encuentran profundamente sobrepasados por el fenómeno migratorio, por esta razón, reclaman al ente supranacional la puesta en marcha de un mecanismo de solidaridad entre Estados. Este pacto les permitiría mejorar la calidad de atención a los llegados y, al mismo tiempo, poder gestionar su llegada.

Por contra, los países menos afectados por este fenómeno migratorio reclaman un mayor control de los migrantes. Un paso importante puesto que parece superado, por lo menos en principio, las posiciones negacionistas de los peores años de las crisis de refugiados que Europa soportó durante 2015. Este nuevo Pacto Migratorio y de Asilo propone la identificación de los migrantes, un aumento de los controles médicos y de seguridad y la inclusión de sus huellas dactilares en la base de datos Eurodac, una plataforma que la UE pretende reforzar.

Relevantes son también las propuestas en materia de asesoría legal. La Unión pretende aprobar mecanismos de supervisión independiente y una evaluación individual de cada uno de los casos, con el objetivo de dar la mejor respuesta posible ante un fenómeno que sobrepasa lo legal y adquiere una dimesión completamente humana. En esta línea, las intenciones de la Comisión pasarían por dotar a los Estados de apoyo operativo real para hacer frente al fenómeno migratorio, un compromiso para la reubicación de personas recién llegadas y un mayor estudio de las tendencias migratorias que permitan responder con eficiencia.

Por qué es dificil que se apruebe

La presidencia española cumple una serie de circunstancias que la hacen, de alguna manera, especial de cara a los próximos años. La de España es la última presidencia hábil al completo antes de la llegada al poder rotatorio de Hungría y Polonia.

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El clima hostil con ambos países y con la presidencia belga, siendo la última antes de las elecciones al Parlamento Europeo, hace que la presidencia de España tome especial relevancia. “Desde febrero-marzo el Parlamento Europeo se parará, además, muchos países se encontrarán en procesos poselectorales internos y con la vista puesta en las elecciones europeas de junio. La presidencia belga tendrá poco que hacer”, indican fuentes del Europarlamento.

Ursula Von der Leyen. (Philipp Von Ditfurth/Dpa)
Ursula Von der Leyen. (Philipp Von Ditfurth/Dpa)

Con este escenario, la acción de España parece ser la última oportunidad para aprobar asuntos tan importantes como el Pacto Migratorio y de Asilo, en un cajón desde 2015, cuando estalló la crisis de refugiados y Angela Merkel impuso la política de “puertas abiertas”. “Aprobar el Pacto Migratorio sería un hito y un avance importantísimo”, defiende Ordiz, que plantea que sacar adelante un pacto de estas características, supondría aplacar “las posiciones tradicionales de Hungría y Polonia”.

Ambos países se han caracterizado, en los últimos años por adoptar posiciones profundamente contrarias a las impulsadas por la Comisión Europea y el proyecto de la Unión. Acciones legislativas y políticas que han llevado al equipo de Úrsula Von der Leyen a congelar los fondos europeos de recuperación y amenazar con promover los mecanismos contemplados por los tratados de la Unión para limitar su poder en las instituciones europeas.

De lo contrario, en caso de no lograr aprobar el Pacto Migratorio y de Asilo, podría quedarse “más tiempo del debido en el cajón, e incluso, no llegar a aprobarse nunca”, pronostica Daniela Serban, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad de Comillas, puesto que ninguno de estos países —Hungría y Polonia— lo plantearán como prioridades este asunto. Con suerte, en el segundo semestre de 2025, lo podría proponer la presidencia danesa, poco interesada, entre otras cuestiones, por no ser uno de los principales países afectados por la migración, como le puede ocurrir a España, Italia o Grecia, entre otros.

¿Afecta que el Gobierno esté en funciones?

