Era previsible que en los días previos a la Diada, los discursos de los partidos independentistas se acentuarían en un momento crucial para esta causa, que ve en las negociaciones de cara a una eventual investidura de Pedro Sánchez una oportunidad histórica para alcanzar sus máximas reivindicaciones: el perdón para los encausados por el procés catalán y un referéndum de autodeterminación.
Una vez pasada esta cita, los socialistas se mantienen expectantes para comprobar si las fuerzas independentistas, ERC y Junts, tienen o no interés para llegar a un acuerdo, ya que, de momento, “tienen que concretar si tienen actitud”, aseguran fuentes de la dirección del PSOE después de las últimas exigencias pronunciadas por los líderes independentistas en el marco del 11 de septiembre.
Carles Puigdemont abrió la veda la semana pasada, cuando desde Bruselas puso el foco sobre una ley de amnistía. Desde el PSOE, aunque reconocieron que eran condiciones “de máximos” y que se situaban en las antípodas, voces de la Ejecutiva abrieron la puerta a situar esta premisa en el marco de la Constitución, además de reconocer que el discurso del expresidente de la Generalitat no fue “demasiado confrontativo” al dejar el referéndum de autodeterminación para una segunda fase de la negociación.
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Asimismo, el presidente de la Generalitat y coordinador nacional de ERC, Pere Aragonès, elevó las pretensiones soberanistas en un momento en el que esta fuerza y Junts mantienen conversaciones con el PSOE y Sumar. “La amnistía no es ni será el fin de nada. La amnistía es un paso necesario e imprescindible, el primer paso para abrir camino, porque Cataluña ha de decidir y decidirá libremente su futuro en un referéndum. Lo defendemos en la calle, en las instituciones y en la negociación”, aseveró en el acto político de su partido con motivo de la Diada de Cataluña.
ERC y Junts saben los “límites” del PSOE
En este sentido, la vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, aunque reconoció que en días como este lunes “se intensifican más los símbolos e iconos”, también quiso poner coto a las aspiraciones de los independentistas, puntualizando que tanto ERC como Junts saben cuáles son los “límites” del PSOE.
Después de la reunión de la Ejecutiva socialista, en la que no estuvo el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, al dar positivo en covid-19, Montero quiso aclarar que “las últimas expresiones de Aragonés o de Puigdemont como líderes de partidos independentistas no aportan nada nuevo de lo que dicen desde hace tiempo”. Si bien, reiteró que los socialistas están “en las antípodas”.
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En el día de la fiesta oficial en Cataluña, Montero reiteró lo que el PSOE quiere para este territorio: “Una solución dialogada a los grandes incidentes que sucedieron en Cataluña”. Para ello, tienen claro que trabajarán “por la cohesión territorial, empleando el diálogo como herramienta y la Constitución como marco”.
El PSOE insiste en evitar una repetición electoral
No obstante, en privado, fuentes cercanas al presidente del Gobierno en funciones temen que estas “condiciones inasumibles” impidan un acuerdo. “Si hay posibilidad de que esa investidura se abra camino o no, lo contaremos”, aseguran estas fuentes, además de matizar que para el PSOE “hay cuestiones que tenemos clarísimas”, en alusión a la exigencia de los independentistas de un referéndum para dar su apoyo a Sánchez.
Los socialistas insisten en que, cuando se confirme el fracaso de la investidura de Feijóo, tal como está previsto ante la falta de apoyos suficientes, y el rey encargue a Pedro Sánchez el mandato de formar gobierno, lo llevarán a término “para evitar” una repetición electoral. Para ello, ponen este periodo en cuarentena. “Todas las negociaciones pasan por que haya interés para llegar a un acuerdo”, recuerdan estas fuentes.
En cualquier caso, el PSOE pide virar el foco en torno a “las posibilidades o no que tiene el señor Feijóo para ir a la investidura”. Mientras tanto, no se quedarán de brazos cruzados y confían en recorrer la mayor parte del camino que les separa de una investidura de Sánchez exitosa, que tendría como límite hasta el 27 de noviembre para cosechar la confianza de una mayoría del Congreso.