En momentos donde el estrés nos apodera, los destinos balnearios emergen como un salvoconducto para desconectar de la rutina y poner en orden las ideas. Así, en España son muchos los lugares donde se puede disfrutar de una experiencia relajante de la mano de los mejores profesionales. Sin embargo, esto suele ser un poco caro, por lo que existen otras alternativas mucho más económicas y que permiten además disfrutar de un entorno natural magnífico.
Una de ellas son las pozas naturales de aguas medicinales, que hacen a la vez de balnearios ubicados en mitad de la montaña o parajes muy bellos. Por norma general, estos suelen ser de bajo precio, pero algunos cuentan con un acceso totalmente gratuito. Este es el caso de los Baños de Vilo, una piscina termal situada junto al Arroyo de Guaro, a poco más de tres kilómetros de la población de Periana, en la comarca de la Axarquía de Málaga.
Aguas medicinales en un baño árabe
Los Baños de Vilo, tal y como los conocemos ahora, datan del siglo XVII, aunque se piensa que pueden tener un origen árabe. En su historia más reciente, en 1828, se inauguró un edificio con habitaciones adosadas cerca de la alberca y una casa de baños. Esta constaba de dos piscinas de agua fría, dos de agua templada y una caliente. Sin embargo, por problemas con la propiedad, el espacio sufrió un cierto abandono, hasta que a finales del siglo diecinueve el entonces propietario, Emilio de San Martín, realizó una serie de mejoras.
Te puede interesar: El castillo y Parador español que está entre las nubes: más de mil años de historia
Estas no duraron mucho, pues en 1907 una tormenta arrasa las instalaciones del edificio termal, dejándolo en un estado de ruina muy notable. Ya en la década de los 90, el Ayuntamiento de Periana se interesa por el balneario y decide restaurarlo y habilitarlo, convirtiéndolo a día de hoy en uno de los principales atractivos de la Axarquía malagueña.
De esta forma, el viajero puede disfrutar de un plácido baño en a poza de alrededor de nueve metros de diámetro y poco más de un metro de profundidad, que a su vez está rodeado por una construcción de piedra. Esto produce un aislamiento único que permite conectar con el lugar de una forma increíble. Además, sus aguas sulfhídricas, magnésico-cálcica y nitrogenadas, brotan a 21 grados centígrados y cuentan con propiedades curativas, especialmente indicadas para enfermedades de la piel.
Cómo llegar
El acceso al complejo es sencillo, pues se puede aparcar el coche en la explanada situada apenas a 50 metros de la entrada. Luego, cruzando el puente que salva el río, se llega directo a la poza. En cuanto al viaje, Málaga se ubica a unos 50 kilómetros, por lo que su duración es de alrededor de 55 minutos conduciendo por las carreteras A-45 y A-356. Por su parte, si se sale desde Granada, el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 20 minutos por la vía A-92.