Los 10 pueblos más bonitos cerca de Bilbao: desde hermosas villas marineras hasta recorridos por montañas y acantilados

Bilbao es una de las ciudades más visitadas de España. Gracias a su rica gastronomía, valiosos monumentos y atractivos culturales y de ocio como el museo Guggenheim, es un destino perfecto para pasar unos días y disfrutar a la vez de la costa vasca. Esta conforma un importante patrimonio natural donde los acantilados y las hermosas playas son tesoros naturales.

Pero no solo la ciudad de Bilbao guarda puntos de interés, sino que a sus alrededores se suceden pueblos que son todo un encanto y que acogen multitud de monumentos. En este sentido, hemos elaborado una selección de diez localidades que se encuentran cerca de Bilbao y que son destinos históricos, culturales y monumentales cruciales dentro de la provincia.

Esta bella localidad se enclava a tan solo 32 kilómetros de Bilbao. Se caracteriza por su pintoresco casco urbano, de trazado medieval, y por lo que se conoce como el Puente Viejo (o de la Muza) el cual es uno de sus símbolos. Sin embargo, su atractivo más curioso es el Museo de Boinas la Encartada, toda una joya industrial. También merece la pena visitar el Monasterio de Santa Clara, el Palacio Horcasitas, el Palacio Urrutia, la iglesia del Santo Cristo de San Severino, entre otras cosas. Cabe destacar que muy cerca está la Torre Loizaga de Galdames, la cual acoge una de las mayores colecciones privadas de Rolls-Royce.

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En una costa plagada de acantilados y donde las playas se suceden de una forma magistral, Bakio se eleva como una de las villas más especiales del País Vasco. A su vez, su casco urbano se encuentra rodeado de montañas y atravesado por dos ríos Zagarra y Ondarra. De todos sus monumentos destaca la parroquia de Santa María de la Asunción de Bakio, la parroquia de Andra Mari, situada en la ladera del monte Jata, los palacios de Ormatza y Elexpuru, y la villa Quinta-Torre. Igualmente, es de gran interés el Museo del Txakoli Txakolingunea.

Bermeo es un pueblo marinero ubicado dentro de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Se halla en la falda del monte Sollube, junto al cabo Matxitxako, y en su visita lo primero que llama la atención es su antiguo puerto, delimitado por las tradicionales casas de pescadores. En su casco histórico las calles estrechas y sinuosas se suceden, transportando al viajero a tiempos antiguos.

Estas conducen a lugares de interés como la emblemática Torre de Ercilla, la Casa Kikumbera, el Convento de San Francisco, la iglesia de Santa Eufemia o la Puerta de San Juan. A su vez, su entorno, es el hogar de la impresionante ermita de San Juan de Gaztelugatxe.

A pesar de pertenecer a Cantabria, tal es la belleza de Castro Urdiales que se merece estar en esta selección. Se trata de una villa hecha para perderse en un sus bellas calles, pues en ellas el viajero puede admirar todo su encanto medieval y marinero. Es de visita obligada el Castillo de Santa Ana, su puente medieval, la iglesia de Santa María de la Asunción, el puerto y los acantilados de su costa. Todo este conjunto ha hecho que sea considerado como uno de los pueblos más bonitos de Cantabria.

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Esta localidad es mundialmente conocida por el bombardeo que sufrió durante la Guerra Civil española. Sin embargo, más allá de este trágico acontecimiento, es uno de los pueblos más representativos del País Vasco. Se localiza en el interior de la Reserva de Urdaibai y cuenta con un importante patrimonio arquitectónico. Uno de sus monumentos más simbólicos es el árbol de Gernika, un roble que representa las libertades, así como destaca también la Casa de Juntas, el Museo de la Paz y el Parque de los Pueblos de Europa.

Este pueblo tiene como particularidad ser lugar de vacaciones de diversas personalidades de la realeza. Se ubica a escasos 60 kilómetros de Bilbao y es una de las villas más bonitas y con más encanto de la comunidad. Su hermoso puerto es una delicia y está acompañado por la colorida y bella estampa de su casco urbano, donde destacan sus fachadas. Además. Conserva tradiciones tan arraigadas como el Atzar Eguna (Día del Ganso) o bailes tan curiosos como la kaxarranka.

Paseando por sus calles se descubren valiosos monumentos como es la basílica de la Asunción de Nuestra Señora. A su vez, el viajero no se puede ir sin conocer la isla de San Nicolás, las playas de Isuntza y Karraspio, y el faro de Santa Catalina, situado a tan solo dos kilómetros del pueblo y que es el único que se puede visitar de la costa vasca.

Se enclava en la ribera izquierda de la desembocadura de la ría de Mundaka, en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, y es uno de los mejores destinos para los amantes del surf. Destaca su excelente puerto pesquero y la pequeña iglesia de Santa María, situada a pie de playa. Junto a estos monumentos se ubican palacios y casonas como los de Ibaialde o el de Kurutziaga. Además, en la visita es necesario recorrer su entorno en busca de los impresionantes miradores y playas como la Laidatxu.

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Portugalete es sin duda uno de los pueblos más bonitos, no solo del País Vasco, sino de España también. Su emblema es el espectacular puente colgante, el cual ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Fue construido en 1893 y se suspende a una altura de alrededor de 45 metros. Cruzarlo es una actividad obligatoria solo apta para los más valientes. Además, su altura permite disfrutar de las impresionantes vistas de todos los alrederos.

En su casco antiguo, el viajero puede perderse por sus calles y conocer monumentos como la torre Salazar, del siglo XIV, la basílica de Santa María, de estilo gótico-renacentista, o el convento de Santa Clara, entre otros.

Lindando con las provincias de Álava y Burgos, Orduña es de los destinos más especiales, pues es el hogar del nacimiento del río Nervión. Esto dota a la localidad de un excepcional patrimonio natural que es un tesoro en la provincia. A su vez, monumentos como el Santuario de Nuestra Señora de la Antigua, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción o el antiguo Convento de San Francisco, entre otros, hace de la localidad un destino perfecto para pasar unos días.

Santurzi es una de las villas marineras donde el visitante puede disfrutar de la verdadera gastronomía vasca. Más allá de eso, su espectacular paseo marítimo brinda un plácido camino al son de las olas del mar, así como su casco urbano entraña numerosos atractivos. Así, se pueden admirar edificios como la iglesia de San Jorge, el palacio Oriol, el Ayuntamiento con sus cúpulas de pizarra negra y el monumento a la Virgen del Carmen, patrona de Santurtzi. Igualmente, el Museo de Esculturas al aire libre es un punto diferenciador del pueblo.