El Parlamento Europeo respaldó este miércoles endurecer las normas de calidad del aire en el territorio de la Unión Europea con nuevos límites para los principales contaminantes, como las partículas finas o el dióxido de nitrógeno, con el objetivo de alcanzar una contaminación cero en el horizonte de 2050. No fue, sin embargo, una decisión unánime, ya que el Partido Popular Europeo, incluido el PP español, se ha alineado con la ultraderecha y ha votado en contra, al igual que Vox.
La ley revisada para mejorar la calidad del aire en la UE, que fue respaldada por 363 eurodiputados frente a 226 en contra y 46 abstenciones, establece un límite más estricto para 2035, si bien el texto final aún debe negociarse con el Consejo Europeo para su aprobación definitiva. Las nuevas normas tratan de garantizar que la calidad del aire no sea perjudicial para la salud humana, los ecosistemas naturales y la biodiversidad.
El eurodiputado socialista español Javi López, encargado de presentar el informe del Parlamento, destacó que la legislación europea ha sido capaz de mejorar la calidad del aire en las últimas décadas, aunque también advirtió que hoy “continúa siendo un problema grave porque el 98% de los europeos están expuestos a niveles de contaminación que son dañinos para la salud”, según indica la Organización Mundial de la Salud.
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López aseguró que la propuesta del Parlamento es más rigurosa en términos de estándares y destacó dos elementos: los mecanismos de revisión periódica, “porque año tras año tenemos más datos científicos y más conocimiento que nos permite ser más exigentes”, y una regulación alrededor del acceso a la justicia y las indemnizaciones “para empoderar a los ciudadanos”. Asimismo recordó que la contaminación, que cada año provoca unas 300.000 muertes prematuras en toda Europa, afecta especialmente a los más vulnerables.
El texto también hace hincapié en la necesidad de aumentar el número de puntos de muestreo de la calidad del aire, mientras que en los lugares donde es probable que se produzcan concentraciones elevadas de partículas ultrafinas (UFP), carbono negro, mercurio y amoníaco (NH3), debería haber un punto de muestreo por cada millón de habitantes, en lugar de uno por cada cinco millones como constaba en la propuesta inicial de la Comisión, según informa Europa Press.
De 2030 a 2035
Desde Ecologistas en Acción consideran que se ha aprobado “un texto aceptable”. “Lo mejor es que se aprueban las medidas de control, el acceso a la justicia y la compensación de daños”, señala la organización a Infobae España, si bien advierten de que “se retrasa, de 2030 a 2035, el alineamiento con los valores que indica la OMS”.
En la misma línea se ha pronunciado la fundación Salud por Derecho, que aunque considera la nueva directiva europea como un “paso importante” para hacer frente a una de las principales amenazas para la salud y celebra que sea obligatoria para todos los Estados miembro, también se muestra “decepcionada” con ese retraso de cinco años a la hora de implementar las medidas.
“Los datos demuestran que, en la lucha contra la contaminación atmosférica, cada día cuenta y una extensión de cinco años es demasiado tiempo“, señala Irene Bernal, responsable de Investigación e Incidencia Política de Salud por Derecho. La fundación considera que es urgente poner en marcha “políticas ambiciosas, como esta nueva normativa”, y más en un momento como el actual, “en el que el negacionismo climático está en auge, también en España”. “Vemos cómo muchos de los avances de los últimos años están sufriendo un retroceso por motivos meramente ideológicos”, aseguran. La fundación confía en que en la siguiente fase de negociaciones entre la Comisión Europea, el Consejo Europeo y el Parlamento el texto no sufra modificaciones y mantenga los acuerdos alcanzados durante el trámite parlamentario.