La Guardia Urbana de Barcelona ha cifrado en 115.000 personas el número de asistentes a la manifestación de la ANC por la Diada de Catalunya. El cuerpo policial, que depende directamente del consistorio, rebaja los datos de participación del año pasado, cuando se contabilizaron 150.000 manifestantes, lo que supone una pérdida de más de 35.000 adeptos. La plataforma organizadora, en cambio, eleva las estimaciones hasta los 800.000 asistentes.
La manifestación de este año, que ha servido para medir la fuerza del movimiento en plenas negociaciones por la gobernabilidad del país, se ha dividido en cuatro columnas. Cada una de ellas ha salido desde un punto de la capital, con distintas reivindicaciones: la lengua, el país, la libertad y la soberanía. Todas ellas han confluido en la céntrica Plaza de España, donde han desplegado un gran mosaico en el que se podía leer Por la independencia, via fora.
El baile de cifras entre la Guardia Urbana y la ANC es habitual cada 11 de septiembre, sin embargo, ambos registros evidencian la pérdida de fuelle que arrastra el movimiento. El año pasado, la ANC cifró en 700.000 el número de participantes en la concentración. El movimiento recupera, según las estimaciones de la organización independentista, cerca de 100.000 adeptos, aunque la evolución de la tendencia lleva en descenso desde la época del referéndum.
El máximo histórico, según la policía de Barcelona, se registró en 2014, cuando 1,8 millones de personas tomaron las calles de la Ciudad Condal para marchar por la independencia. Las cifras se contrastaban hasta hace seis años con los datos de la Delegación del Gobierno, pero en 2017 se ha dejado de publicar este cálculo. En 2020 y 2021 se cancelaron los actos con motivo de la pandemia.
La Diada de Catalunya se ha ido desinflando con el paso de los años, sobre todo teniendo en cuenta el fuerte poder de convocatoria que demostró el movimiento en el primer tercio del procès. Este 11 de septiembre, la cita ha estado marcada por las negociaciones de ERC y Junts con el PSOE, que necesita el sí de las fuerzas soberanistas para sacar adelante la eventual investidura de Pedro Sánchez.
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La ANC rechaza las negociaciones de Junts y ERC
La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha rechazado en su discurso las conversaciones con los partidos estatales. “Estos días se habla de negociaciones porque parece que al Estado le interesan los votos de las fuerzas independentistas para hacer posible la gobernabilidad de España, pero hay que dejar muy claro que cualquier pacto en Madrid solo servirá si tiene efectos directos para conseguir la independencia de Catalunya”, ha defendido Dolors Feliu, presidenta de la plataforma.
El president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha participado en la marcha, aunque su protagonismo ha sido bastante discreto por el debate que suscitaba en algunos sectores soberanistas. En 2022, la cúpula de ERC decidió no acudir a la manifestación por la Diada de Catalunya, una decisión que escenificó las fracturas del movimiento independentista. Este año, los republicanos han vuelto al acto, pero el president no ha encabezado ninguna de las columnas y ha abandonado la concentración por una calle aledaña antes de que esta llegase a su destino final.
La Generalitat defiende que el protocolo de seguridad estaba previamente definido y contemplaba esta actuación. En la zona donde permanecía Aragonès, rodeado de otros miembros del Ejecutivo catalán, se han podido escuchar gritos de “dimisión” hacia el dirigente. Por su parte, Laura Borràs, presidenta de Junts per Catalunya, ha asegurado que los votos de su partido en el Congreso de los Diputados servirán para “resolver el conflicto” y ha negado que exista un cambio de estrategia. “La gente no pide investidura, la gente pide independencia”, ha sentenciado.
Elaborado con informaciones de EFE y Europa Press