Cambiar la hora de administrar los tratamientos contra el cáncer puede aumentar la efectividad de las terapias

Una investigación del CNIO ha comprobado que la respuesta a la inmunoterapia en ratones, una especie nocturna, es diez veces más potente si se aplica por la noche, coincidiendo con su periodo de máxima actividad

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La bióloga María Casanova-Acebes dirige
La bióloga María Casanova-Acebes dirige el Grupo de Inmunidad del Cáncer del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. (CNIO)

Una acción tan simple como cambiar la hora en la que se administran los tratamientos oncológicos podría aumentar su efectividad significativamente. Eso es al menos lo que está investigando la bióloga María Casanova-Acebes, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que lleva años estudiando la relación entre el cáncer, el sistema inmunitario del organismo y los biorritmos.

Uno de los resultados de la investigadora es que las células tumorales “distorsionan el ritmo circadiano del sistema inmunitario” para que este no pueda reconocerlas y atacarlas. “En ratones, que es una especie nocturna, hemos visto que la respuesta a la inmunoterapia en cáncer de pulmón es 10 veces más potente si se aplica por la noche, coincidiendo con su periodo de máxima actividad”, explica a Infobae España la jefa del Grupo de Inmunidad del Cáncer del CNIO.

En humanos ya se ha comprobado ese efecto en pacientes con estadios avanzados de melanoma, y en personas vacunadas contra la Covid y “ambos tratamientos resultaron más efectivos cuando se administran por la mañana que por la tarde”, ya que al ser una especie diurna, esa mayor efectividad se obtiene por la mañana. “Nuestro sistema inmunitario está más activo coincidiendo con nuestro periodo de actividad, que es cuando estamos más expuestos a patógenos”, aclara la experta.

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El objetivo principal del proyecto, llamado INN-TIME, es identificar “ventanas temporales en que el rendimiento terapéutico es mayor”, para así ajustar la aplicación de los tratamientos a estos horarios y aumentar su efectividad. También hay que tener en cuenta, añade la experta, que los biorritmos, esos mecanismos moleculares que permiten que el cuerpo sepa qué hora es, son diferentes dependiendo de la persona y, por tanto, habría que analizar a cada paciente para saber “cuándo se puede fomentar esa máxima eficiencia terapéutica”.

Célula cancerígena (Imagen Ilustrativa Infobae)
Célula cancerígena (Imagen Ilustrativa Infobae)

No obstante, indica la investigadora, aún se necesitan más ensayos para comprobar si funcionaría en todos los tipos de tumores y si podría llevarse a la práctica clínica. “Pero una evidencia muy potente en nuestros resultados es que la actividad del sistema inmunitario que tiene que luchar de manera específica contra esos tumores está activo a unas determinadas horas y no a otras, y eso es clave. Pensamos que en humanos también puede ser así”.

Un importante avance

Si los resultados en humanos son satisfactorios, supondría un “avance importante”, no solo a la hora de administrar los tratamientos en distintos momentos del día o la noche para mejorar resultados, sino también a la hora de administrar las cirugías, pues ayudaría a “disminuir los problemas derivados de estas operaciones” en pacientes con cáncer. “No solo tiene un valor terapéutico per se, sino de minimizar los efectos secundarios en estos pacientes”.

A lo largo de los próximos cinco años Casnova-Acebes y su equipo analizarán los ciclos de actividad de las células tumorales, del sistema inmunitario y de los fibroblastos, células del microambiente tumoral que regulan el reclutamiento y la actividad del sistema inmunitario.

Los estudios se llevarán a cabo tanto en modelos animales como en muestras de pacientes con cáncer de pulmón cedidas por más de 300 pacientes del Biobanco del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, y del Biobanco IRB de Lleida. También se analizarán muestras de sangre de un colectivo con una actividad laboral especialmente desajustada de los ritmos circadianos: tripulantes de cabina de pasajeros en aviones.

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