Después de permanecer una década en letargo, resurge la hipoteca inversa. Cada vez son más los bancos interesados en lanzar este producto, enfocado como complemento de la pensión, y los jubilados que las contratan poniendo como garantía su vivienda.
Según los datos del Consejo General del Notariado, la contratación de hipotecas inversas ha crecido significativamente durante el último año, aunque el número de operaciones sigue siendo bajo. En el primer trimestre de 2023 se escrituraron 177 hipotecas inversas, lo que supone un 82,5% más que en el mismo período de 2022, y un 883,3% más que en el primer trimestre de 2021.
Se trata de un préstamo firmado con un banco o una aseguradora que tiene como garantía una vivienda libre de cargas. La persona que la contrata recibe un capital por un importe inferior al que se obtendría por la venta de la casa a precio de mercado y puede seguir residiendo en ella, ya que mantiene su propiedad. Al morir, sus herederos pueden pagar el préstamo o vender la vivienda.
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Para que un préstamo sea considerado hipoteca inversa han de cumplirse ciertos requisitos, como que el solicitante y los beneficiarios tengan más de 65 años, sufran algún tipo de dependencia o un grado de discapacidad superior al 33%.
Pros y contras
“Puede ser una opción interesante para personas mayores 65 años o con dependencia severa que quieren cobrar un extra para complementar su pensión. Eso sí, antes de contratarla es importante entender bien sus condiciones, porque tiene varios inconvenientes”, señala Miquel Riera, experto en hipotecas de HelpMycash.
Entre estas desventajas destacan que son caras y hay pocas en el mercado. Además, “las cuotas que percibirá el hipotecado no serán muy altas, porque no suele hipotecarse más del 30% del valor de la vivienda. Asimismo, cuando esa persona fallezca, serán los herederos los que responderán por su deuda. Si quieren quedarse con la vivienda, deberán devolver lo que haya recibido el hipotecado más los intereses devengados”, señala Riera.
Otra opción que tienen los herederos es vender la vivienda para saldar la deuda, pero eso les impedirá disfrutar de parte de su herencia. Si no quieren pagar la deuda o rechazan la herencia, la entidad embargará la vivienda para recuperar el dinero y, en caso de que el valor de subasta no cubra esa deuda, podrá embargarse parte de la herencia hasta liquidarla por completo.
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Otro inconveniente es que la renta a cobrar no se actualiza, por lo que el capital irá perdiendo valor debido a la inflación. También puede ocurrir que al fallecer el hipotecado su casa valga menos que el préstamos contratado. En este caso la diferencia deben asumirla sus herederos.
Desde iAhorro ponen el supuesto de un jubilado que tiene un inmueble valorado en 150.000 euros, contrata una hipoteca inversa y 20 años después fallece. Recibiría en vida una cuota mensual de 149 euros o 36.000 euros si decide recibir el capital en un solo plazo. La deuda generada en esos 20 años alcanzaría los 35.760 euros.
En el caso de que la persona tuviera 70 años, la cantidad a percibir sería mayor, pero también la deuda. Ingresaría una cuota mensual de 210 euros o 43.500 euros si elige recibir el capital al contado. Pasados 20 años, dejaría una deuda al fallecer de 50.400 euros.
Un nicho de mercado a conquistar
El interés de los jubilados por estos productos se suma al de las entidades financieras por lanzar nuevas ofertas. Este es el caso de Banco Santander que junto a Mapfre han recibido esta semana la autorización del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital para comercializar una hipoteca inversa a través del vehículo financiero de crédito Santander Mapfre Hipoteca Inversa.
Ambas entidades prevén lanzar al mercado este producto antes de que termine el año y se hará en régimen de exclusividad por las redes de oficinas de Santander y Mapfre en España.
Otras de las entidades que comercializan hipotecas inversas son EBN Banco, que la dirige a personas con una vivienda de más de 150.000 euros y cobra un tipo de interés del 6,50% anual; Caja de ingenieros, que presta como máximo el 60% del valor de tasación de la vivienda, Óptima Mayores y Caser Seguros.