Con las 7 Colinas como emblema de la ciudad, Lisboa se erige como el destino perfecto para pasar 2 o 3 días de vacaciones. Así, sus románticos barrios invitan a pasarse las horas paseando por sus calles, mientras se acorta el tiempo para poder disfrutar de sus hermosos atardeceres.
La ciudad cuenta con extraordinarios lugares, tales como el Museo Nacional del Azuejo, el Oceanário, o la famosa línea de tranvía 28. Sin embargo, más allá de las rutas más transitadas y de los destinos turísticos más populares, Lisboa es, para muchos, una gran desconocida. Por ello, saber alejarse de los paradores más comunes, convertirá el viaje a Lisboa en una experiencia única.
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Un recorrido por la moda portuguesa
El Museu do Traje es una de esas visitas que marcan la diferencia en el viaje a Lisboa. Este museo hace un recorrido por la evolución de la moda desde el siglo XVII hasta la actualidad. Está emplazado en una mansión aristocrática en el barrio norteño de Lumiar. Además, no es necesario sentir un gran interés por la moda para disfrutar de este espacio, ya que sus impresionantes instalaciones, caracterizadas por las esculturas que las presiden, hacen de este un sitio maravilloso. Y lo que es más, el jardín de su interior hará que esta experiencia sea aún más especial.
Los rincones portugueses que no te puedes perder
Los oferta de opciones para visitar en Lisboa es amplia. Pero el ajetreo propio de la ciudad provoca que algunos de los edificios o espacios más singulares pasen desapercibidos. A continuación, se expondrá un listado con tres de los rincones que ofrecen la alternativa perfecta al bullicio de las calles más populares.
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- El Jardim Botânico Tropical de Lisboa: se trata de un enclave exuberante en Belém. Cuenta con una colección de más de 600 especies pertenecientes a más de 100 familias botánicas. La diversidad de este entorno muestra la riqueza de la biodiversidad de las regiones tropicales y subtropicales. Además, considerando la enorme cantidad de flora, se considera que este lugar es un microclima dentro de la propia ciudad. No obstante, este jardín también tiene un pasado oscuro, ya que durante el régimen de Salazar se convirtió en una especie de zoo humano.
- El Reservatório da Mãe D’Água Amoreiras: su nombre se traduce al castellano como “la madre de las aguas”. Aquí se encuentra un espléndido punto de referencia con altos techos con arcos, plácidas piscinas y frondosas fuentes. Junto a él se encuentra una preciosa plaza homónima en la que merece la pena detenerse. Antiguamente, los tejedores de la seda de la ciudad solían concentrase en esta última.
- La Igreja do Convento dos Cardaes: Lo más frecuente es pasar cientos de veces por delante de esta fachada. Sin embargo, son muy pocos los que se detienen a contemplar la opulenta joya repleta de oro y azulejos que se esconde en el interior de sus muros.