Alejada del ruido y del estrés de la capital, la sierra de Madrid emerge como uno de los parajes más plácidos y relajantes dentro de la comunidad. Alberga uno de los patrimonios naturales más desconocidos del interior peninsular a pesar de contar con parajes de ensueño. Entre sus laderas y valles se suceden multitud de cascadas, pozas naturales y paisajes de montaña que crean maravillosas estampas. A su vez, las rutas de senderismo son de alto valor medioambiental y turístico.
Junto a todo este compendio de atractivos, los pueblos de la sierra de Madrid son la guinda del pastel. En ellos se puede observar una impresionante arquitectura popular a la vez que disfrutar de los alrededores con los múltiples senderos que albergan. Uno de los más representativos es Patones de Arriba, una bella localidad caracterizada por ser un destino turístico donde poder admirar la belleza de la arquitectura negra. Se enclava en pleno valle del Jarama y el otro núcleo urbano es Patones de Abajo.
Una arquitectura única
La arquitectura negra se caracteriza por el uso de la pizarra negra como principal elemento de construcción, tanto en tejados como en paredes. Este fenómeno se desarrolló en la sierra de Ayllón (Guadalajara, Madrid y Segovia) y en la sierra del Alto Rey, en Guadalajara. De esta forma, Patones de Arriba es la máxima expresión de este tipo de edificación en la Comunidad de Madrid. De hecho, es en ella donde reside gran parte de su encanto tan singular.
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Su patrimonio arquitectónico reside en la parte baja del pueblo, donde las casas se suspenden sobre empinadas y pedregosas calles. Estas trasladan al viajero a tiempos antiguos, pues si uno se fija con detalle puede apreciar distintas estructuras que son el reflejo del paso del tiempo y de las civilizaciones. Durante ese periodo, la ganadería fue el motor económico de la villa. Así, subiendo hasta su parte más alta se pueden apreciar tinados y arrenes muestra de la importancia que tuvo esta actividad.
Por otro lado, el edificio más representativo e importante de Patones de Arriba es la antigua iglesia de San José. Su estructura data del siglo XVIII y a día de hoy no tiene ninguna función religiosa, sino que acoge la oficina de turismo de la localidad. Junto a ella destacan también el lavadero y la Fuente Nueva, ambos de principios del siglo XX, y lo que se conoce como las eras, unas curiosas explanadas empedradas ubicadas en lo alto del pueblo y que ofrecen unas bellas vistas.
Senderismo por la sierra de Madrid
Junto al patrimonio arquitectónico y cultural de Patones, se suma su gran riqueza natural, la cual permite conectar con el entorno de una forma increíble. La mejor forma para conocerla es por medio de las rutas de senderismo que ofrece. Una de las más destacadas es la ruta del Cancho de la Cabeza, un recorrido donde se asciende a una altura de más de 1.200 metros y desde donde se puede disfrutar de una de las mejores vistas de la Comunidad de Madrid.
El sendero parte de Patones de Abajo, el otro núcleo urbano que conforma Patones. Conduce al viajero a través del lavadero y la Fuente Nueva, siguiendo el arroyo de Patones hasta llegar a Peña Escrita. Desde allí se continuará por un cortafuegos hasta el Cancho de la Cabeza. Esta cumbre es el punto más elevado de Patones (1.264 metros), y desde sus alturas podemos contemplar una impresionante imagen de la Sierra Norte, el embalse de El Atazar y buena parte del municipio.
Cómo llegar a Patones de Arriba
Desde Madrid, el viaje hasta el pueblo es de alrededor de 1 hora por la carretera A-1. Por su parte, desde Segovia el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 30 minutos por las vías Carr. Soria - Plasencia/N-110 y A-1.