Los Pirineos es uno de los mayores tesoros que alberga la península ibérica. Con sus imponentes montañas, anchos valles y pronunciados desfiladeros hacen las delicias de todo amante de la naturaleza. Eso sin constar la gran biodiversidad que alberga. Junto a ello, pequeños pueblos de montaña se suceden como diminutos resquicios donde la historia y tradición de antaño aún se mantiene. Estos terminan por conformar un turismo rural que es único en nuestro país.
Igualmente, numerosos parques nacionales y espacios protegidos se ubican en los Pirineos. Tanto es así, que, a veces, conviven con poblaciones que se encuentran dentro de ellos. Una de ellas es Bielsa, una localidad de apenas 480 habitantes (INE 2022) que es de las más bonitas de Huesca. Se enclava a las puertas del Valle de Pineta, en el interior del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, y a día de hoy mantiene su arquitectura popular intacta.
El pueblo
En la confluencia de los ríos Cinca y Barrosa, y bajo el cobijo de la peña de Pennareto, la villa de Bielsa destaca por ser un enclave rural con una belleza y tradición muy particular. Debido a la Guerra Civil, su centro urbano es relativamente nuevo, ya que quedó totalmente destruido. Así, durante un plácido paseo por sus calles se puede contemplar el Ayuntamiento, un hermoso edifico renacentista del siglo XVI que sobrevivió a la contienda. En su interior se sitúa el museo de Bielsa.
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Este está dedicado a conocer a fondo el valle de Bielsa, desde sus orígenes hasta hoy. Todo reflejado a través de ilustraciones, fotografías y también por documentación de la Guerra Civil. Igualmente, se debe apreciar la arquitectura típica de la localidad y construcciones románicas como la ermita de Nuestra Señora de Pineta. Data del siglo XVI y en su interior destaca el sarcófago del Santo y Anarcoreta Froylán del Siglo IV.
A su vez, la localidad mantiene su carácter rural a la vez que cuenta con todos los servicios necesarios para los visitantes. Así, ofrece desde alojamientos y campings, de hecho, muy próximo al pueblo se encuentra en Parador de Bielsa, hasta bares y restaurantes, una piscina y zona deportiva, un rocódromo, tiendas, entre otras muchas cosas.
Fiestas tradicionales y rutas de senderismo
Uno de los aspectos más singulares de Bielsa es su carnaval, el cual es considerado uno de los más famosos de Aragón y más antiguos de España. Esta fiesta tradicional se celebra desde tiempos remotos y representa el fin del invierno y la llegada de la primavera con gran cantidad de personajes cargados de simbolismo. Trangas, onsos, domadores y madamas son algunos de los personajes de un carnaval como el que no hay otro igual en todo el mundo.
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Y cómo no, el viajero no se puede ir sin disfrutar del espectacular entorno que rodea a la villa, el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, el parque está formado por cuatro valles, siendo el de Pineta uno de ellos. De esta forma, se pueden disfrutar de gran cantidad de actividades, de las que destacan las rutas de senderismo, donde Bielsa es el punto de partida de muchas de ellas.
Así, uno de los senderos más conocidos es el que discurre por los llanos de Lalarri. Se trata de una ruta circular de carácter familiar de alrededor de seis kilómetros que permite conocer una de las zonas más bonitas del valle. A su vez, las rutas de media montaña son ideales para conocer los puertos y los ibones del valle, donde destacan senderos como el que conduce al lago Marboré o el de la sierra de Espierba.
Por último, los más aventureros pueden probar con rutas como la de Monteperdido y los tresmiles de Pineta, un sendero de 21 kilómetros que permite coronar el gran pico Astazu Gran, de 3071 metros de altura.
Cómo llegar
Desde Huesca, el viaje hasta Bielsa es de alrededor de 2 horas y 5 minutos por las vías A-23, N-260 y Carretera Aragonesa/A-138. Por su parte, desde Aínsa el trayecto tiene una duración estimada de 45 minutos por las carreteras Carretera Aragonesa/A-138.