El momento político, sin embargo, no acompaña en España. La convocatoria electoral supuso que, “aunque a nivel de trabajo, todo sigue como se esperaba, el foco mediático se trasladó a las elecciones y ahora, a la investidura”, explica Emilio Ordiz. “Ha quedado en un segundo plano”, lamenta el colaborador del Orden Mundial, aunque aclara que “el margen de movimiento del Gobierno en funciones es el mismo, porque la presidencia no tiene funciones ejecutivas, simplemente lleva a cabo un trabajo de coordinación y mediación”.

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Los países deben jugar este as con audacia, según Serban, “si se logra un consenso entre los 27 sobre lo que plantea el país presidente, es muy positivo, sale adelante, pero claro, el tema se debe plantear”, añade. La docente en Relaciones Internacionales incide en la idea de que, en ocasiones, las diferencias entre los miembros no son tantas —”simplemente, los temas no se plantean”— y ahí parece que reside la clave: lograr marcar la agenda.

Pedro Sánchez, presenta las prioridades de la Presidencia española del Consejo de la UE. (Alejandro Martínez Vélez / Europa Press)
Pedro Sánchez, presenta las prioridades de la Presidencia española del Consejo de la UE. (Alejandro Martínez Vélez / Europa Press)

No es la primera vez que la presidencia de la Unión Europea se desarrolla en un periodo preelectoral, en pleno cambio de gobierno o recién llegado al poder. La presidencia sueca, la anterior a la española, tomó posesión del liderazgo europeo una semana después de tomar los mandos de su país “y el trabajo se ha seguido llevando a cabo”, explica Ordiz.

En lo único que parece que ha afectado la provisionalidad del Gobierno de Pedro Sánchez es la ausencia del líder del Ejecutivo al tradicional discurso en Estrasburgo. En un principio, tendría que haber intervenido el 1 de julio. No obstante, el ambiente electoral precipitó que Moncloa solicitara que la cita se moviera al inicio del curso político, algo que no se producirá tampoco.

Las otras prioridades de España

Además del Pacto Migratorio y de Asilo, España ha establecido otras prioridades.“Todos los países empiezan con muchas intenciones, pero luego se dan de bruces con la realidad”, explica Emilio Ordiz. Entre las iniciativas de España está la reforma del mercado eléctrico, con posibilidades casi nulas de salir adelante, la reforma de las reglas fiscales, sobre las que Ordiz ve con “probabilidades de aprobarse si España se centra en este como uno de sus objetivos primordiales”.

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También se ha puesto sobre la mesa el acuerdo de libre comercio con Mercosur, al que Francia se opone, pero sobre el que “se ha avanzado bastante”, señala la profesora Serban, que califica de “histórica” la cumbre latinoamericana-europea, en el que se han llegado a un acuerdo sobre establecer como una de las prioridades la sostenibilidad de los productos. Un acuerdo importante, pero del que Francia sigue sin sumarse “porque sus agricultores saldrían muy perjudicados”, esgrime la profesora y sobre el que Von der Leyen también ha urgido aprobar en el debate de esta semana.

Sobre lo que parece que hay un claro consenso es que la presidencia española podría ganar un importante tanto si logra, durante la cumbre de líderes informal, en la Alhambra, que se dé el visto bueno al inicio de las negociaciones con Ucrania para su integración dentro de los 27. Un acuerdo que, ante sorpresa mayúscula, se alcanzará: “Si Sánchez consigue ser investido a principios-mediados de octubre y va a la cumbre como presidente con plenas funciones a esa reunión, para España sería una foto muy importante; podríamos decir, sin medias cintas, que bajo nuestra presidencia se empezó a negociar la entrada de Ucrania en la UE”, pronostica Emilio Ordiz.

Con todo, la fecha señalada e improrrogable es el próximo 31 de diciembre, cuando España cederá la presidencia a Bélgica. Después del aumento del protagonismo internacional de España en los últimos años, el Gobierno quería aprovechar para lograr algunos hitos importantes que permitieran a España adoptar, a largo plazo, mayor poder simbólico dentro de los 27 gracias a los posibles pactos e iniciativas impulsadas bajo su presidencia. Una presidencia que, por lo que parece, con suerte, se quedará a medio camino.

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