José María Aznar ha vuelto a la primera línea del debate político para agitar el avispero pocos días antes de la previsiblemente fallida investidura de Alberto Núñez Feijóo. El expresidente del Gobierno ha inaugurado esta semana el Campus FAES, organización que él mismo preside y por la que han desfilado los principales abanderados del machismo, la homofobia y la privatización de los servicios. En su discurso de apertura, no ha dejado títere con cabeza: Aznar cargó contra Pedro Sánchez, Carles Puigdemont y el grueso de las formaciones de izquierdas.
El líder popular parece estar abonado a la polémica. “Hay que decir basta ya. España no puede volver a un sistema basado en la exclusión, el sectarismo y la destrucción programada de la nación”, ha espetado el expresidente, para luego poner el foco en la “involución”, el “terrorismo” y la “ambición de poder”. El grito desesperado de Aznar, calificado por los socialistas de “llamamiento golpista”, ha provocado la reacción inmediata del núcleo duro de su partido. Este miércoles, el PP ha convocado un “gran acto abierto” contra la amnistía para el próximo fin de semana. La influencia del abogado en la bancada popular es incuestionable, pero, ¿de qué vive cuando Génova apaga las luces?
José María Aznar llegó a la Moncloa en 1996, donde permaneció como jefe del Ejecutivo hasta 2004. Los últimos años de su mandato han estado marcados por el “no a la guerra”, los indultos y las mentiras que vertió sobre los atentados terroristas del 11M. El único superviviente del Trío de las Azores, que puso en marcha la invasión de Irak, todavía no ha explicado su papel en el conflicto. El popular perdió las elecciones generales de 2004 y abandonó la primera línea del panorama político, al menos, hasta hace unos meses.
Ese mismo año fundó Famaztella, una empresa con sede en Pozuelo de Alarcón (Madrid) que centra su actividad en la explotación de los derechos de la propiedad intelectual de José María Aznar y Ana Botella. La firma, que arrancó con un capital de 3.000 euros, se dedicó en un primer momento a gestionar los ingresos generados por sus titulares, aunque más tarde se aventuró en el mundo de las inversiones financieras.
De forma paralela, el expresidente ha desarrollado una fructífera carrera empresarial, pasando por compañías como Endesa, Afiniti o el despacho de abogados Latham & Watkins. En su currículum, Aznar también presume de haber trabajado como docente en instituciones educativas como la Universidad de Georgetown y la Universidad de Johns Hopkins. Sin embargo, nada es tan reseñable como su estrecha relación con el magnate australiano Rupert Murdoch. El multimillonario se interesó por el popular hace siete años para ofrecerle un puesto como consejero independiente en 21st Century Fox, aunque no tardó en dar el salto a News Corp., donde permanece desde hace más de una década.
En 2022, Aznar recibió un sueldo récord como asesor de Murdoch, que le permitió superar los cuatro millones de euros en retribución acumulada desde que pisó por primera vez la multinacional de telecomunicaciones. Además, Famaztella, la sociedad de la que consta como administrador único, anotó unos beneficios de 184.619 euros, con la imputación de subvenciones, donaciones y legados de carácter financiero como principal fuente de ingresos. En los últimos 20 años, el expresidente también fundó FAES y el Instituto Atlántico de Gobierno, un centro de enseñanza universitaria especializado en políticas públicas y relaciones institucionales.
Libros y conferencias para vivir de lo vivido
José María Aznar no solo vive de sus negocios y fundaciones, sino que también ha sacado rédito de su etapa como jefe del Gobierno. El expresidente ha publicado un total de ocho libros, siete de ellos después de abandonar la Moncloa. El último de ellos, que lleva por título El futuro es hoy, sigue a la venta por 5,65 euros. Del mismo modo, se ha dejado ver en multitud de foros y congresos, una actividad por la que se puede llegar a embolsar entre 60.000 y 90.000 euros, todo en función de factores como la conferencia o la ciudad. En su página web, recoge algunas de sus intervenciones más destacadas, en las que habla de política y lleva al extremo el discurso del Partido Popular.
El presidente de FAES, preocupado por caer en el olvido, ha vuelto a asumir un papel protagonista en la campaña de las últimas elecciones. Aznar acompañó al candidato de su partido, Alberto Núñez Feijóo, en alguno de los mítines, donde intensificó sus críticas al Gobierno y aprovechó para recordar viejos tiempos. Como todos los expresidentes, tiene derecho a una serie de prerrogativas en atención a su cargo, entre ellas, un sueldo vitalicio de 79.336 euros brutos al año, dos funcionarios a su entera disposición, un vehículo con chófer y un escolta. En una entrevista reciente, Aznar aseguró que “cada día” alguien le pedía que volviese a la política, pero juró y perjuró que, al menos de momento, no tenía “ninguna intención”.