Las futbolistas y la Liga F llegan a un acuerdo y desconvocan la huelga

El pacto será para las próximas tres temporadas y versa principalmente sobre el salario mínimo, el cual comenzará en 21.000 euros durante esta temporada 23/24 y se irá incrementando progresivamente hasta alcanzar los 23.500 euros durante el tercer y último año de vigencia del convenio

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La madridista Sofie Svava y Alexia Putellas, del Barcelona, en un partido de la última temporada. (EFE)
La madridista Sofie Svava y Alexia Putellas, del Barcelona, en un partido de la última temporada. (EFE)

La Liga F ha anunciado a través de un comunicado que han llegado a un acuerdo con los sindicatos de futbolistas que ha permitido desconvocar la huelga activa desde hace poco más de una semana. En concreto, el pacto alcanzado atañe a las tres próximas temporadas y versa sobre el salario mínimo. De esta forma, la huelga ha concluido antes de lo esperado, ya que estaba previsto que durara dos semanas. Por lo que la competición volverá, previsiblemente, este fin de semana a disputarse tras la suspensión de la primera jornada.

El documento establece que durante la temporada 23/24 el salario mínimo será de 21.000 euros, aunque podría llegar a alcanzar los 23.000 euros en función del crecimiento de los ingresos comerciales de la competición. Durante la siguiente temporada el sueldo se incrementará hasta 22.500 euros, pudiendo ascender hasta 25.000. Y, para el último año al que afecta este acuerdo, para 25/26, el salario mínimo será de 23.500, pudiendo incrementarse hasta los 28.000 euros.

Por otra parte, la Liga F ha aprovechado este comunicado para destacar que siempre ha defendido “la necesidad” de alcanzar un acuerdo a largo plazo que “dotara de estabilidad” al proyecto de fútbol profesional femenino y que, además, permita un “crecimiento global gradual y sostenible” que vaya de la mano con el desarrollo de la competición.

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También han transmitido “compromiso y reiterados esfuerzos” por parte de los clubes durante todo el proceso de negociación, ya que, según aseguran, ha contribuido de manera fundamental a la consecución del “tan necesario escenario de paz” sin perder de vista la sostenibilidad de competición. En concreto, consideran que este escenario debe mostrar el camino al resto de instituciones que forman parte del deporte español y que permitan impulsar el fútbol profesional femenino.

Para concluir, han dedicado unas palabras a aquellas organizaciones que han ejercido como mediadores, como Fundación SIMA, durante todo el proceso de negociación por su “compromiso y dedicación”, los cuales consideran que han sido determinantes para alcanzar un acuerdo.

El Real Madrid durante un partido amistoso en México (EFE / Isaac Esquivel)
El Real Madrid durante un partido amistoso en México (EFE / Isaac Esquivel)

Qué pedían las jugadoras

Las jugadoras llevaban mucho tiempo negociando con la Liga para llegar a un acuerdo con el que mejorar el convenio colectivo. Un año de duras negociaciones en las que no se consiguió llegar a un punto de entendimiento, sino todo lo contrario. El hecho de llegar a un acuerdo sobre el salario mínimo que deben cobrar las futbolistas ha sido un punto de fricción. Y que, los sindicatos, conscientes de que las negociaciones no avanzaban, decidieron convocar la huelga para las dos primeras jornadas de la competición.

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Antes de conseguir este acuerdo, el convenio colectivo establecía un salario mínimo de 16.000 euros anuales. La oferta inicial de la Liga F era incrementarlo hasta los 18.000 euros, mientras que los sindicatos de jugadoras reclamaban un aumento mayor, de 23.000 euros, con posibilidad de llegar hasta los 25.000 en caso de que hubiera derechos televisivos. También pedían que se alcanzaran los 30.000 euros en el tercer año de vigencia del nuevo convenio.

Finalmente, la balanza no ha cedido ni a un lado ni al otro, sino que han llegado a un punto medio entre las dos propuestas que había sobre la mesa, la de los sindicatos y la del organismo de la competición.

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