Los insólitos nuevos escondites de la droga de los narcos: muebles, instrumentos de música y palés de madera

La Policía Nacional ha detectado en los últimos meses una innovación en los métodos de ocultación que imaginan los distribuidores de estupefacientes para evitar su incautación

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La Policía Nacional desmantela un grupo criminal que camuflaba cocaína en muebles simulando mudanzas desde el extranjero

Dicen que los delincuentes siempre van un paso por delante de los policías. Los agentes especializados en la lucha contra el narcotráfico han detectado en los últimos meses nuevos e insólitos métodos de ocultación de la droga, según relatan fuentes policiales a Infobae España. En tres operaciones recientes, la Jefatura Superior de Policía de Madrid ha decomisado un total de 249,5 kilogramos de cocaína ocultos en palés de madera, instrumentos musicales y los muebles de una falsa mudanza.

Las tradicionales “caletas” en vehículos o los dobles fondos en maletas han dado paso a surrealistas y sofisticados escondites para transportar las sustancias estupefacientes. El último ejemplo ha sido una operación en la que el Grupo XV de la Unidad de Delincuencia y Crimen Organizado (UDYCO) ha desarticulado una banda de narcos que introducía en España grandes cantidades de cocaína en muebles, con los que simulaban realizar mudanzas.

Una información recibida desde el extranjero hizo saltar la alarma de los investigadores. Les indicaban que iba a llegar al puerto de Valencia una mudanza “contaminada”. Los muebles procedían de Panamá y tenían como destino una empresa guardamuebles de una localidad cercana. Las sospechas eran fundadas, pero los policías tenían un as bajo la manga. Acudieron al citado guardamuebles y apartaron del resto de mobiliario la mercancía “contaminada”.

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Poco tiempo después, los sospechosos asaltaron la sede de la empresa, pero se fueron con las manos vacías sin descubrir aún la trampa en la que habían caído. Desprecintaron y destrozaron multitud de muebles, pero ni rastro de la droga que esperaban. El plan de los investigadores siguió su curso e intensificaron las vigilancias alrededor del guardamuebles, esperando que los sospechosos volvieran a picar el anzuelo.

Cinco detenidos y 200 kilos de cocaína incautados

El 21 de agosto, una furgoneta de mudanzas y un coche con varios hombres a bordo aparecieron en el almacén y cargaron los muebles “contaminados” después de que la Policía los hubiese puesto de nuevo a su disposición. En ese momento comenzó el seguimiento sobre los dos vehículos, que se dirigían hacia Madrid. Los sospechosos trataron de “morder” —en el argot policial, detectar la vigilancia policial— a los investigadores, llegando a detenerse en varias localidades y arrojando sus móviles mientras circulaban.

Después de intentar darse a la fuga y de embestir a los agentes, los cinco ocupantes de los vehículos fueron interceptados y detenidos, acusados de los delitos contra la salud pública y pertenencia a grupo criminal. Se trata de dos ciudadanos panameños, dos egipcios y un paquistaní. Los policías también intervinieron los muebles que transportaban, en cuyo interior había 185 ladrillos de cocaína con un peso total de 200 kilogramos.

Cocaína dentro de un teclado electrónico. (Policía Nacional)
Cocaína dentro de un teclado electrónico. (Policía Nacional)

Cocaína en un teclado electrónico y una mesa de mezclas

En otra operación antidroga, ésta de finales del mes de julio, la Policía Nacional detectó envíos desde Madrid a países como Bolivia o Australia que contenían instrumentos musicales con droga en su interior. Los agentes interceptaron un paquete en el que encontraron un teclado electrónico. Al inspeccionarlo, descubrieron que le habían sustituido piezas internas por cuatro envases con 750 gramos de cocaína. Además, confirmaron con las autoridades australianas la recepción de otro paquete que contenía una mesa de mezclas con otros 750 gramos de la misma sustancia.

También este verano, la Jefatura Superior de Policía de Madrid informó sobre la desarticulación de un entramado liderado por un empresario que importaba desde Latinoamérica, a través de testaferros, contenedores de fruta. Sin embargo, los investigadores descubrieron que en los palés de madera que cargaban la mercancía había ocultas grades cantidades de cocaína, una vía de introducir droga en España que ofrecía a numerosos narcotraficantes. En este caso se interceptaron 48 kilos de cocaína.

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