Hace 30 años, Svetislav Pesic ya estaba ahí. De hecho, en 1993 ganó el Eurobasket con Alemania. Aquel fue el primer y, hasta la fecha, único oro de una selección que, caprichos del destino, será su rival este domingo en la final del Mundial de baloncesto. Una cita en la que dirigirá a Serbia, su país natal. Con el que sabe lo que es triunfar a todos los niveles y en hasta tres etapas distintas. Porque si de algo entiende la carrera del técnico que ahora dirige a los Bogdanovic, Milutinov, Jovic y compañía es de partidas y regresos.
Cuando todavía existía Yugoslavia, Pesic se hartó de llevarla a la gloria en los banquillos. Primero, a mediados de los 80, cuando dirigió a los equipos nacionales cadete y júnior con un éxito incuestionable. En la primera categoría, fue campeón de Europa (1985). En la segunda, también (1986), con el añadido de llevarse, además, el título mundialista (1987). Se podría decir que una de las mejores generaciones de jugadores balcánicos, si no la mejor, pasó primero por sus manos antes de saltar al estrellato profesional: Toni Kukoc, Sasha Djordjevic, Vlade Divac, Dino Radja...
Sin embargo, tuvo que emigrar a tierras germanas para ser seleccionador nacional absoluto por primera vez. Llegó en el 87 y se fue en el 93, haciéndolo por la puerta grande. Convirtió a los alemanes en los ganadores del título continental más inesperados de todos los tiempos, con permiso de la España de 2022. Combinado al que, precisamente, eliminaron los de Pesic en cuartos de final, con una canasta icónica de Christian Welp, a la postre MVP, en el último segundo de la prórroga: Alemania, anfitriona del Europeo, había entrado en los cruces como última de su grupo de segunda fase.
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A Grecia, en semifinales, y a Rusia, en la final, se les derrotó igualmente por la mínima. Pero el triunfo final valió lo mismo, y se lo adjudicó una plantilla carente de grandes estrellas: Henning Harnisch, Hansi Gnad, Michael Koch, Gunther Behnke, Henrik Rodl, Stephan Baeck, Kai Nurnberger, Michael Jackel, Moritz Kleine-Brockhoff, Teoman Ozturk y Jens Kujawa acompañaban a Welp. Ni siquiera estuvo un mito como Detlef Schrempf, el Dirk Nowitzki de la época. La gesta llevó a Pesic a entrenar al Alba Berlín y al Colonia, a nivel de clubes, antes de que la causa baloncestística yugoslava requiriese de su sapiencia.
Ya sabe lo que es ganar un Mundial
Pesic cumplió los deberes a la perfección al frente de los yugoslavos. En 2001, logró ser el primer entrenador que se imponía en el Eurobasket con dos países distintos, ya que volvió a ganarlo, esta vez con los plavi, ocho años después. En 2002, conquistó el Mundial dos décadas antes de tener tal oportunidad a mano de nuevo. Todo ello como líder en la banda de un equipo inolvidable, en el que jugaban Dejan Bodiroga, Pedja Stojakovic, Igor Rakocevic, Marko Jaric y Divac, entre otros.
Tras dos oros consecutivos, se iría a levantar la primera Euroliga de la historia del FC Barcelona (2002-2004). Otro destino al que volvería en 2018, cuando ya había vivido una segunda etapa, aunque sin engordar su palmarés, dirigiendo a Alemania (2012-2014). Antes de que se produjese el regreso a la Ciudad Condal, Pesic pasó por Roma, Girona, Dinamo Moscú, Estrella Roja de Belgrado (en dos fases: la historia se repite), Valencia y Bayern de Múnich.
Al serbio hay que reconocerle el mérito de haber devuelto al conjunto azulgrana a la senda de los triunfos, con dos Copas del Rey (tres en total en el Barça) cuando volvió. Una Copa Korac, una EuroChallenge, cinco Ligas y dos Copas alemanas, dos ACB y una Liga y una Copa yugoslavas, en su primera experiencia profesional (Bosna Sarajevo: allí fue campeón de Europa como jugador), completan su lista de trofeos. Aunque los récords de mayor enjundia para Pesic llegarían en el caso de que, en su tercera tentativa con Serbia, volviese a levantar la Copa del Mundo.
Si su pizarra se impone a la de otro veterano como Gordon Herbert (64 años), el de Pirot se convertiría en el entrenador de mayor edad, 74, capaz de ganar el Mundial. Superaría al estadounidense Mike Krzyzewski, al que se uniría, junto a Togo Renan Soares (Brasil) y Alexander Gomelsky (URSS), en el listado de preparadores con dos victorias en esta competición. La que ha demostrado, una vez más, que Svetislav Pesic siempre vuelve.